El Ebro demostró que va muy en serio y que va a más. Lo demostró en el campo del Villa de Alagón, un feudo donde los equipos que lo visiten deberán hacer las cosas muy bien si quieren sacar los tres puntos. El conjunto que prepara Loreto fue uno de esos equipos porque supo esperar su momento. Y su momento llegó cuando más duele, en el tiempo de descuento de la primera parte. Entonces Edu García abrió la lata. El daño estaba hecho y la herida en el cuadro de Alagón se abrió más al encajar el segundo tanto al minuto de la reanudación.

El arranque del segundo tiempo no fue mejor para los locales. Chaure encontró un hueco por donde centrar el esférico a Juanfran, que con un toque de calidad se adelantó a la defensa y a Taboada. El Ebro adquiría demasiada ventaja como para que el Villa ya le pudiera sorprender.

Los de Lázaro intentaron reaccionar pese al mazazo del segundo gol, pero el Ebro jugaba muy cómodo. El choque entró en una fase bronca de juego. El árbitro se olvidó de mostrar la segunda tarjeta amarilla a Manau después de que el centrocampista agarrase a un defensa del Villa y el árbitro diese la ley de la ventaja.

Justo después, Edu García se fue de varios rivales y asistió a Jamelli para que marcara el tercero. Aún habría tiempo para que el árbitro expulsara a Riqui y a Camus.