Dos embajadores de la NBA para el Tecnyconta

Un trocito de la considerada mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA, aterrizó en Zaragoza el pasado mes de agosto con la llegada de Jarvis Varnado. El pívot arribó a la capital aragonesa con el estatus de campeón de la prestigiosa liga estadounidense. Ocurrió en la temporada 2012-2013, en unas finales en las que, enrolado en las filas de un Miami Heat dirigido por Lebron James y sus manos derechas Dwyane Wade y Chris Bosh, su exequipo se impuso a los San Antonio Spurs tras remontar un marcador adverso de 2-3 –la final se disputa al mejor de siete partidos–. Ha querido la casualidad que una pieza importante del engranaje de aquel equipo, que tan difícil se lo puso para alzarse con la corona de campeón, vaya a ser uno de sus compañeros esta temporada. Gary Neal amartilló a triples a los de Erik Spoelstra, una muestra de talento que, sin embargo, no fue suficiente. Cuatro años después, y tras diversas paradas por el camino, campeón y subcampeón de la NBA se reencuentran en la plantilla del Tecnyconta.

"Pensaba que íbamos a perder ante un gran rival, pero, después del sexto partido, supe que íbamos a levantar el título", asegura Varnado. Los Miami Heat consiguieron el ansiado trofeo tras encadenar dos triunfos consecutivos en casa, en el American Airlines Arena de Miami, Florida. "Fue una gran experiencia formar parte de un equipo tan especial siendo tan joven. Aprendí mucho de mis compañeros", continúa el norteamericano, que destaca como ‘profesor’ favorito al triple campeón de la NBA Lebron James. "Conoce el juego como si de un entrenador se tratase; mejor dicho, es un entrenador que juega en la pista", explica. Pero la impronta que aquella mítica plantilla dejó en el jugador de Tennessee no solo se limita a su figura más reconocible y mediática. Chris Bosh también contribuyó a la evolución de su juego. "Me enseñó a colocarme en el poste bajo, a ganarle la posición al rival, a practicar mi juego de pies...", desgrana.

Unos movimientos que podrá poner en práctica –junto a su fama de taponador– mañana en Santiago, en el debut liguero ante el Obradoiro. Este aprendizaje no estuvo exento de alguna que otra novatada durante el camino. "Al ser uno de los más jóvenes del equipo, parte de las bromas me las gastaban a mí. Me escondían las zapatillas, por ejemplo", cuenta con una sonrisa.

El premio al esfuerzo y el trabajo realizado por Varnado en el año 2013, el voluminoso anillo de oro que se desliza inalterable año tras año entre los dedos de los campeones, "se ha quedado en Estados Unidos, bien protegido. En su momento se lo enseñé a mi familia, a mis amigos más cercanos... todo el mundo quería verlo", afirma el pívot.

Un objeto de fascinación al que su ya compañero Gary Neal se quedó a las puertas de conseguir. El escolta, presentado el miércoles, califica de "decepcionantes" las finales de 2013. Aunque, pese a la derrota, admite la gran experiencia que supuso participar en ellas, "una oportunidad que muchos jugadores no logran tener". En esta última ronda, más en concreto en su tercer partido, Neal –quien completa la plantilla del Tecnyconta junto al confirmado Juanjo Triguero– demostró sus habilidades desde la línea de 6,75 con 24 puntos, firmando un elocuente 7 de 10 en triples. "Lo recuerdo como un gran partido. Fue en casa. Tuve muy buenas sensaciones y pude armar el brazo", rememora.

El jugador de Baltimore también recibió lecciones de unos buenos maestros –Tim Duncan, Tony Parker, Manu Ginóbili o el técnico Gregg Popovich, entre otros–. "Me divertí mucho con ellos. Además, me enseñaron cómo ser un profesional: trabajando todos los días, yendo paso a paso...", asegura. Tras acreditar su calidad durante siete cursos en la NBA, el exjugador de los San Antonio Spurs tendrá mañana la oportunidad de adquirir ritmo competitivo para ir calentando su muñeca, si así lo decide Jota Cuspinera. En su favor jugará su conocimiento de la Liga Endesa tras su paso por el Barcelona y el Unicaja de Málaga. Junto a él, estarán los 2,06 metros de Jarvis Varnado. No hay duda: la NBA viaja a orillas del Ebro.