El Espanyol gana el intercambio de golpes con el Rayo

El conjunto catalán lleva varias semanas mirando a los puestos de descenso.

Burgui intenta escaparse de Tito en una jugada del encuentro.
Burgui intenta escaparse de Tito en una jugada del encuentro.
Toni Albir

El Espanyol se alejó del descenso tras superar al Rayo Vallecano en Cornellá, por 2-1, en un partido de muchas revoluciones, de intercambio de golpes, en el que se adelantó en el marcador y mostró poder de reacción tras el gol del empate del equipo madrileño.


El Espanyol arrancó a lo grande. Con la intensidad y la concentración que pidió y repitió su entrenador, Constantin Galca, y que diluyó las pocas intervenciones del Rayo, la más peligrosa desde las botas de Bebé. Su fútbol le llevó varias veces al área de Yoel e incluso reclamó un penalti de Joni Montiel sobre Óscar Duarte en el minuto 8.


Abraham vio puerta después de un centro medido de Marco Asensio desde la banda derecha en el minuto 12. El centrocampista marcó con un disparo seco y preciso que entró en la portería visitante pegado a la base del palo derecho.


El Rayo, fiel al estilo de su técnico, Paco Jémez, se lanzó de inmediato a por el empate. El intercambio de golpes es lo suyo, pero la defensa local no estaba para concesiones. De hecho, su fortaleza atrás propició varias contras peligrosas, con Gerard Moreno y Burgui como principales protagonistas.


Así transcurrió la primera mitad. Con el Espanyol bien posicionado y los vallecanos buscando a Manucho, pero siempre sin grandes ocasiones. En la segunda parte, Galca avanzó líneas y en los primeros minutos la presencia blanquiazul en los dominios de Yoel fue constante. Jémez movió ficha rápido y dio entrada a Quini y a Ozbiliz.


Justo tras los dos cambios, el Espanyol disfrutó de una de sus mejores ocasiones de gol. Gerard Moreno, por la derecha, asistió a Marco Asensio, que no vio el tiro claro y cedió el balón a Abraham, que disparó sin demasiada fuerza.


Después llegó el turno del Rayo Vallecano, rápido y atento a la contra para reiniciar el choque. Disparó cañonazos desde la frontal del área por medio de Ozbiliz, primero, y Joni, después, que se fueron muy cerca de los palos de Pau López.


Las revoluciones aumentaron. El Espanyol renunció al control y se lanzó a por otro tanto. Los de Galca tuvieron dos acciones clarísimas y consecutivas. Una carrera en solitario de Burgui que acabó con un disparo pegado a un poste y una genialidad de Asensio en el área pequeña que obligó a Yoel a sacar el balón bajo el larguero.


Paco Jémez aceptó el reto y puso más pólvora. Sentó a Joni Montiel y sacó a Javi Guerra. Todo su ataque estaba en el césped de Cornellà. Y la apuesta dio resultado: Bebé consiguió el 1-1 tras recortar a Diop en un vértice del área y asestar un latigazo cruzado, imparable para Pau.


Constantin Galca también refrescó su ataque. Su equipo lleva semanas mirando a los puestos de descenso y un punto no era suficiente. El último en entrar fue Caicedo, pero la verdadera solución llegó con Hernán Pérez, en el césped algo antes, que logró un gol para enmarcar en el minuto 77, con un trallazo que perforó la portería rayista.


El 2-1 del paraguayo no cerró el partido, aunque sí revitalizó a los locales, que no tuvieron excesivos problemas para asegurarse el triunfo en la recta final del encuentro.

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