El Tecnyconta ha vuelto a perder en el pabellón Príncipe Felipe, ahora en la antepenúltima jornada de la Liga Endesa, y se jugará la permanencia en los dos últimos partidos de la competición regular: en Manresa, el próximo miércoles, frente a un rival ya descendido matemáticamente a la Liga LEB; y el domingo, al abrigo de sus aficionados, contra un Estudiantes ya sin aspiraciones en el curso actual. El cuadro zaragozano no ha tenido ni una sola opción este sábado ante el Real Madrid, uno de los equipos más imponentes del panorama europeo, y enseguida ha enarbolado la bandera blanca.

Ha sido una batalla desigual, a todas luces desproporcionada, que se ha inclinado del lado madridista con demasiada prontitud. A los dos minutos, los visitantes ya habían iniciado el despegue (2-10), impulsados por su amplitud de recursos ofensivos. El conjunto local ha comparecido con dudas, con su silueta desfigurada, y se ha desencajado ante las primeras adversidades. Ni siquiera ha llegado a competir.

Norel ha inaugurado el marcador, tras capturar un rebote ofensivo (2-0), en lo que ha supuesto la única ventaja de los zaragozanos en todo el encuentro. Después, el Real Madrid ha establecido un parcial de 10-0 -con canastas de Carroll, Ayón, más dos triples consecutivos de Sergio Llull- y ha adquirido una sólida renta (2-10) cuando apenas habían transcurrido dos minutos de partido. A partir de ahí, el cuadro blanco ha dispuesto de un duelo plácido, sin demasiada oposición, ante un adversario con importantes lagunas en los dos lados de la pista. En ataque, el Tecnyconta ha sido un bloque indeciso, con un juego lento, plano y previsible, y apenas ha encontrado situaciones favorables de tiro. De hecho, el conjunto aragonés sólo ha facturado 16 puntos en el primer acto, y distribuidos en tres únicos jugadores: Henk Norel (8 tantos), Stevan Jelovac (4) y Robin Benzing (2).

Sin embargo, la principal rémora de los locales atendía a la defensa, con un sistema de contención vulnerable y quebradizo, muy permisivo, y con gigantescos desequilibrios en la línea exterior. Y el Real Madrid, el equipo más anotador del panorama continental, no ha desaprovechado concesiones de tal magnitud: enseguida ha azotado desde el perímetro, con un 50% de efectividad en sus lanzamientos triples (5 de 10). A los 10 minutos de juego, los blancos ya contabilizaban 29 puntos en su haber; un diáfano indicador de la escasa presión ejercida por los zaragozanos (14-29).

El guión se ha mantenido en el inicio del segundo acto. El Tecnyconta ha elevado sus prestaciones defensivas, pero el conjunto blanco, con artistas muy cotizados en el perímetro, ha seguido anotando con demasiada facilidad. Al cuarto de hora, un lanzamiento triple de Jaycee Carroll -desde la esquina, totalmente liberado- ha ampliado la renta madridista hasta los 19 puntos (22-41), y ha obligado a Luis Guil ha detener nuevamente el partido. El equipo local, permanentemente superado, carecía de respuestas ante el formidable despliegue de su rival. Sin embargo, al filo del descanso, el conjunto aragonés sí ha subsanado su enfermizo aspecto. A ello han contribuido sus dos jugadores lituanos, que han ocupado el centro de la escena en los últimos compases del acto. Juskevicius, con tres triples, y Gecevicius, con otro acierto desde la línea de 6,75, han modificado drásticamente el escenario. En apenas tres minutos, el Tecnyconta ha reducido su desventaja y se ha situado a 10 puntos de su adversario (41-51).

Pero el Madrid no ofrece tregua, no admite ni una sola concesión. Es un bloque contundente, vigoroso, imponente en todos los aspectos del juego. Posee una ambición desbordada y una amplitud de recursos devastadores, sobre todo en sus acciones de ataque. Sus distracciones son mínimas. Castiga con saña cualquier desatención del rival. Y el Tecnyconta ha desplomado sin remisión tras el descanso, cuando los blancos han recuperado el pulso atrás y han actuado con mayor criterio y templanza en sus acciones de ataque. El Madrid ha impuesto un ritmo trepidante, ha descargado varias trombas, y el conjunto aragonés -con evidentes síntomas de flaqueza- ya no ha resistido en la tormenta. Ha sido un embate despiadado, incontenible y letal, liderado por Sergio Llull, que ha acabado irremediablemente con la resistencia de los zaragozanos. A la media hora, los madridistas ya habían finiquitado el duelo (57-75), con Carroll (15 puntos), Llull (14), Maciulis (14) y Randolph como principales ejecutores. Y en la recta final, aunque Pablo Laso ha concedido minutos a los menos habituales, el Madrid no se ha descompuesto. Al contrario, ha vuelto a ser mejor en todos órdenes de juego, y ha gobernado el choque con una autoridad manifiesta (78-98).