Nuevo acceso a baja cota para Valdelinares

La estación turolense ha abierto temporada con un nuevo acceso que mejora notablemente las comunicaciones en la sierra. Es la principal novedad de este año.

La nueva carretera llega hasta el edificio de pie de pistas.
La nueva carretera llega hasta el edificio de pie de pistas.
Jorge Escudero

Los esquiadores que quieran desplazarse desde los pueblos de la vertiente sur de la sierra turolense a la estación de Valdelinares están este año de enhorabuena. El complejo invernal ha abierto temporada con un nuevo acceso a baja cota, una conexión largamente reivindicada, principalmente, por los vecinos de Valdelinares. Mosqueruela, Linares de Mora, Puertomingalvo, Nogueruelas y Rubielos de Mora también se verán beneficiados de esta infraestructura que, por fin, se ha hecho realidad.

Aunque no estrictamente deportiva, esta es la principal novedad en la estación de Teruel, en la temporada que acaba de iniciarse gracias a las bajas temperaturas registradas durante las últimas semanas. La apertura de este acceso, para cuyo acondicionamiento se ha aprovechado parcialmente el trazado de un camino ya existente sin asfaltar diseñado como vía de evacuación del complejo deportivo, facilitará notablemente la llegada de esquiadores. Esto es lo que sostiene el alcalde de Valdelinares, David Benages, cuya localidad ha sido una de las más firmes defensoras de esta carretera desde la inauguración de la estación, hace casi tres décadas.

"Que yo recuerde, la zona ha reivindicado desde siempre esta conexión", exclamaba el alcalde de Valdelinares. "Porque –insistía– es además una entrada que se sitúa a pie de pista, como en todas las estaciones del mundo, a una cota de unos 1.700 metros de altitud".

La nueva vía de comunicación, de unos 3 kilómetros de longitud, acorta sensiblemente la distancia de los pueblos de la vertiente sur con la estación, además de a Valdelinares, de la que hasta ahora le separaban 11 kilómetros. A municipios, como Mosqueruela y Linares de Mora, les resultaba mucho más complicado desplazarse a las pistas de esquí, al tener que desviarse la mayor parte del invierno por Alcalá de la Selva –un rodeo de 60 kilómetros– por encontrarse el acceso natural cortado habitualmente a causa de la acumulación de nieve y placas de hielo en la calzada.

"El problema que teníamos –explicaba David Benages– radicaba precisamente en que el anterior acceso permanecía muchos días cortado al tráfico, lo que, evidentemente, impedía la llegada de esquiadores". Según aclara, esta carretera discurre por una cota mucho más alta, más de 2.000 metros de altitud, atravesando el agreste collado de la Cruz de la Gitana, "muy desprotegido y azotado por el viento e intransitable cuando nieva".

Dinamismo económico

El alcalde de Valdelinares confía en que este nuevo acceso "tenga buena aceptación en cuanto la temporada de esquí avance". Reconoce que todavía es "prematuro" hacer una valoración de los resultados de la infraestructura cuando hace poco más de dos semanas que se inició la campaña. "Fueron, además, unos días muy desapacibles, con niebla y mucho viento, lo que restó afluencia de deportistas", recordaba el regidor, para quien las próximas fechas navideñas pueden ser decisivas para comprobar los beneficios de la carretera.

Los vecinos de la zona quieren que el tirón de la nieve tenga una mayor repercusión en su desarrollo económico, hasta ahora condicionado por las difíciles comunicaciones, y la nueva vía de comunicación se contempla como elemento clave para lograrlo.

Benages afirma que con los primeros trabajos de acondicionamiento de la carretera ya comenzó a surgir "un cierto movimiento en la zona". Recientemente, se ha abierto la primera tienda del pueblo y en el Ayuntamiento se reciben numerosas llamadas telefónicas "interesándose por la disponibilidad de terrenos o casas libres".

En Valdelinares existe el pleno convencimiento de que surgirán nuevos negocios vinculados con el sector turístico, que se sumen a los dos hostales y apartamentos rurales ya existentes.

La calzada, con una anchura de siete metros, conduce directamente al centro de acogida de esquiadores, un edificio que imita la arquitectura de montaña, con el que el director de las estaciones turolenses, Mario Gómez, se siente "encantado". El edificio, construido con madera y piedra, ofrece los servicios básicos a pie de pista a los esquiadores. Dispone de taquilla para la adquisición de forfait, alquiler de material para esquiar y un establecimiento hostelero.

Mario Gómez considera "muy importante" que se haya habilitado la vía de comunicación que permitirá, a su juicio, un acceso "rápido a la estación de Valdelinares". Igualmente, manifestó que servirá para evacuar "con mayor agilidad", en caso de surgir una emergencia en el complejo invernal.

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