De Biescas a la cima del snowboard mundial

La oscense Ana Salvador es segunda en el prestigioso Freeride Word Qualifier, un campeonato en el que los mejores especialistas compiten en montañas vírgenes de todo el mundo.

Ana Salvador, en acción con su tabla de snow en un descenso sobre la nieve.
De Biescas a la cima del snowboard mundial
Bumpy Films

Ana Salvador escoge una ruta y la hace suya sobre su tabla de snowboard. Natural de Biescas, se ha convertido en una de las 'freeriders' más reconocidas del panorama internacional. De hecho, ya es segunda en el prestigioso Freeride World Qualifier, a solo un puñado de puntos de la rusa Anna Orlova. Ana practica una disciplina poco conocida en España pero que en países como Austria o Canadá tiene un elevadísimo seguimiento.

Pero, ¿en qué consiste? "Vamos por el mundo en busca de montañas. Cada país elige una que sea virgen para nosotros y, desde la base, estudiamos nuestra mejor línea de descenso con unos prismáticos. Cada 'rider' escoge una línea distinta y la baja. Después, los jueces puntúan la velocidad, la fluidez, la originalidad, la elección del descenso, los saltos o los trucos", detalla la oscense. "Es una especialidad en la que el nivel de los 'riders' es muy parecido, por lo que es la concentración y la psicología lo que marca muchas veces la diferencia", agrega.

De momento, se han disputado dos pruebas del campeonato (en Canadá y en Austria) y en ambas se ha subido al segundo escalón del podio. Eslovaquia, Suiza y de nuevo Austria son las tres estaciones finales que decidirán el título de campeona, por el que Ana peleará hasta el último momento. "Estoy muy contenta con mi nivel actual y creo que puedo llegar a conseguir el título", asegura. Con 32 años, su reto es ascender al Freeride World Tour, la máxima categoría, de la que solo le separa ya un pequeño peldaño.

Su relación con el snow se remonta a su niñez, siempre vinculada a la nieve y las montañas. Sin embargo, no fue hasta hace cuatro años cuando empezó a competir. "Es mi pasión y trato de exprimirla al máximo, también a nivel competitivo. Todos los veranos, por ejemplo, me marcho al hemisferio sur en busca de nieve y entrenamiento. El último estuve en la zona de Las Leñas, en la provincia argentina de Mendoza", relata.

Para sufragar sus gastos, Ana regenta una tienda de ropa en Biescas y es entrenadora de snow en las pistas del Pirineo. "Al no ser un deporte integrado en la FIS (Federación Internacional de Esquí), no tenemos ayudas públicas ni subvenciones. En mi caso, el 80% sale de mi bolsillo y el resto son ayudas privadas. En las competiciones hay premios económicos y, si lo haces bien, poco a poco puedes ir compensando", explica con cierta resignación. "Si la Federación nos ayudara un poco, nos iría mejor. No hablamos de pruebas regionales o nacionales. Somos 'riders' profesionales en un campeonato del mundo", reclama.

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