Una árbitra precisa asistencia médica tras ser amenazada

La colegiada A. M. M. suspendió el encuentro de Segunda Regional entre el Pina y el Villamayor tras ser insultada con reiteración.

La violencia volvió a aparecer el pasado fin de semana en el fútbol regional aragonés. Violencia verbal, en forma de insultos y amenazas, que obligó a la árbitra A. M. M. a suspender el partido de Segunda Regional entre el Pina y el Villamayor. Tras sentirse indispuesta tras padecer la agresión verbal, incluso precisó de asistencia médica. La propia colegiada así lo redactó en el anexo al acta del encuentro. "Afectada por todo lo que estaba sucediendo, comencé a sentir cierta dificultad respiratoria, pero decido continuar el partido considerando que mi malestar va a ser pasajero.


Conté con el apoyo de algunos jugadores de ambos equipos. A falta de cuatro minutos, aviso a los delegados, sobre todo al visitante, de que si vuelvo a escuchar cualquier tipo de amenaza, insulto, desprecio o recriminación, suspendo el partido. Tras este aviso, es el delegado visitante el que intenta también sin éxito echar a sus aficionados a las gradas. Finalizados los 90 minutos y llevando uno de los siete añadidos, este sector de aficionados vuelve a arremeter contra mí diciéndome: “¡Hija de p...!”. En este momento y encontrándose el balón en medio del campo, suspendo el partido con el resultado de 1-1. Los delegados de ambos equipos me esperan y acompañan en mi recorrido hasta el vestuario. En el camino me encuentro a una aficionada del equipo Villamayor que a escasos tres metros de mí, me dice: “¡Qué vergüenza, eres una sinvergüenza!”, siendo ella increpada por jugadores locales que salen en mi defensa ante lo abominable de la situación general", se puede leer en el anexo.


"Una vez en el vestuario y a raíz no solo de los duros comentarios, sino de las insinuaciones e injurias recibidas, me empiezo a encontrar mucho peor, me falta el aire para respirar, me fallan las piernas y noto un fuerte hormigueo en ambos brazos, siendo muy pronunciado en el brazo izquierdo –continúa la narración en el anexo–. La sensación es de que me voy a desplomar y me encuentro sola. Por ello, me aproximo a la puerta del vestuario para pedir auxilio y solicitar que avisen a un médico. Dos señoras de Pina se encargan de auxiliarme mientras llega el servicio médico. Me tumban en un banco, me tapan con sus abrigos porque tanto dichas señoras como posteriormente el médico coincidirán en que tengo una temperatura anormalmente fría. Cuando llega el médico a los 15 minutos aproximadamente, me tumba en posición de seguridad, me administra un sedante para conseguir estabilizarme. Me da pautas para recuperar la normalidad respiratoria, ya que llevo alrededor de 30 minutos hiperventilando con hormigueo y temblores. Consigo recuperarme después de 45 minutos".


En el documento arbitral figuran una extensa retahíla de insultos de la afición visitante, además de otras amenazas atribuidas por la árbitro a un jugador del Villamayor. "Una vez recuperada, con el acta realizada y dispuesta a abandonar el vestuario, Ana Lechón y su compañera (aficionadas de Pina) me ofrecieron quedarme en sus casas hasta que se me pasara el efecto del sedante. Un jugador de Pina y el delegado del Villamayor, que verbaliza disculpas en nombre de su club, se ofrecieron para bajarme con mi coche hasta Zaragoza", concluye el último (por ahora...) lamentable episodio sufrido en el fútbol aragonés.

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