Motivos para creer en el cambio del Tecnyconta

El equipo de Jota Cuspinera está logrando el complicado desafío de devolver la ilusión a una afición decaída

Intenso tiempo muerto
Intenso tiempo muerto en la victoria contra el Gipuzkoa.
Raquel Labodía

Siete jornadas son apenas un suspiro en una liga regular de 34 partidos. Pero se trata de un lapso suficientemente extenso para comenzar a desentrañar las cualidades y las carencias de un equipo. Unos indicios que deberá confirmar o desmentir a lo largo del ejercicio, pero que ayudan a intuir el camino que aguarda.

En este primer examen parcial, el conjunto dirigido por Jota Cuspinera aprueba con una nota superior a la que se preveía. Los nefastos resultados de la –a menudo mentirosa– pretemporada, dibujaban negros nubarrones en el horizonte rojillo. Unos pésimos presagios plasmados en las cuatro derrotas consecutivas con las que se resolvieron los primeros compromisos oficiales. Sin embargo, incluso en aquella inquietante racha, se intuía en el colectivo zaragozano un alma combativa y solidaria que se ha expandido a posteriori y que se halla en continuo crecimiento. Con la excepción de la previsible paliza en la cancha del Real Madrid, duelos de tanta complicación como frente al Herbalife Gran Canaria o la visita al Bilbao, no se resolvieron hasta los postreros compases. Esa férrea voluntad de resistirse a la lógica delataba la pulsión competitiva del grupo cincelado por un entrenador que nunca extravió la fe en su obra.

Justo cuando el precipicio se hallaba bajo sus pies y la soga del cero en el casillero de victorias anudaba su cuello, el Tecnyconta ha obtenido el premio a ese trabajo concienzudo. Los triunfos ante Morabanc Andorra, Baskonia y Gipuzkoa Basket han conformado un in crescendo que ha devuelto la esperanza y el entusiasmo a una afición que andaba sedienta de alegrías en los últimos tiempos. El furor con el que agradeció al plantel el esfuerzo invertido para vapulear al Gipuzkoa el pasado domingo es la prueba irrefutable de que se está recomponiendo una relación que se había agrietado severamente. Con especial virulencia en la decepcionante temporada 2016-2017.

Pese a que es una cuestión más de intangibles y sensaciones, los números también se conjuran para aplaudir este cambio tan necesario acaecido en 12 meses. El Tecnyconta de Andreu Casadevall solventó las siete primeras fechas con un balance de dos triunfos y cinco tropiezos, con un diferencial negativo de puntos de 37 (527 a favor y 564 en contra). Unas cifras engordadas por bofetadas tan sonoras como la padecida en Santiago ante el Obradoiro (80-63).

En este mismo tramo, la escuadra de Cuspinera acapara una victoria más y su diferencial es notablemente superior, +3 (576 puntos a favor y 573 en contra). No se aprecian las imperdonables desconexiones de su antecesor. Y, sobre todo, el técnico ha logrado involucrar a todos los integrantes de la plantilla para que se sientan importantes. Desde GaryNeal a Michal Michalak todos dan un paso al frente.

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