El Tecnyconta sigue sin reaccionar. Después de seis derrotas consecutivas, el cuadro aragonés se ha desplomado drásticamente en la clasificación, y ya se encuentra igualado a cuatro triunfos con el Betis, penúltimo clasificado. Su situación es inquietante, de máximo riesgo, cuando sólo restan tres jornadas para el término de la primera vuelta. Y mientras acentúa sus dudas y sus desequilibrios, sus rivales directos van recuperando el pulso. Es el caso del Estudiantes, un bloque sólido y competitivo, con una gran capacidad anotadora, que se presenta este domingo en el pabellón Príncipe Felipe (12.30, M+) en clara línea ascendente. De hecho, el equipo estudiantil ha conquistado la victoria en dos de sus tres últimos partidos: superó con solvencia al Obradoiro; perdió después con el Real Madrid; y doblegó al Joventut el pasado jueves, tras remontar una desventaja de 18 puntos, en el duelo aplazado de la primera jornada.

Por el contrario, el Tecnyconta ha protagonizado una sorprendente involución en sus compromisos más recientes, sobre todo por su incapacidad para cerrar los partidos. En Sevilla, el pasado fin de semana, dilapidó una ventaja de 17 puntos ante un rival instalado en el descenso; y en Badalona, en su anterior desplazamiento, los zaragozanos alcanzaron el intermedio con 14 tantos de renta en el marcador, pero acabaron cediendo tras completar una segunda mitad desalentadora. El Tecnyconta, en este sentido, es un equipo voluble, inconstante e irregular. Y presenta, sobre todo, importantes desatenciones en las labores de contención, donde sus concesiones son mayúsculas: ha encajado 1.180 puntos en los 14 encuentros disputados, lo que representan un promedio de 84,29 tantos por choque. Únicamente el Betis (85,14), el Joventut (85,36) y el Burgos (88,50) exhiben peores registros defensivos en el presente campeonato. Un importante hándicap cuando hoy, precisamente, comparece en Zaragoza uno de los conjuntos más productivos de la competición: el Estudiantes anota 82,57 puntos por partido, y cuenta en su nómina con Sylven Landesberg, el jugador que más factura de la ACB.

El americano destrozó el jueves al Joventut con una actuación de ensueño. Alcanzó los 33 créditos de valoración, fundamentados en 33 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia, 2 recuperaciones de balón y 9 faltas recibidas de sus adversarios. Con un promedio de 20,2 tantos por encuentro, representa la amenaza más fiable de los madrileños.

Pero el Estudiantes cuenta con otros argumentos de peso en su plantilla. Entre ellos se encuentran Alec Brown (11,5 puntos y 4,2 rebotes por partido) y Omar Cook, el máximo asistente de la competición, quien aporta 6,6 tantos y 6,9 pases de canasta por duelo. Además, Willy Villar ha reunido a jugadores veteranos como Savané, Caner-Medley y Suton –piezas muy codiciadas–, junto a los jóvenes Brizuela, Vicedo y Hakanson. El resultado es un bloque enérgico, descarado, muy seguro de sí mismo y capacitado para cuestionarle el triunfo a cualquier rival, pese a su escasa amenaza desde el perímetro: un 29.56% en sus lanzamientos triples. No es equipo que se desploma con facilidad. Al contrario, ya ha sido capaz de sorprender al Barcelona (80-70) y al Valencia Basket (73-71), y de imponerse con solvencia en Burgos (72-87) y en Sevilla (81-90).

Para optar a la victoria, el conjunto aragonés necesita, sobre todo, fortalecerse atrás y corregir sus numerosas desatenciones. Sin embargo, el Tecnyconta no sólo exhibe importantes desequilibrios defensivos; también ha rebajado drásticamente su capacidad de anotación, tras haber perdido a Gary Neal por una lesión muscular. Su ausencia será suplida por Txemi Urtasun, quien arrastra molestias en la espalda pero que, finalmente, ha entrado en la convocatoria y podría debutar hoy con los zaragozanos, Para el Tecnyconta, el único resultado válido pasa por el triunfo: ganar, ganar y ganar. De lo contrario...