Crisis en el Real Madrid

Las peores horas de Mourinho

El técnico portugués no encuentra soluciones, acumula más derrotas que la temporada pasada, pierde credibilidad y acusa a sus jugadores.

El entrenador del Real Madrid, José Mourinho
Las peores horas de Mourinho
EFE

 José Mourinho vive sus horas más bajas en dos años y medio como entrenador del Real Madrid. Las derrotas, el mal juego, su falta de soluciones, las excusas y justificaciones ante los periodistas y el secreto a voces de su divorcio con Florentino Pérez el próximo verano, han reducido la credibilidad del técnico portugués ante la junta directiva, la afición, la crítica y, lo que es peor, su plantilla. Sus propios jugadores, incluso los más leales, se preguntan por qué juegan peor que el curso pasado y fallan sobre todo fuera de casa. Y lo grave es que no encuentran respuesta.


La 'cristianodependencia' es indiscutible. De no ser por el astro portugués, que se echó el equipo encima y evitó el naufragio blanco en Balaídos, el Madrid cerraría el año con la Liga casi perdida desde septiembre, algo insólito en la historia de este club, y la Copa tirada por la borda en la segunda eliminatoria. El proyecto se asemeja al que lideró el alemán Jupp Heynckes en la temporada 96-97. Fracaso sin paliativos en la competición doméstica pero la ansiada Copa de Europa conquistada en Ámsterdam, gracias a un gol de Mijatovic a la Juventus, transformó una temporada lastrada en un año histórico. Y nadie duda, aunque el fútbol no acompañe, que este Madrid, repleto de grandes jugadores y con Cristiano en plan estelar, puede afrontar con éxito siete partidos y conquistar Europa por décima vez.


En menos de cuatro meses, 'Mou' ya suma seis derrotas, las mismas que en toda su primera campaña y una más que en el ejercicio precedente. Al luso se le ve preocupado porque nunca sufrió tanto. Ni siquiera en su etapa al frente del Leiria y del Oporto encajó más de nueve derrotas por campaña. Y nunca llegó peor a final de año. El próximo 9 de noviembre, en la vuelta de octavos de Copa, afrontará un reto impensable, ya que hace diez años que el Real Madrid no supera una eliminatoria en el torneo del K.O. después de perder el choque de ida. El Athletic fue la última víctima de una remontada. Salvo desastre, el Celta debería ser la siguiente.


El postpartido de Balaídos dejó patente que existen problemas internos. Mourinho hizo autocrítica al declararse culpable de dejar fuera del banquillo a Morata -sorprende su batalla de hace dos años para reforzar el equipo con un tercer punta como Adebayor y que ahora no disponga por decisión propia de un relevo para Benzama-, pero a partir de ahí desvió el tiro y arrojó porquería sobre los jugadores. No dio nombres propios, lo que sí hizo en otras ocasiones que señaló directamente a Sergio Ramos u Özil, pero los destinatarios de sus reproches están en boca de todos.

Benzema, Kaká y Di María, señalados

Benzema, abúlico en Vigo, y Kaká, que ni siquiera miró al técnico cuando le daba instrucciones antes de entrar en sustitución de un pésimo Essien, fueron apuntados cuando 'Mou' se soltó el pelo. «Mejor Morata que está verde pero tiene ambición y quiere dar su máximo, aprender y equivocarse, que no otros que igual no querían jugar este partido porque hace frío, llueve, es Copa... Es mi responsabilidad y la asumo». Por si quedaba alguna duda de los destinatarios de los reproches, basta analizar esta respuesta: «Varane ha sido un campeón porque se lesionó y se quedó dentro. Y lesionado hizo más que otros que no lo estaban. Jugó arriba porque no podía correr y lesionado ha hecho su trabajo». Di María es otro de los damnificados de la derrota ante el Celta. Cuando un jugador es retirado en el descanso, ya sabe que puede sentirse culpable.


Según comentaron testigos presenciales, los jugadores blancos abandonaron el feudo celtiña cariacontecidos. No encontraban explicación a lo ocurrido. Arbeloa dio la cara y reveló las dudas existentes. Su argumentario es extensible al resto de compañeros. Sabe que algo falla pero no encuentra los motivos. «Fuera de casa nos está costando mucho más. Este año no somos tan fiables como en la temporada pasada. No estamos cómodos. Nos aprietan mucho y sufrimos para sacar buenos resultados. Nos faltan muchas cosas: actitud, como dice el míster, que no estamos tan finos de cara a la portería y más contundencia atrás porque nos hacen más goles. En los primeros 70 minutos nos faltó la garra de los últimos 20. Hay mucho que reflexionar porque es evidente que algo no marcha bien».


De momento, Mourinho no da con la tecla y no encuentra soluciones. Su equipo se ha hecho previsible. Todos los rivales saben que es clave presionar a Xabi Alonso para evitar una salida cómoda al contragolpe. Sus cambios a la desesperada, son evidencia de improvisación. Callejón sale como sustituto de Benzema, pendiente todavía de un diagnóstico definitivo sobre su lesión de tobillo, y acabó como lateral derecho. Y Varane, de '9'...