José Enrique se reinventa

Una de las claves tácticas que explican la mejora del Zaragoza es la permuta entre Cabrera y José Enrique en defensa. El valenciano explica su cambio posiciona.

osé Enrique, en la sesión de entrenamiento de ayer del Real Zaragoza.
osé Enrique, en la sesión de entrenamiento de ayer del Real Zaragoza.
Aránzazu Navarro

En el monótono mundo del discurso del futbolista, predominan las palabras enlatadas y los conceptos tópicos, por eso, de vez en cuando, suenan con fuerza los mensajes que se salen del ese carril. No es habitual, pero hay jugadores que se manejan con desenvoltura en esos escenarios de enunciados con contenidos. José Enrique, defensa del Real Zaragoza, es uno de ellos. Su oficio y experiencia, con diez años al máximo nivel en Inglaterra, avalan cada una de sus reflexiones. Rara vez, desde que está en La Romareda, no ha tenido un fragmento de interés alguna de sus intervenciones. Por eso destaca, el sincero reconocimiento de limitaciones que ha expuesto José Enrique en las últimas horas: "César (Láinez) me dijo que pensaba que sería bueno que me cambiara al centro de la defensa. Yo llevaba un tiempo pensándolo también. Él quiere laterales largos y ofensivos, y yo le dije la verdad. Yo ya no estoy físicamente para eso. No me da".

Con esta carga de autocrítica, arranca el análisis que José Enrique extrae de su cambio posicional, uno de los movimientos tácticos más novedosos y efectivos de los emprendidos por César Láinez. El valenciano ha abandonado el lateral izquierdo y se ha asentado como central en ese sector natural, donde impone su calidad defensiva y ha instalado un territorio de dominio sin las exigencias atléticas del fútbol carrilero. "La edad y la lesión de rodilla que sufrí en Inglaterra ya no me permiten ese físico necesario. Como central, me estoy encontrando muy cómodo, bien también en el plano físico. Acabo los partidos muy entero y creo que el cambio se ha notado para bien", admite el futbolista.

Esa parcela y esas funciones no le han cogido por sorpresa. José Enrique es un jugador con una fisonomía pesada, necesitada de una pretemporada profunda y planificada con la que afinar. Su tardía incorporación –fichó en septiembre tras todo un verano sin equipo– ha condicionado su estado físico durante toda la temporada. El trabajo de base le ha limitado. Es alguien que, por naturaleza, sufre para coger el punto de forma. Ha sobrevivido en la campaña gracias a su talento defensivo y su evidente calidad. Su fútbol está fuera de categoría. Su oficio, sus uso corporal, su inteligencia posicional… Con eso se ha bastado José Enrique para cuajar como una pieza indiscutible en el Zaragoza. Pero, como bien dice, en el lateral no ha sido un futbolista bidireccional: en ataque apenas ha desplegado las alas. Y el Zaragoza ha sufrido durante buena parte de la temporada graves problemas de amplitud y profundidad en sus costados, sobre todo en la izquierda (donde ha solido caer Cani, un jugador de tendencia interior). Láinez ha tratado de corregir ese defecto de desborde con diferentes herramientas, como la inclusión de Pombo o la permuta entre Cabrera y José Enrique. "El entrenador me dio la opción y yo la vi bien. De momento, funciona. La posición se adapta bien a mi manera de jugar la pelota. De central, puedo hacerlo más, creo que puedo ayudar más al equipo porque tengo más el balón", explica José Enrique.

Láinez, con un simple movimiento de hombres, ha solucionados dos problemas. Dos pájaros de un tiro: con Cabrera en un flanco, ha ganado capacidad incisiva en el lateral y con José Enrique de central, ha mejorado la base de la jugada del Real Zaragoza, ahora con mayores facultades para sacar la pelota de atrás con la mejores condiciones técnicas y la visión que ofrece el valenciano. En un equipo construido sobre los usos del balón, con vocación por la posesión, el juego desde los defensas resulta clave. Y ahí José Enrique aporta ciertos valores. "Conozco el puesto porque ya jugué en el Liverpool un par de partidos ahí. Me voy haciendo mayor y el físico no me da para subir y bajar la banda como yo siempre he estado acostumbrado", asume José Enrique. Sí, un futbolista reconociendo sus limitaciones.

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