Falsa calma en Tramacastilla

A simple vista, la de ayer era otra jornada estival más en la localidad altoaragonesa de Tramacastilla de Tena. Los miles de turistas que en estas fechas pueblan este pequeño pueblo del Pirineo aragonés, en busca de un clima templado y un bucólico paraje, desarrollaban su vida vacacional ajenos a la preocupación que, estos días, ocupa la cabeza de todos los habitantes locales.

Y es que, si existe un lugar en el que el percance que tiene al montañero aragonés Óscar Pérez atrapado en el Latok II se vive con especial inquietud es en esta villa. Localidad en la que su familia posee fijada su residencia y que, en estos duros momentos, presenta dos caras fácilmente diferenciables. Una, la del turismo, principal fuente de beneficios de la zona. No en vano, Tramacastilla es un pequeño y apacible pueblo pirenaico. Formado por casas de piedra y cubiertas de pizarra. Rodeado de un verde paisaje que hace las delicias de todo visitante, llegados, fundamentalmente, desde Francia, Cataluña o el País Vasco, así como de otras zonas de Aragón.

Detrás de esta realidad, la de la vida tranquila alejada del bullicio existente en la gran ciudad, subyace otro escenario. El que viven los nativos del pueblo. Aquellos que conocen a Óscar personalmente y que, en estos momentos, no pueden tener otra cosa en la cabeza que no sea la situación en la que se encuentra su paisano. Pese a que en verano los foráneos, probablemente, dupliquen en número a los locales, un solo vistazo basta para poder diferenciar a unos y a otros. Mientras que los primeros disfrutan despreocupadamente de sus vacaciones, los otros se reúnen insitentemente ávidos de buenas noticias. Ansiosos de conocer la última hora sobre el estado Óscar y su búsqueda. "Lo peor de todo es no poder conocer su estado", afirma un vecino mientras ojea un diario tratando de conocer los entresijos de los distintos planes de rescate que se están llevando a cabo, "esperemos que pueda aguantar", comenta otro. La esperanza en la fortaleza del montañero es una constante en el ánimo de sus allegados.

La familia guarda silencio

Mientras, los principales afectados por la situación del montañero del club Peña Guara, su familia, prefieren vivir la interminable espera alejados de los medios de comunicación, que en la jornada de ayer rompieron la clásica tranquilidad reinante en Tramacastilla. "Ha sido una jornada muy movida, con la llegada de varias televisiones y periodistas al pueblo. Pero, de momento, la familia prefiere estar tranquila, ni se dejan ver por las calles", relata una vecina en la terraza del 'Restaurante Blasco', colindante a la vivienda familiar de Óscar.

A la espera de que se produzcan buenas noticias, aguarda un tiempo de tensa calma en Tramacastilla. De dos realidades superpuestas a la espera de que el desenlace de esta historia pueda, por fin, restaurar la paz pirenaica.