El Zaragoza pierde su ventaja inicial y cae en Granada 2-1

Grippo adelantó a los aragoneses, pero los locales remontaron antes del descanso. Los de Natxo estuvieron blandos en defensa y sin pólvora en ataque.

El Granada - Real Zaragoza, en imágenes
El Granada - Real Zaragoza, en imágenes
José Bretón

El Real Zaragoza sumó una nueva derrota, esta vez en el difícil campo del Granada, un ex Primera, al dejar escapar la ventaja que le otorgó un tempranero gol de Grippo y ver cómo los andaluces le remontaban el marcador antes del descanso. La falta de fortaleza defensiva en momentos puntuales y, sobre todo, la escasísima pólvora en el ataque aragonés durante toda la noche, fueron determinantes en el resultado final, que trunca la ilusión zaragocista de entrar en una buena racha de resultados.

Alberto Zapater entró en el once titular como consecuencia de la lesión que sintió Guti en la sesión de activación llevada a cabo por el equipo blanquillo durante la mañana en la Ciudad Deportiva de Armilla, ya en la capital granadina. El resto del equipo presentó, además, la llamativa circunstancia de que Natxo González no alineó a ningún punta puro, pues Vinícius, el único que entró en la citación, fue suplente de entrada. El georgiano Papunashvili, acompañado de Pombo, actuaron como hombres más adelantados en un diseño de equipo novedoso por parte del entrenador blanquillo.

El partido comenzó con susto mayúsculo para el Zaragoza. El colombiano Adrián Ramos se fue solo mano a mano ante Cristian Álvarez, tras superar en velocidad a Verdasca, regateó al portero y, escorado, disparó al palo a puerta vacía. Los locales salieron en tromba y, en el 5, fue Saunier, a la media vuelta tras un córner, el que remató en el área para que de nuevo el guardameta argentino tuviera que rechazar con apuros. Hasta tres saques de esquina consecutivos embotellaron a un equipo aragonés apurado en ese arranque del choque.

Sin embargo, en la primera salida al ataque con criterio de los avispas, llegó el 0-1 por medio de Grippo. Fue en el minuto 11, en una falta ensayada, centrada por Eguaras tras apoyo corto con Papunashvili, que el central suizo remató con la derecha adelantándose a la zaga local. Poco duró la alegría a los zaragocistas y, en particular, al propio Grippo. Cuatro minutos más tarde, un centro de Pedro al área fue cabeceado por Ramos, anticipándose al helvético en un fallo de aplicación de éste, fuera del alcance de Álvarez. La preciosa ventaja inicial se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos y tocaba volver a empezar.

Ciertamente, reaccionó bien el cuadro zaragozano. En pocos segundos, generó dos ocasiones claras para volver a adelantarse en el marcador. Primero, en el 20, a Javi Ros le faltaron dos números más de bota para rematar en el segundo palo a gol un centro-chut de Pombo en el área. Y en la siguiente acción, Papunashvili culminó una contra con un disparo raso desde la frontal del área que Javi Varas envió a córner como pudo. Fue la prueba de que el Real Zaragoza seguía enchufado al partido sin merma alguna tras el gol local. En realidad, el formato del duelo era de ida y vuelta, extremadamente abierto, con agilidad en los puntas y cierta blandura en ambas defensas.

Al Zaragoza se le acabó la inspiración ahí, mediada la primera parte. Hasta el descanso solo existió y combinó el Granada, también con sus imprecisiones por momentos. Chico Flores, incorporado al ataque en los córners, remató dos veces consecutivas, en el 28 y el 30. En la primera, alto. En la segunda, detuvo bien el arquero Álvarez. Eran los avisos del 2-1 que aguardaba tras la esquina. Lo marcó el lateral Alex Martínez, un puñal por su banda zurda, al recibir solo en el pico del área un balón cruzado en el minuto 38. Su durísimo chut no lo pudo parar Cristian, al que le rebasó el balón pese a su estirada. Antes del intermedio, los de Natxo rozaron el empate en un buen pase de Zapater sobre Pombo que, en el área, remató de rosca para que Varas detuviera perfectamente.

En la mitad del encuentro, ganaba quien más tuvo el balón, quien más profundidad aplicó a sus combinaciones y quien mejor remató sus ocasiones. Al Zaragoza se le marchó la iniciativa inicial por falta de contundencia atrás y por la ausencia de continuidad en la ofensiva a partir del minuto 21. Tocaba remar contra corriente, como ya es un hábito durante la temporada. Esta vez, ante un rival con galones en la categoría con el que, las deficiencias en el mecanismo defensivo, se pagan caras. Y eso sucedió.

La segunda mitad empezó sin cambios nominales en ambos equipos y con un tono más bajo en el ritmo de juego. El Granada, en ventaja, no metió la misma velocidad que al principio del partido. Y al Zaragoza le faltaba la misma precisión que se echó en falta en toda la recta final del primer acto. Ni Eguaras, impreciso hacia arriba, ni Zapater, ni Ros, ni un desaparecido Febas, eran capaces de armar una jugada. Tampoco los laterales, Benito y Lasure, colaboraban como en los minutos iniciales, los ilusionantes, los del espejismo que acabó siendo ese rato del 0-1 parcial, incluso los de después del 1-1.

El cuadro nazarí rozó el tercero en la primera jugada clara, en el 56, por medio de Machis. El venezolano se quedó solo ante Cristian Álvarez tras superar en carrera a un lento Benito y, en el intento de regate, el portero zaragocista estuvo ágil y le arrebató la pelota. Del Zaragoza, en el primer cuarto de hora de la reanudación, no hubo noticias en punta. Sus circulaciones eran excesivamente lentas. Previsibles. Fáciles de abotar por parte local. Pero, ante la calma granadina, seguía dentro del partido, a expensas de cualquier fogonazo. Y lo tuvo Febas en el 61, con un remate duro en el área que Varas sacó con apuros. Había un hilo de vida. De hecho, se abrió un periodo de control del balón por parte aragonesa que provocó los pitidos de la afición rojiblanca hacia los suyos. Pero a los de Natxo les faltaba clarividencia al llegar cerca del área. Hicieron ataques largos, posesiones eternas, pero siempre en zona de nadie. Sin ver jamás el hueco del gol. Fue una pena este tramo que llevó el crono hasta el último cuarto de hora, porque el Zaragoza debió sacar más provecho.

Natxo metió en danza a Vinícius por Pombo en busca de la pólvora que faltaba a raudales, un cambio que no gustó nada al canterano, que se quitó la camiseta airado al llegar al banquillo. Por su parte, Oltra, el técnico local, fue echando a su equipo cada vez más atrás con las sustituciones. Los granadinos apostaban por guardar el exiguo 2-1, vista la inoperancia zaragocista ante el marco de Varas. Definitivamente, el segundo tiempo se había convertido en un juego de ajedrez, sin apenas disparos a puerta, todo lo contrario que la primera parte.

El entrenador zaragocista se la jugó en los últimos 10 minutos con un doble cambio, con los refrescos del debutante Pep Biel y el reaparecido Oyarzun. Savia nueva en pos de invocar a la fortuna y a un golpe inesperado de suerte. El Granada le había dado la pelota y había que encontrar una gatera para lograr al menos un punto. Aun así, lo que estuvo cerca de llegar fue el 3-1, pues en el tiempo de aumento Ramos remató al poste en una contra andaluza, con el Zaragoza desordenado en su zaga. Fue un querer y no poder constante de los de Natxo, que se mostraron sin soluciones contundentes a partir de la línea de tres cuartos. Por momentos, desesperante, como evidenciaron los gestos del técnico delante de su banquillo.

El Real Zaragoza, de este modo, concluirá esta 23ª jornada, como mínimo, en el 14º puesto que ocupaba al inicio de la misma.

Ficha Técnica

Granada CF: Javi Varas; Víctor Díaz, Chico Flores, Saunier, Alex Martínez; Kunde, Alberto Martín; Pedro (Joselu, 87), Sergio Peña (Quini, 77), Machis (Baena, 67); y Adrián Ramos.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito, Grippo, Verdasca, Lasure (Oyarzun, 81); Eguaras, Zapater (Pep Biel, 81), Javi Ros; Febas, Papunashvili y Pombo (Vinícius, 75).

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Eguaras (48), Alberto Martín (52), Lasure (54), Papunashvili (72) y Grippo (84).

Goles: 0-1, min. 11: Grippo. 1-1, min. 15: Adrián Ramos. 2-1, min. 38: Álex Martínez.

Incidencias: Noche fría en Granada, a los pies de una blanca Sierra Nevada, con 7 grados. El césped de Los Cármenes presentó un excelente aspecto. El Real Zaragoza vistió de avispa. En las gradas, alrededor de 11.000 espectadores.

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