La prueba más personal de Rudez

Desde hace algunos años, el baloncesto aglutina algunos casos de entrenadores que concilian el trabajo diario que supone llevar las riendas de un club con el cargo veraniego de seleccionador nacional. Sin ir muy lejos y por poner un ejemplo, David Blatt compaginó durante algún tiempo la dirección de la potente Rusia con otros conjuntos europeos. Una figura que en España fue desarrollada recientemente por Sergio Scariolo, aunque en su caso el italiano fue obligado a ejercer como técnico fuera de la Liga Endesa pues la ACB no permite dicha simultaneidad de puestos.

Claro que, como en todo, y más en la competición que tolera a Satoransky figurar como jugador de formación pese a no cumplir con los requisitos necesarios, con la ley viene siempre aparejada la trampa. Así, el de Brescia encontró su subterfugio particular en Khimki y Milán. Recovecos legales que Jasmin Repesa ha hallado también para poder dirigir esta temporada al Unicaja, entidad que confía en su amplio prestigio internacional para poder levantar al gigante verde caído.

De manera oficial, el actual entrenador de los malagueños únicamente desarrolla dicho cargo mientras dure la competición. Igual que solo fue firmado y presentado una vez que, a mediados de septiembre, volvió de disputar el Pre-Europeo con Croacia, a pesar de que el conjunto andaluz había anunciado el acuerdo entre partes ya en junio. Por ello, parece un secreto a voces que una vez que termine la Liga Endesa volverá a tomar el timón del combinado balcánico durante el próximo Eurobasket. Legalmente lo puede hacer, pues su contrato es de una temporada ampliable a otra. Aunque parece que en la Costa del Sol no hace mucha gracia dicha opción.

Por ello, no se puede afirmar como tal. Pero no es descartable el hecho de que este sábado Damjan Rudez se podría medir al hombre que el próximo verano deba tomar la decisión de incluirlo, o no, en la lista de jugadores que viajarán a Eslovenia para defender al equipo croata. Un partido especial en lo individual, que coincide además con la línea ascendente que el alero está experimentando durante las últimas jornadas. Muestras de que su adaptación al equipo y la competición ya es un realidad, igual que el sorprendente alto nivel de castellano que exhibe a la hora de expresarse verbalmente.

En Manresa, el dorsal número 10 del CAI explotó ofensivamente, jugando muchos minutos de ala-pívot por los problemas de faltas de su compañero Pablo Aguilar. Hasta 20 puntos llevaron su firma, muchos de ellos en el segundo cuarto. Tiempo en el que prácticamente sostuvo él solo al equipo en ataque. No fue la primera vez que el de Zagreb termina por encima de la veintena, eso sí. Habiéndolo logrado también contra Cajasol. Exhibición que le valió para terminar incluido en aquella ocasión en el mejor quinteto de la jornada.

Con la Copa en un horizonte posible, el conjunto aragonés demanda lo mejor de un jugador llamado a ser clave en el esquema de José Luis Abós. El momento perfecto para establecerse como una realidad de la Liga Endesa. La mejor prueba para demostrar que este verano se merece estar con los mejores del continente.