Una empresa aragonesa lo confirma: el fútbol te da mayores penas que alegrías

BitBrain ha realizado un estudio de las emociones que despertó el Clásico en un seguidor de cada equipo.

Los aficionados del Real Zaragoza celebran un gol en La Romareda
Los aficionados del Real Zaragoza celebran un gol en La Romareda
Guillermo Mestre

¿El fútbol genera más frustración que alegría? Esta pregunta, que muchas veces se han hecho los aficionados de la gran mayoría de equipos, la ha intentado responder la empresa aragonesa BitBrain, especializada en neurociencia y neurotecnología, mediante un experimento realizado el pasado fin de semana durante el partido entre el Barcelona y el Real Madrid. Gracias a un dispositivo que se coloca en la cabeza y permite medir la actividad eléctrica del cerebro y unas gafas que monitorizan la posición de la pupila, controlaron las emociones que despertaba cada acción en dos comentaristas, el culé Joan Beumala y el madridista Siro López, durante la retransmisión del duelo en una cadena catalana. Cada uno generó más de 195.000 registros emocionales y más de seis millones de reacciones fisiológicas durante el partido.


Algunas de las conclusiones que sacaron de este estudio de campo son sorprendentes, incluso para los miembros del equipo de BitBrain, expertos en medir sentimientos. Sin ir más lejos, la intensidad con la que un aficionado puede vivir un partido de su equipo, y más cuando es contra el eterno rival. "Tenemos una base de datos con más de veinte millones de reacciones recopiladas en nuestros experimentos y las generadas por este partido son de las más intensas que hemos medido. Están muy por encima de los sentimientos que puede producir cualquier campaña publicitaria o película e incluso de una escena de miedo. Su nivel de intensidad solo podría compararse con estímulos dirigidos a producir estrés en una persona de forma deliberada", explica María López, CEO de BitBrain, que ya realizó un estudio similar con los espectadores de la película de Disney-Pixar 'Inside out' ('Del revés'), que trataba precisamente sobre las emociones. 



Los dos periodistas, con el mapa cerebral de sus emociones.


Pero el grado de pasión no es el mismo cuando se trata de acciones a favor o en contra del equipo al que se anima. Si extrapolamos los datos recopilados en este experimento, un aficionado del Real Zaragoza disfrutó menos con el gol de Guitián del pasado sábado de lo que sufrió con cada uno de los dos tantos del Elche. Y es que los sentimientos negativos, como la frustración, la ira o la indignación, son más fuertes que los positivos, como la alegría o la ilusión. El fútbol, por lo tanto, genera más enfado que satisfacción. Al menos, en lo que se refiera a intensidad.


"En este caso, las dos personas han sufrido más con los goles del contrario de lo que han disfrutado con los de su equipo. Nos activamos más emocionalmente con los impactos negativos", asegura López, quien advierte de que este experimento también está condicionado por la importancia del partido, la gran rivalidad existente entre ambos clubes y la pasión con la que viven este deporte los dos periodistas que participaron. No obstante, la prueba se replicó en las instalaciones de BitBrain con otros dos seguidores anónimos del Barça y el Real Madrid, y los resultados fueron muy similares.



Una imagen de la retransmisión, en la que se pueden ver los cascos y gafas con las que han hecho el experimento.


"Podía variar la intensidad, pero el tipo de sentimiento experimentado y los momentos en que se producían las mismas emociones eran iguales. Podríamos decir que el fútbol sincroniza los cerebros", explica la CEO de esta empresa zaragozana. Los goles de ambos equipos fueron los momentos de mayor emoción para los aficionados de los dos equipos, aunque el de Cristiano Ronaldo en el minuto 84, que acabó decidiendo el partido, fue el instante de máxima intensidad del Clásico, traduciéndose en "euforia" y "alegría" en el hincha del Real Madrid y en "frustración" e "indignación" en el del Barça.


Que en el fútbol los momentos de mayor emoción los genere el balón entrando en la portería es algo lógico, pero de este experimento también puede extraerse que las jugadas en las que el espectador prevé peligro pueden despertar tanta intensidad emocional o más que un gol.


"Cuando hay una falta peligrosa o una jugada elaborada en la que uno de los equipos se va acercando a la portería contraria se crea mucha tensión, ya que hay más tiempo para generarla que en un gol inesperado. En estos casos, el cerebro prevé que va a ocurrir algo y se anticipa", explica María López. Por ejemplo, una falta lanzada por Cristiano Ronaldo en el minuto 29 generó más emociones en el seguidor del Barça que el gol de su propio equipo. Esto suele ocurrir en las situaciones en las que su club se defiende, en las que el alivio cuando el rival falla es mucho mayor que la decepción del que ataca cuando falla la ocasión. Es decir, que en el Clásico había más miedo a perder que ganas de lograr la victoria.

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