Tal y como están las cosas en el club, ¿por qué ahora?

Tanto Agapito como yo hemos considerado que este era el momento ideal. Dicen que soy algo talismán y, en este momento, quieren que transmita mi personalidad y mi carácter ganador. Eso, unido a los conocimientos futbolísticos que he cosechado a lo largo de mi carrera, será lo que trataré de contagiar. Sé que la entidad no atraviesa su mejor momento y que no estamos para pedir demasiado pero, a partir de nuestras posibilidades, trataremos de buscar la mayor calidad posible.

¿Cuál es, exáctamente, el proyecto?

He firmado un contrato de tres años. Precisamente eso es lo que me llevó a aceptar, porque quería tener un tiempo prudencial para trabajar bien y con tranquilidad. En ese tiempo, dirigiré la Ciudad Deportiva y seré el primer entrenador del Real Zaragoza B. De todos modos, los proyectos dependen mucho de la gente que está en el club y de las condiciones con las que se cuenta. Hasta que no vea lo que hay, no sé cómo va a seguir el proyecto.

¿Conoce la estructura interna del Real Zaragoza y la labor que han realizado anteriormente Ernesto Bello y Emilio Larraz?

Me he informado bastante, pero desde la distancia las cosas se ven de otra manera, no hay exactitud. Ahora, cuando empiece a empaparme todo y comencemos a rodar, veré cómo es realmente la situación. A Larraz no le conozco y con Bello he hablado tres o cuatro veces para saber cómo trabajaba y cuál era la estructura del club. No tengo relación con ninguno de los dos.

¿Va a mantener la misma organización que hay en cada una de las categorías base?

Mi intención es no mover mucho las cosas, aunque todavía tengo que conocer a la gente e informarme de todo. Sé que es muy difícil que me guste todo, pero intentaré no cambiar demasiado.

¿Se puede compaginar ser el director de la Ciudad deportiva con entrenar al filial?

Sí, claro. Si no lo creyese no hubiese aceptado. Voy a necesitar mucho tiempo y la ayuda de toda la gente que está aquí, porque solo no voy a poder manejarlo.

¿Qué objetivos se ha marcado en ambas parcelas?

Vamos a tratar de perfeccionar las cosas. En el filial es muy necesario el ascenso a Segunda B. En la cantera, la idea es formar jugadores y tratar de abastecer al primer equipo en la medida de lo posible y, si no se pude, dar la mejor imagen posible fuera de Zaragoza. Para que un jugador llegue a lo más alto es imprescindible la ayuda del entrenador, en este caso de Aguirre. Por ello, si él me lo permite, trataré de tener contacto casi a diario con él. También quiero reunirme con la SD Huesca, el Andorra y el Teruel para encontrar soluciones, tanto para sus jugadores como para los de aquí.

¿Asumiría, si fuera necesario, el banquillo del primer equipo?

No me han llamado para eso, ni figura en mi contrato. En mi mente sólo está la cantera y disfrutar con ello, por el momento.

¿Se va a mantener la política de fichar a jugadores extranjeros para el filial?

Depende de lo que encontremos tanto en la casa como en la región. Este año se va a producir una renovación importante en el equipo, que estaba ya cerrada antes de que yo viniera. Subirán jugadores y otros vendrán de fuera.

Usted que ha jugado en algunos de los mejores estadios del mundo, ¿cómo se ve viajando ahora a los campos regionales?

En autobús. No tengo ningún problema, viajaré y me moveré para ver a todos los equipos del club.

Para algunos usted es un mito: la Copa del 94, su gol en la final de París...¿cómo es Juan Eduardo Esnáider ahora?

Sigo siendo el mismo, con las mismas ganas de triunfar y de hacer las cosas bien. He aprendido a controlar mejor cada situación, pero mi carácter sigue siendo el mismo.

¿Tenía ganas de volver al Real Zaragoza?

Siempre quise regresar. Desde hace tiempo ha habido acercamientos y posibilidades para volver, pero nunca se habían concretado las cosas. Esta vez se ha dado todo para que pudiese entrar en el club y estoy contentísimo. Es una gran oportunidad para mí.