Triunfo ante el incómodo Eldense y liderato histórico del Ebro, que ayer durmió como líder del Grupo III de Segunda B. Fue una nueva demostración que en esta categoría que cada quince días toca paladear en La Almozara no hace falta jugar bonito, ni crear un aluvión de ocasiones ante el marco rival, sino con dos pilares fundamentales como un excelso apartado defensivo y saber aprovechar las oportunidades que dispongas, puedes llegar lejos.

Partido áspero y de escasas llegadas al área rival, donde los guardametas casi pasaron inadvertidos. Todo fue a contracorriente desde que los jugadores salieron de sus respectivos vestuarios, pues ninguno de los dos lucía su primer uniforme: los de casa ya habían anunciado que con motivo del inicio de los actos del 75 aniversario de la fundación del club, saldrían con una camiseta distinta a la tradicional arlequinada, y lucieron con zamarra negra, pantalón blanco y medias negras. Tampoco los alicantinos vistieron de azulgrana y saltaron al césped con un llamativo traje amarillo fosforito.

No tuvo chispa el Ebro a lo largo de los primeros 45 minutos. El Eldense parecía que llevase jugando toda la vida en el campo aragonés, ya que sus once hombres tenían las medidas del terreno perfectamente tomadas. La mañana sirvió para ver a un futbolista brillante, Armero, que trajo en jaque a su par, Satrústegui, a lo largo de los noventa minutos. De sus botas salieron las acciones más brillantes en el apartado ofensivo. En un detalle técnico de enorme calidad, parando con clase y pasando a su lateral Ernesto, generaban una ocasión de peligro tras centro de este último, que el ariete Samu López remataba a la parte exterior del poste. Fue lo mejor de la soperífera primera mitad. No fue mucho más alentadora la reanudación, con un primer cuarto en el que siguió sin apenas pasar nada, aunque con un Ebro que parecía querer despertar de su letargo. Emilio Larraz no aguantó más y decidió meter a gente de refresco, con un doble cambio en el minuto 62, con la entrada de Víctor Bravo y Alain Barrón. Fueron ellos dos los detonantes para que el encuentro tomase un rumbo radicalmente distinto al vivido hasta entonces.

El gol vino en una jugada preciosa y veloz, en la que el Ebro, en pocos toques y raseando el balón, conseguía anotar. El infatigable Moustapha robaba el enésimo esférico en el centro del campo, para abrir a la zona donde estaba situado Alain Barrón, que profundizaba a Víctor Bravo, que de puntera tocaba lo suficiente para ganar la partida a la salida de Molina, y caer a los pies de Gabarre, que solo tenía que empujar a portería vacía y sumar su cuarto tanto en otras tantas jornadas. Duro mazazo a la línea de flotación de un rival con la moral frágil como el alicantino, que a raíz del gol, fue superado con claridad por los de Larraz, que con un Víctor Bravo que salió con muchas ganas desde el banquillo. No parecía correr peligro el perder la ventaja adquirida, pero el gran susto llegó al filo del tiempo reglamentario. Fue en una falta lejana que Armero, haciendo gala una vez más de su enorme clase lanzaba con mucha potencia, haciendo sonar con fuerza el poste de la portería de Marqueta. No entró y los puntos y el liderato se quedaron en casa.

Ficha técnica

CD Ebro: Marqueta, Pajarero, Satrústegui, Maureta, Alfonso, Moustapha, Kevin Lacruz (Alain Barrón, 62), Santigosa, Gabarre, Txema Pan (Víctor Bravo, 62) y Chupe (Iván Forte, 81).

Eldense: Molina, Esteban, Juanjo, Chema Antón, Urzaiz, Theo (José Sánchez, 81), Rubén Moreno (Zhou, 88), Anaba, Samu López (Germán, 70), Gavilán y Armero.

Goles: 1-0, min. 65: Gabarre.

Árbitro: García Verdura (Comité catalán). Amonestó a Marqueta, Satrústegui y Samu López.

Incidencias: alrededor de 400 espectadores en el CMF de La Almozara.