Final de la Copa del Rey

Acusan a Aguirre de "ultrasur" por "politizar eventos deportivos"

El Gobierno vasco considera "lamentables" las declaraciones mientras que la Generalitat cree que es un intento de "maquillar" su gestión.

Tras las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre "suspender y celebrar a puerta cerrada" la final de la Copa del Rey, algunos partidos políticos han cargado contra ella calificándola de "pirómana" y "ultrasur" por querer "politizar" el fútbol. El Gobierno vasco y el catalán criticaron las palabras de la presidenta, al mismo tiempo que el Ejecutivo central pidió evitar que se mezclaran "unas cosas con las otras".


Aguirre aseguró que el partido del próximo viernes en Madrid, en el que el Athletic de Bilbao y el F.C Barcelona se jugarán la Copa del Rey, "se debe suspender" y celebrar "a puerta cerrada en otro lugar" si, como ya ocurrió hace tres años en Valencia, se produce una pitada contra el Príncipe o durante la reproducción del himno de España. "Los ultrajes a la bandera o al himno son delito en el Código Penal", apostilló.


Tanto el Gobierno catalán como vasco manifestaron su rechazo ante dicha propuesta. La portavoz del Ejecutivo vasco, Idoia Mendia, consideró "lamentables" las palabra de Aguirre y afirmó que "una presidenta de una comunidad autónoma debe hablar desde la sensatez".


En la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno de este martes, Mendia indicó que se trataba de unas palabras "lamentables que no benefician a nadie, ni a su comunidad autónoma ni al deporte". A su juicio, "lo importante no es mezclar deporte con política" porque "hacemos flaco favor si a unos deportistas les pedimos de otras connotaciones que no tienen nada que ver con sus funciones".


Mendia apuntó que los aficionados del Athletic de Bilbao que van a ir al partido a Madrid, así como los que va a estar siguiendo el encuentro desde Euskadi, "va a ir a divertirse, a ver fútbol de calidad y no a otras cosas".


Asimismo, el Gobierno catalán afirmó que la propuesta se trataba de un intento de la presidenta madrileña de "silenciar" que el déficit público de su Gobierno haya sido superior a lo anunciado. "¿No tiene trabajo la señora Aguirre?", se preguntó el portavoz Francesc Homs.


El portavoz catalán lamentó la manera en la que Aguirre trata de "maquillar" y tapar su gestión, y citó una expresión del refranero. "Se coge antes a un mentiroso que a un cojo", señaló.


En este contexto, partidos nacionalistas vascos y catalanes también cargaron contra Aguirre. En el caso de los catalanes, el portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso, Alfred Bosch, acusó a la presidenta madrileña de actuar como una "pirómana" y apuntó que ella sí merecía ser pitada.


Además, Bosch aprovechó el debate en sesión plenaria para emplazar al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a que ataje el "incendio" que podría provocarse tras las declaraciones de Aguirre, a la que denominó "la ultrasur 'numer one'", por sugerir la suspensión del partido de fútbol.


"Nosotros no hemos dado apoyo a ninguna manifestación de odio o de rencor hacia los símbolos ni hacia España", recalcó.


También el líder de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran, criticó y calificó de "atentado a la libertad de expresión" la propuesta de la presidenta de Madrid. "Yo creo que a la gente se le tiene que permitir hacer lo que considere oportuno. En un partido de fútbol es habitual que haya este tipo de silbidos cuando hay representantes del Estado o de partidos políticos", sentenció el dirigente democristiano.


En cuanto a los nacionalistas vascos, el portavoz adjunto del PNV, Aitor Esteban, avisó de que era "imposible poner una mordaza a la gente". En declaraciones en el Congreso, Esteban expresó que Aguirre se había metido en "camisa de once varas", y que con sus palabras no hacía "favor a la causa que dice defender".


También el presidente del BBB del PNV, Andoni Ortuzar, calificó de "una auténtica irresponsabilidad" las declaraciones de Aguirre, y denunció que se use a vascos y catalanes para "intentar politizar eventos deportivos o tapar otras realidades de las que no quieren hablar".


Según dijo, "los vascos, y supongo que también los catalanes, estamos hartos ya de que se nos utilice como chivo expiatorio, como excusa para intentar politizar eventos deportivos o para intentar, simplemente, tapar y crear polémicas artificiales".


Discrepancias entre Aguirre y el Gobierno del PP


Respecto a este tema, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, pidió no mezclar "reivindicaciones" nacionalistas con el deporte.


"El deporte es algo para disfrutar y no para hacer de él objeto de otro tipo de reivindicaciones", exclamó y argumentó que a los españoles el deporte les llega mucho por lo que instó a "evitar que la gente mezcle unas cosas con las otras".


El que también se pronunció sobre dicha propuesta fue el presidente del Congreso, Jesús Posada, que rechazó suspender el partido de fútbol. A su juicio, este tipo de medidas sólo se deberían tomar "en última instancia", con una convicción "tremenda" y porque "no haya más remedio".


Posada calificó como "muy doloroso" que se vaya a aprovechar la final de la Copa del Rey para defender una posición "separatista" con el fin de "exacerbar" los sentimientos. "No me parece bien", zanjó.


En cuanto al portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, recalcó sobre el asunto que "el fútbol es fútbol y lo demás sobra".


También el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, discrepó de la presidenta de la Comunidad de Madrid y precisó que se debe jugar la final en Madrid "con total tranquilidad" y que, si hubiera sido por eso, no habría habido partido entre el Athletic Club y el Atlético de Madrid en Bucarest porque los aficionados del Atlético llevaban banderas con el águila preconstitucional.


Es "absurdo" y una "exageración" suspender el partido


Por su parte, Rafael Simancas, portavoz de Fomento del PSOE y ex secretario general de los socialistas madrileños, declaró en los pasillos del Congreso que suspender el partido de fútbol es una medida "extraordinaria" y una "exageración" que haría pagar "a justos por pecadores" y que sólo se trataba de una "cortina de humo" para no hablar de la desviación de déficit de Madrid o de la huelga de enseñanza.


En este contexto, el diputado de Izquierda Unida por Asturias, Gaspar Llamazares, consideró "absurdo" suspender la final de la Copa del Rey si se pita el himno de España. A su juicio, se hacen declaraciones que "más que calentar el ambiente desde el punto deportivo, calientan el ambiente desde el punto de vista político y no se necesita porque bastante caliente está".


Por su parte, la portavoz de UPyD en el Congreso, Rosa Díez, sentenció que si a alguien le "repugna" la figura institucional que entregará la Copa del Rey a quien resulte vencedor de la final, lo que debería hacer es no jugarla. "Lo tienen tirado: que no jueguen la final y que los dos clubes se retiren. Es mucho más fácil", insistió Díez.


Finalmente, el portavoz de Amaiur en el Congreso, Xabier Mikel Errekondo, dijo que espera que los políticos lleguen a hacer alguna lectura de lo que pueda llegar a ocurrir este viernes.


Tras subrayar que el deporte es un modo "muy bueno" para conectar con los sentimientos de la gente, el diputado y exjugador de la Selección Española de Balonmano sólo espera que los 40.000 asistentes a dicho encuentro transmitan lo que sientan, sin que ello tenga por qué generar "ningún problema".