Real Zaragoza

Aguirre incide en la defensa

El técnico mexicano se muestra preocupado por la fragilidad de la retaguardia zaragocista y prueba varios sistemas y alineaciones para aplicar ante el Sevilla.

Imagen de los entrenamientos realizados en la ciudad deportiva.
Miedo al complejo de 'aspirina'
GUILLERMO MESTRE

Un equipo se construye desde atrás. Esta parece ser la filosofía dominante a lo largo de la carrera de Javier Aguirre como entrenador. Sin embargo, durante esta temporada, el pilar básico sobre el que debía asentarse el Real Zaragoza está fallando. Los blanquillos son un conjunto débil, al que resulta sencillo herir con un gol y que parece haber perdido la confianza necesaria para sujetar la ofensiva rival.


A pesar de que el discurso oficial emprendido desde el vestuario hable de ocasiones puntuales y desangramientos en partidos concretos, lo cierto es que la facilidad con la que los aragoneses encajan las dianas rivales es un tema que preocupa mucho. Tanto que el entrenador zaragocista decidió dedicar la sesión del miércoles, a puerta abierta, a trabajar esta cuestión. Con peto naranja, el míster mexicano fue diseñando diferentes formaciones a las que probó en simulaciones de partido. Ataques por banda izquierda, derecha o con un delantero capaz de bajar para recibir y distribuir el juego... Un sistema pensado para detener al Sevilla.


Obviados Luis García y Postiga, que siempre desarrollaron el papel de atacantes y se perfilan como fijos, Aguirre hizo especiales cambios en las bandas. Así, en todo momento contó con la pareja Mateos-Lanzaro como inamovible en el centro de la zaga. Una fórmula fácil de adivinar debido a la lesión de Da Silva.


En el primer ejercicio, el míster azteca compuso un once especialmente ofensivo y altamente sorprendente. Abraham y Lafita ocuparon el perfil zurdo y Barrera, de lateral, con Edu Oriol se posicionó en la derecha. El esquema se completaba con el ya clásico doble pivote formado por Meira y Ponzio. No hay duda de que esta propuesta nace de los últimos minutos frente al Sporting de Gijón, en los que se jugó con una disposición muy parecida, aunque algo más atrevida ya que también estaba sobre el verde Ortí.


Sin embargo, Aguirre posteriormente volvió a ideas más naturales, o al menos más habituales, con Paredes y Juárez en cada punta de la zaga. Lafita utilizó su polivalencia cambiando a la derecha y Juan Carlos hizo acto de presencia. Posteriormente, en un intento por ver a todas sus piezas, a excepción de Joel y Kevin, a los cuales nunca probó en el sistema, incluso cambió el centro del campo colocando un arriesgado dúo Zuculini-Micael.


El preparador zaragocista no quiso, por lo tanto, mostrar sus cartas abiertamente. Sin embargo, si que se puede extraer que, por ejemplo, no tiene planeado cambiar de dibujo táctico para enfrentar al Sevilla. Además, se pudo observar una gran incidencia en la faceta defensiva de los volantes, que deberán ayudar en la cobertura de los extremos hispalenses. Estas acciones se llevaron los mayores halagos procedentes del técnico blanquillo.