El número de abonados de la Sociedad Deportiva Huesca y el de la afluencia de espectadores en los partidos que se disputan en el estadio de El Alcoraz es motivo de preocupación en el seno del club azulgrana. Aunque se trata de un mal compartido con la mayoría de clubes de Segunda y Primera, la entidad oscense vive un periodo de reflexión por la regresión de la cifra de fieles en poco más de tres años. Tanto es así que en el próximo consejo de administración que tiene previsto celebrar el club este será uno de los temas de análisis con el fin de intentar encontrar alguna fórmula que pueda contribuir a recuperar la conexión con la masa social.

La aparición del conjunto azulgrana en la elite del fútbol ha coincidido, por desgracia, con uno de los periodos de crisis más acusados en España. Parece indudable que el factor económico ha podido influir en la renovación de carnets. Aunque no ha sido el único: la retransmisión de un porcentaje elevadísimo de los encuentros que disputa el equipo oscense también ha tenido su peso. A cambio, esto supone una partida de ingresos para el club.

Hay otras causas de tipo sociológico que serían más subjetivas a la hora de interpretar: de un lado, la novedad del ascenso a Segunda División, que se ha ido desinflando con el paso del tiempo; y por otra parte, la simpatía que despierta la entidad, que se ha visto algo afectada en los últimos meses por diferentes episodios, como por ejemplo, sus críticas en la página web por la poca asistencia al campo en el Día del Club de la campaña pasada.

Como fruto de todo lo anterior, en mayor o menor medida, el Huesca ha ido bajando de los 4.100 socios del primer año en la división de plata a los 3.600 del segundo y los 3.400 del año pasado. De hecho, la última cifra (un total de 3.433) es la que aparece aún en la web azulgrana. En la actual temporada, el club todavía no ha hecho público su número de abonados, aunque diversas fuentes cercanas a la entidad apuntan que estos no llegarían siquiera a los 3.000.

La situación es preocupante por cuanto la iniciativa privada -muy vinculada a la repercusión mediática sobre la audiencia más próxima al club- debería pasar a un plano más activo en el soporte de la institución, una vez que los organismos públicos, en especial el Gobierno de Aragón, han anunciado importantes recortes en sus subvenciones a entidades deportivas, lo que sin duda va a afectar de lleno a la SD Huesca.

Anuncio de CARTV

El club que ahora preside Fernando Losfablos ha visto cómo de una partida próxima al 40% del presupuesto que aglutinaba todas las ayudas de carácter público (reformas del Alcoraz en su día, patrocinio de la DGA, televisión autonómica, ayuntamiento, etc.) se ha pasado con el transcurso del tiempo a una cantidad sensiblemente inferior, aunque todavía con un peso notable en el balance de cuentas. Sin embargo, las perspectivas no son precisamente halagüeñas a corto plazo. La reducción de la ayuda del Gobierno autonómico experimentada ya en 2011 se prevé más contundente aún el año que viene. Sin ir más lejos, el director general de CARTV, Jesús López Cabeza, anunció este lunes la supresión de los patrocinios deportivos del ente.

De ahí la necesidad de la sociedad anónima de valorar esta situación en la próxima reunión del consejo de administración, que se prevé para este mes de octubre o primeros de noviembre, según señalaban ayer desde las oficinas del club azulgrana. Estas mismas fuentes reconocían que si no se ha hecho pública la cifra de socios de esta campaña "es porque primero se quiere abordar el asunto" con el consejo.

La afluencia al estadio también ha experimentado un retroceso vertiginoso. Mientras el primer año en Segunda era complicado bajar de los 4.000 asistentes -con números muy superiores en citas concretas-, esta campaña las cifras se sitúan alrededor de los 3.000. Resulta un porcentaje de un 25% menos, en poco más de tres años.

Promociones infructuosas

El club ha lanzado numerosas propuestas y campañas destinadas a poblar la desguarnecida grada de Gol Sur -donde suele predominar el cemento, más allá de la representación de la hinchada visitante-, pero ni con esas se ha conseguido darle colorido. Esta despoblación progresiva ha acabado por enterrar ya desde hace algún tiempo la perspectiva o el debate de un nuevo estadio azulgrana con mayor aforo que el actual. Y eso que El Alcoraz, remozado a conciencia hasta el punto de haber perdido gran parte de su cara más vetusta, ya puede albergar una entrada superior a los 6.000 espectadores. Y ello sin perder un ápice de comodidad y sin necesidad de recurrir a experimentos con gradas supletorias cuando llegue alguno de los 'grandes' de la división de plata.