CAI ZARAGOZA

Ya no hay entradas

Diego Ballesteros, un profesor de instituto, pretende unir con su bicicleta los dos grandes eventos de este año: la Exposición Internacional de Zaragoza y los Juegos Olímpicos de Pekín. Recorrerá 12.000 kilómetros en una gran aventura personal

Con el Zaragoza coqueteando con el descenso, el fútbol sala al borde del mismo y el balonmano apartado de los grandes objetivos, el baloncesto pasa a un primer plano con la posibilidad de que mañana viernes el CAI Zaragoza certifique su retorno a la Liga ACB, una década después. Tal es la ansiedad en el entorno por ver el objetivo cumplido que el Príncipe Felipe vestirá sus mejores galas, con el tercer lleno de la temporada.


El club rojillo anunció ayer en su página web lo que se presumía desde el día anterior: que no quedan entradas a la venta para presenciar el encuentro ante el Fundacio Basquetinca.com. Dos días antes de un partido decisivo para los de Curro Segura, las taquillas echan la persiana en el anuncio de una jornada grande, por más que el ascenso no se consumara todavía.


La ausencia de papel en el dispensario solo se ha dado en dos ocasiones anteriormente en esta campaña, ante el Bruesa, la alternativa de ascenso a través de la primera plaza, y hace dos semanas frente al conjunto gaditano de Los Barrios.


Premisas de la fiesta completa


Para que el reingreso en la Liga ACB sea un hecho deben darse dos premisas que, en vista de los resultados del último mes, no son en absoluto inverosímiles: el CAI tiene que vencer al conjunto isleño y Bruesa debe perder ante el Palma Aqua Mágica.


La inercia ganadora del equipo aragonés, con diez victorias en sus últimos diez encuentros (justo a partir de la derrota en casa con el Bruesa donostiarra) hace pensar en una nueva victoria de los rojillos ante un conjunto insular clasificado en la decimoquinta plaza de un total de dieciocho equipos.


Por lo que respecta al Bruesa, los de Pablo Laso han perdido recientemente ante Los Barrios y Melilla, en lo que podría interpretarse como una bajada de brazos ante la formidable hegemonía mostrada por el CAI.


Se dan, pues, todos los pronunciamientos para creer que este viernes podría llegar la gran fiesta, aunque es en el seno del cuadro rojillo donde más tranquilidad se quiere transmitir al respecto del objetivo.


La mentalidad, repetida hasta la extenuación, de que el único viaje es el del día a día, la siguiente cita, ha sido providencial en el devenir del equipo, que desde que se encomendó de forma inquebrantable a esa manera de pensar no conoce la derrota.


Idéntico discurso del vestuario


El discurso del vestuario se ha mantenido inamovible también durante esta semana en la que la euforia de los aficionados es cada vez más visible y en la calle se habla del ascenso en términos de hecho consumado.


La plantilla lo ha dejado claro: no importa ni la fecha ni el lugar en que cristalice el objetivo. Es obvio que si les dieran a elegir, todos dirían que lo antes posible y en casa (la oportunidad la pintan calva este viernes), pero en realidad el único interés es que finalmente llegue, después de seis años de angustiosa persecución. Incluso la posibilidad de ascender sin saltar a la cancha en la jornada en la que Bruesa juega antes que el CAI preocupa a las huestes de Segura, que rozan el enfado cada vez que se les plantea plazos para el gran día.


Embutidos en esa concentración, los caístas confían en solventar su papeleta ante el Basquetinca.com, independientemente de lo que ocurra entre Bruesa y Palma. "Si luego hay algo que celebrar, lo haremos a lo grande", decía en días pasados Matías Lescano.


El Inca, dirigido por el aragonés José Luis Abós, está a dos victorias de conseguir la permanencia en la LEB, aunque Zaragoza no es una plaza en la que confíen demasiado en el triunfo.


Marc Blanch causará baja por segundo partido consecutivo en las filas isleñas, debido a una contusión en su muslo derecho. Abrams y Riera tampoco estarán en la capital aragonesa, ya que Abós espera que se recuperen para su decisivo compromiso ante el Ciudad de Huelva.