El Ángel Ximénez doblegó (33-21) al Bada Huesca en un partido que no tuvo historia, dado que los pupilos de Fernando Barbeito se mostraron muy superiores de principio a fin a los oscenses, a los que con esta victoria superan en la clasificación al inicio de la segunda vuelta.

Antes del ecuador de la primera parte los cordobeses ya dominaban con holgura en el electrónico (8-4, min.12). De Hita paraba y lanzaba a su equipo con un inspirado José Cuenca en los primeros compases, mientras que entre los visitantes sólo Murguerza veía puerta.

Esa primera renta se mantendría a ocho del descanso (11-7) después de que el Bada Huesca acumulara seis minutos sin marcar y pese a que llegaran los dos primeros goles del cordobés de los oscenses, Carlos Molina. Con todo, tras la exclusión de éste cuatro minutos después, el Ángel Ximénez alcanzó su máxima ventaja con seis tantos de diferencia.

Molina volvió a cancha y evitó el desaguisado para los de Nolasco, ya que con dos estratosféricos goles redujo a cuatro tantos (14-10) la diferencia al descanso, al que los pontanenses se marcharon con inferioridad de dos jugadores excluidos.

Tras el paso por vestuarios llegó el primero gol de Chispi, que se pasó en blanco los primeros treinta minutos sin que su equipo le echará de menos como el miércoles en la Copa. Un minuto después hacía el segundo para colocar un esclarecedor 16-11 a los cinco minutos de la reanudación.

Con todo el festival del Ximénez no quedó ahí y llegó hasta los siete goles de diferencia (18-11) que parecía casi sentenciar el partido.

Pero la sangría que los pontanenses le endosaron al Bada Huesca no quedó ahí, porque ha poco más de un cuarto de hora del final el partido estaba finiquitado con un concluyente 25-13 con un festival de paradas de Álvaro de Hita y goles de José Cuenca y Chispi, que definitivamente despertó en la segunda parte.

Con todo las máximas ventajas no cesaban (31-16) de incrementarse ante un conjunto el visitante obtuso que encima veía como perdía lesionado a Mugerza.

El Bada Huesca, con una defensa mixta, maquilló el marcador en los compases finales para caer por 32-21 en un partido que no tuvo historia.