Los Riazor Blues recuerda al ultra fallecido

El grupo ultra cumplió su anuncio y los hinchas dejaron libres sus localidades.

El fondo de la grada de Maratón, donde habitualmente se sitúan los Riazor Blues
Los Riazor Blues recuerda al ultra fallecido
Efe

La reapertura de la grada de Riazor que había estado dos encuentros cerrada por el Consejo de Administración del Deportivo no ayudó a restaurar la paz social en el homenaje que los Riazor Blues rindieron a Jimmy, su miembro fallecido en la reyerta del 30 de noviembre en Madrid, y el minuto de silencio previsto a la media hora pasó casi inadvertido.


El grupo ultra cumplió su anuncio y los hinchas dejaron libres las localidades que han ocupado desde su fundación, en 1987, detrás de una de las porterías del estadio blanquiazul.


Dos hileras completas, con unos veinte asientos de ancho cada una, quedaron al descubierto, bajo la lluvia.


Para acceder a esa grada, los aficionados tuvieron que soportar un cacheo previo y, una vez dentro del estadio, todos salvo dos espectadores (unos pocos más durante el partido), respetaron la petición de los Riazor Blues.


Siete minutos antes de que empezara el encuentro, el público de Riazor volvió a silbar, como en encuentros anteriores, el mensaje de la Liga de Fútbol Profesional contra la violencia que se ha leído en todos los campos de Primera y Segunda División.


Bajó una intensa lluvia, cada vez más fuerte, con trece grados de temperatura y un 82% de humedad, los videomarcadores no arrancaron.


Aún faltaban cinco minutos para que el balón echara a rodar cuando, con la megafonía apagada, una parte de la afición pidió la dimisión del presidente, Tino Fernández, como en partidos precedentes.


Sonó entonces el himno del Deportivo y ya con el partido en juego, la primera iniciativa de los aficionados fue un cántico para que se encendieran los videomarcadores.


Tenía explicación: querían estar pendientes del cronómetro porque a la media hora de partido, la afición, a solicitud de más de cincuenta peñas, pretendía guardar un minuto de silencio en memoria de Jimmy.


Con las pantallas intentando arrancar, desde el fondo volvieron a solicitar la dimisión del dirigente, mientras otra parte del aforo silbaba el cántico, que, esta vez, no contenía insultos.


Volvió a repetirse en el minuto 15, cada vez con más agua cayendo del cielo, y a los 22 hubo unión en Riazor, la que aportó el golazo del argentino Luis Fariña.


Afición, equipo y directiva volvieron a ser uno, al menos durante unos segundos. El Deportivo empezaba a funcionar en el campo y uno de los videomarcadores se encendió a tiempo para que la afición decidiese qué hacer en el minuto 30.


Hubo silencio en la grada de los ultras, pero se rompió con los aplausos de otras zonas de Riazor porque el Deportivo atacaba y parte de la afición estaba a lo suyo, pendiente del fútbol y no del reloj.

Cuando el minuto acabó, desde el fondo de los ultras cantaron 'Jimmy vive' e insistieron con la dimisión del presidente del consejo de administración, que 24 horas antes del partido había pedido disculpas en un comunicado a los deportivistas que se hubieran sentido ofendidos por las medidas adoptadas desde el 30 de noviembre.

Desde entonces, la tragedia y las decisiones del Consejo de Administración del Deportivo dividieron a la afición y la herida sigue abierta.


La fractura social fue evidente el 3 y el 6 de diciembre en los encuentros de Copa del Rey y Liga ante el Málaga y tardará tiempo en cicatrizar, aunque ante el Elche mejoró el ambiente.