Poco ha tardado Jesús Vallejo (Zaragoza, 1997) en convertirse en una de las grandes revelaciones del fútbol alemán. A mediados de julio, se incorporó -cedido por el Real Madrid, club propietario de sus derechos- al Eintracht de Fráncfort y, tras una intensa pretemporada en la que dejó atrás los problemas musculares que hostigaron su última etapa como jugador del Real Zaragoza, está firmando un brillante arranque de competición. Niko Kovac le otorgó el papel de 'kaiser' de la defensa, y él ha respondido con sus mejores armas: velocidad, corte y una primorosa salida de balón.

La Bundesliga se rinde a los pies de un central de primer nivel; en el Bernabéu se frotan las manos...

 

-Fiché por el Eintracht con la ilusión de que las cosas salieran bien, y por el momento está siendo así. Pero, más allá de mi aportación, lo que me hace feliz es la trayectoria del equipo. Cuando funciona el colectivo, todos destacamos.

 

-Están influyendo muchos factores, pero el principal creo que es haber conseguido dejar atrás los problemas físicos para encontrar un buen momento de forma; eso es fundamental para dar el máximo. Además, mis compañeros me están poniendo las cosas fáciles. Me han acogido muy bien y no tengo ninguna queja del trato que recibo.

 

-Al llegar me resultó complicado, pero acudo a clases y poco a poco lo voy comprendiendo. Lo que mejor retengo son los conceptos futbolísticos. Imagino que a todos los extranjeros nos sucederá lo mismo.

 

-Mantengo una relación más estrecha con los hispanohablantes como Marco Fabián o Guillermo Varela, pero me llevo bien con todos los compañeros. Me hacen sentir muy cómodo.

 

-Niko es exigente, pero a la vez cercano. Te dice las cosas con franqueza y naturalidad, y así es capaz de sacar lo mejor de cada jugador. Para mí es un halago que hable bien de mi juego, pero los elogios no me van a cambiar. Tengo los pies en el suelo y la cabeza centrada en completar una gran campaña. No me voy a relajar.

 

-La cesión es por un año y esas decisiones no dependen de mí. Por el momento, no he recibido noticias y lo que me preocupa es mejorar día a día con el Eintracht.

 

-Siento una mezcla de ambición y realismo. Si fiché por el Real Madrid es porque quiero jugar en ese equipo, pero sé que todavía tengo mucho que aprender.

 

-Yo confío plenamente en mis posibilidades, y estoy convencido de que podré rendir en el Real Madrid. Mi gran objetivo es sentirme orgulloso del trabajo ofrecido; esa es la mejor forma para que salgan las cosas. Ahí está el ejemplo de los Carvajal, Lúcas Vázquez o Marcos Asensio, que salieron cedidos y ahora están jugando. Han demostrado que mediante este sistema se puede triunfar.

 

-Con Zidane particularmente no he hablado. Mantengo un contacto regular con los médicos y los preparadores físicos, que se preocupan por mi evolución. Pero con el entrenador todavía no he intercambiado opiniones.

 

-Sigo las dos. Lo que sucede en el Real Madrid me afecta directamente, y soy zaragocista de toda la vida. Estoy al tanto de la situación de ambos equipos.

 

-Está claro que no ha sido el esperado, pero confío en que las cosas cambien. Siempre digo que la temporada es una carrera de fondo en la que lo importante es llegar bien a mayo o junio. No hay que alarmarse todavía.

 

-Por supuesto. Esa es la única meta a la que debe aspirar una institución como el Real Zaragoza. Con trabajo, creo que es posible que el equipo crezca y mejore.

 

-Tengo clavada la espina de no haber logrado ascender estos años atrás. Fue duro caer en esos últimos cinco minutos en Las Palmas; también quedar fuera del 'play off' en la última jornada en Palamós. Son situaciones que te hacen aprender, y estoy seguro de que el Real Zaragoza volverá y tendrá tiempos mejores. Así lo siento y lo quiero, pero ahora intento pensar en el presente.