​Revuelta en el Barbastro

La Unión Deportiva Barbastro vivió este lunes una jornada convulsa que acabó con la dimisión del presidente y gerente, Carlos García, y una amenaza de plante por parte de los jugadores y del técnico Xavier Pérez, que desconvocaron finalmente tras recibir una llamada de un grupo de abonados comprometiéndose a hacerse cargo del club y a poner en marcha un nuevo proyecto deportivo la próxima temporada.

La plantilla, que lleva meses sin cobrar, iba a explicar este martes a las 19.00, antes del entrenamiento, las razones por las que habían decidido disputar este domingo su último partido ante el Tarazona en el Municipal de los Deportes de Barbastro si a lo largo de la semana no les pagaban lo que les deben. Con ello querían dar también un toque de atención a los aficionados con el objetivo de presionar tanto a instituciones como a empresas y solicitarles, una vez más, ayudas para reflotar una nave que se hundía sin capitán.

Y la amenaza surtió efecto ya que los jugadores y el entrenador dieron marcha atrás a última hora disculpándose por el "desconcierto" creado. A través de un escueto comunicado, aseguraron que tras la dimisión del presidente "puede que en pocas horas se llegue a un acuerdo para encontrar una solución a todos los problemas, sin tener que pasar por un acto tan polémico". Por ello, garantizaron que esta semana seguirán entrenando y que el domingo saldrán al campo "a dar la cara como hasta ahora".

La plantilla conversó con el colectivo de aficionados que han dado un paso al frente para coger las riendas de este histórico club fundado en 1947 y ha aceptado su petición de terminar dignamente la temporada. De momento no han trascendido los nombres de este grupo de personas, pero se espera que en los próximos días se produzcan noticias al respecto.

Lo que no tiene vuelta atrás es la dimisión del presidente, Carlos García. El lunes la comunicó oficialmente a la Federación Aragonesa de Fútbol y este martes comparecerá ante los medios para dar detalles de una decisión que dejaba el club en una situación muy complicada a seis jornadas para terminar la liga ya que si no hubiera surgido una nueva directiva, el Barbastro no hubiera podido seguir jugando, según la normativa federativa.

Una asamblea

El presidente Carlos García convocó hace diez días una asamblea para buscar una salida a esta grave situación. Reunión que escasamente tuvo acogida ya que solo acudieron medio centenar de los casi 300 socios. En ella, informó de la deuda del club (41.000 euros) y comunicó que no seguiría al frente de la entidad. También planteó la posibilidad de iniciar un nuevo proyecto con otro nombre y que nacería sin deudas.

"Presento la dimisión y que venga quien venga, yo no aguanto más. Estoy solo, sin apoyos no se puede. He tragado muchas cosas y el club no genera nada o por lo menos yo no sé generarlo, y me tocaba hacer demasiadas cosas, y mi bolsillo tiene un límite. Esto me afecta personalmente en mi estado de salud, y tengo familia e hijos", justifico ayer.

Carlos García recaló hace dos temporadas en la UD Barbastro de la mano de la empresa GM Sport Agency dedicada a gestionar equipos profesionales. El proyecto parecía atractivo y así fue en su arranque con varios fichajes procedentes del fútbol internacional. Pero el proyecto fue perdiendo fuelle por las deudas heredadas y la temporada pasada, la empresa se despidió. García se quedó al frente con José Antonio Fierro como presidente, con el cual acabó en los tribunales.