El Deportivo de la Coruña llega al éxtasis en Barcelona en el día del homenaje a Xavi

Un empate a dos goles en el Camp Nou permitió al Deportivo mantenerse en primera.

Barcelona, homenaje a Xavi,
El Deportivo de la Coruña llega al éxtasis en Barcelona en el día del homenaje a Xavi
Efe

El deportivismo ha llegado al éxtasis después de una salvación muy sufrida, la que logró esta tarde en el Camp Nou ante el Barcelona (2-2) después de haberse repuesto de una desventaja de dos goles que le condenaba a su tercer descenso consecutivo de Primera a Segunda División.


El sufrimiento de la afición del Deportivo, que ya repasaba mentalmente una temporada complicada en el césped y fuera de él, dio paso a la felicidad absoluta cuando los blanquiazules rescataron el empate en el campo del campeón de Liga.


El conjunto coruñés dependía de sí mismo, como en los dos anteriores descensos, pero esa condición la perdió a los cinco minutos, cuando el argentino Leo Messi adelantó a su equipo en una jugada que surgió de un saque de esquina favorable a los deportivistas.


Inevitablemente, el Deportivo parecía recuperar la etiqueta de equipo ascensor que se había labrado en la década de los sesenta y principios de los setenta.


Después, en los noventa y la década pasada, disfrutó de su mejor etapa, la del Supérdepor, capaz de ganar una Liga, rozar otra y levantar dos Copas del Rey y tres Supercopas, pero en 2011 se rompió la serie con el primer descenso en veinte temporadas.

El deportivismo lo lloró pese a haber sumado 43 puntos y llegar a la última jornada con la permanencia al alcance de su mano ante un Valencia que no se jugaba nada pero que le derrotó en el estadio de Riazor.


Las lágrimas de tristeza fueron de felicidad con el ascenso de la siguiente campaña, pero la alegría duró un año, hasta que en 2013, otra vez en Riazor y dependiendo de sí mismo para salvarse, la Real Sociedad le doblegó y le envió nuevamente a Segunda.


Como en su anterior descenso, el Deportivo se repuso en una temporada de cambios en el césped y en el consejo de administración, y volvió a la Liga BBVA de la mano de Fernando Vázquez con el objetivo de quedarse.


Cambió de entrenador antes de la pretemporada, llegó Víctor Fernández, y el equipo coruñés peleó toda la campaña en la zona baja de la clasificación, con derrotas dolorosas como el histórico 2-8 ante el Real Madrid en Riazor.


La directiva aguantó al técnico hasta el mes pasado, cuando confió el equipo a un debutante, Víctor Sánchez del Amo, que había defendido la camiseta del Deportivo como jugador.

El equipo atravesaba ya su peor serie de partidos sin ganar en Primera División, que acabó en la penúltima jornada, en el séptimo choque de Víctor Sánchez como técnico, y tras catorce compromisos sin saborear el triunfo.


El resultado permitía al equipo llegar a la última jornada dependiendo otra vez de sí mismo, como en las dos ediciones anteriores de Primera en las que había participado, en esta ocasión fuera de casa.


El milagro del Deportivo

A la tercera, fue la vencida, no sin sufrimiento. Messi había puesto el 2-0 a los 59 minutos de partido y quedaba media hora en la que solo un milagro podía sacar al Deportivo del infierno de Segunda División.


Y se produjo con las paradas de Fabricio Agosto y los goles de Lucas Pérez y el portugués Diogo Salomao, para éxtasis de los 300 aficionados que acompañaron al equipo en el Camp Nou, para los blanquiazules que siguieron el partido en todo el mundo, y para los que se quedaron en la ciudad gallega, que está de fiesta.