La capital del Bajo Aragón se rindió ayer al motociclismo. Alcañiz vivió una jornada inolvidable y, aunque todavía no se han dado datos definitivos, todo parece indicar que será el Gran Premio más multitudinario que se ha celebrado. El pulso al ambiente ya se tomó durante la mañana con un flujo continuo de aficionados en Motorland. Se agotó el papel en varias gradas y las zonas de ‘pelouse’ concentraron a miles de personas. Los accesos al circuito no presentaron grandes problemas y el tráfico fue fluido en todo momento, también cuando los moteros dejaron el trazado para que la ciudad tomara el relevo. La música comenzó a sonar en las seis zonas de fiesta sin tregua, desde las cuatro de la tarde.

El motor no estuvo reñido con otras actividades, unas solidarias y otras taurinas. Una de ellas fue el reparto de Jamón de Denominación de Origen de Teruel en la céntrica plaza de España. En la quinta edición de esta cita, se distribuyeron alrededor de cuarenta jamones de manos de expertos cortadores, y ochocientas raciones de pizza hechas con el manjar turolense.

Los platos de pernil, acompañados de tres trozos de pan con aceite de oliva virgen extra del Bajo Aragón, costaban tres euros y las porciones de pizza, dos euros cincuenta. De cada ración, cincuenta céntimos que se destinan a la Unicef. Una de las novedades que se han incorporado en la edición de 2014 ha sido el horario. En años anteriores el acto daba comienzo por la tarde, con lo que los asistentes aprovechaban para merendar en la plaza de España. Ayer, los organizadores comenzaron la degustación a mediodía, pero volvió a ser a última hora de la tarde cuando más público hubo.

Por la noche, los taurinos disfrutaron de una divertida suelta de vaquillas en la plaza de toros. Y tomó el testigo la música que emergía de  seis discomóviles instaladas en las distintas zonas de fiesta repartidas en la capital, que el viernes saboreó un marchoso apertivo de eléctrico baile. Una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.