Los rivales son el mejor termómetro para saber cómo está un equipo. Y el Bada Huesca firmó ayer posiblemente su mejor partido en el Palacio de los Deportes de la presente temporada.El Granollers es un equipo de quilates. El equipo de Barcelona es puro balonmano. No de ahora.Desde siempre. Y el siete altoaragonés vendió cara su derrota ante el primero de los mortales en la liga Asobal. Perdió de uno, pero ofreció un recital de pura alma, de carácter. Este equipo está forjado para seguir escribiendo páginas de historia.Si la suerte le acompaña dentro de poco más de 48 horas que se prepare el Eskilstuna. Lo pasará mal.

La primera parte ofreció minutos de una defensa intensa.De un 6:0 con Molina, Mira, Rasic y Ugarte de chicos duros. Intensos, fuertes, pegajosos respondieron durante muchos minutos a la propuesta de ataque del Granollers. Y hacerlo delante de unos tipos como Álvaro Ruiz, Del Arco y Grundsten que saben y mucho de qué va esto no era tarea fácil.

Y eso que el partido no empezó bien.A los 47 segundos del inicio, Rasic fue excluido. Abramos un paréntesis.Hay una cierta sensación de que al Bada Huesca no se le pita con el mismo rasero que al rival. Quedarse con esta copla a la larga puede traer problemas.Pero hay una cosa clara, a los defensas del Bada les ven, a los rivales, no. Cierre de paréntesis.

En ataque, el siete de Nolasco se topó el primer acto con otro 6:0 fuerte más Pejanovic. Un cuarentañero inmenso, con manos y con mando en plaza que enchufa a su defensa al mínimo despiste. Para ser del este, pura pasión,

Granollers horadó la resistencia del Bada hasta poner el marcador en franquicia. Con 10-12, Nolasco cambió de porteros y Pablo Hernández brilló con luz propia durante la más de media hora que estuvo sobre la pista.

La buena noticia del Bada llegaba por el lado de los jóvenes. Quizá pensando en el histórico partido del sábado con el pase a la fase regular en juego por mucho que haya que remontar 8 tantos el Eskilstuna, Nolasco metió a los jóvenes sobre el 40x20. Y respondieron. Por poner un nombre propio, Mikel Mugerza. El zurdo reemplazó en ataque a un Marcelo muy castigado por arrastrar problemas físicos y el vasco sacó a pasear su zurda para firmar seis tantos a cada cual mejor. El segundo acto empezó con un golazo suyo.

Allí se gestaron los mejores minutos del partido.El Granollers no quiso sorpresas y en dos minutos pasó del 11-13 al 11-15. El parcial lo rompió Rochel y terminó por menguarlo Mugerza. El Bada volvía a ponerse en situación de partido. Y lo hacía con alma. Los jugadores jaleaban cada tanto, cada buena defensa, cada error del contrario producto de su juego. Con el pabellón ‘caliente’, el problema llegó con las exclusiones seguidas de Molina y Rasic –siete segundos de diferencia entre las dos–. Era el minuto 9, con mucho partido por delante. Aún así, el equipo no se descompuso. Siguió creyendo en la remontada y llegó a ponerse a dos durante muchas fases del juego con el Granollers intentando controlar una victoria que la celebró por todo lo alto.