El Ayuntamiento se decanta por la opción de Alierta

El vicealcalde Gimeno dice que estaría «dispuesto a hablar» de la remodelación de la Romareda con el empresario aragonés.
 «Con otros gestores, igual no», añadió el responsable socialista

La cubierta del estadio es uno de los elementos en los que se centraría la remodelación de la Romareda.
El Ayuntamiento se decanta por la opción de Alierta
Guillermo Mestre

«Con Alierta, sí. Con otros gestores, igual no». Así de claro y contundente se mostró ayer el vicealcalde de la ciudad, Fernando Gimeno, sobre los movimientos de diversos grupos que se han producido durante los últimos días para hacerse con el control del Real Zaragoza. Gimeno no dejó lugar a las dudas sobre cuál es la opción favorita del consistorio de la capital aragonesa: «El Ayuntamiento de Zaragoza apuesta por Alierta». 


Gimeno hizo extensible este deseo al que, en su opinión, tiene toda la ciudad. «Sin ninguna duda, para todos los aficionados es un respiro que empresarios del perfil de Alierta estén dispuestos a jugársela por el Real Zaragoza», apuntó sobre la vía que encabeza el presidente de Telefónica, que se ha puesto al frente de una fundación, Zaragoza 2032, que aglutina a varios empresarios aragoneses. «Entre esta opción y las otras, no hay color», concluyó Gimeno. No obstante, el vicealcalde reconoció que «habrá que ver si es posible» que la Fundación Zaragoza 2032 se haga con la SAD, algo que «depende de los actuales propietarios».


El Ayuntamiento de Zaragoza, que hasta ahora no se había pronunciado con tanta nitidez sobre el futuro del club, incluso se ofreció a hablar de inmediato con la opción de los empresarios aragoneses sobre la más que necesaria reforma de la Romareda, algo que no garantiza si los propietarios son otros. «Con el señor Alierta estaríamos dispuestos a hablar de la remodelación; con otros gestores, igual no», avanzó ayer el vicealcalde.


Gimeno recordó que el estadio de fútbol municipal «es propiedad de todos los zaragozanos», y avisó que «el Ayuntamiento no puede arriesgar los recursos de la ciudad ante una mala gestión, pero si vienen gestores que generan confianza vamos a estar muy atentos a lo que nos sugieran». El vicealcalde dijo que la situación del Real Zaragoza «no es una obsesión para el Ayuntamiento», pero dijo que el Consistorio «es sensible» a los problemas del club y a los efectos que tiene en los sentimientos de los aficionados. Una buena muestra se pudo ver en la multitudinaria manifestación del pasado jueves. «Sorprende ver las reacciones populares que hay con estos asuntos, pero está claro que los aficionados se sienten identificados y la gente acaba reaccionando», concluyó Gimeno.La reforma que nunca llega

La remodelación del estadio que se muestra dispuesto a acometer el Ayuntamiento la lleva pidiendo a gritos el propio campo en los últimos años. Su último aviso lo dio hace medio año, cuando hubo que acometer obras de urgencia en las cubiertas de los marcadores del estadio, ante el «riesgo de desprendimiento sobre la vía pública» que suponían, según reflejaba un informe de la Gerencia de Urbanismo del Consistorio.


Al margen de los parches que se vienen aplicando en los últimos años, el Ayuntamiento es perfectamente consciente de que el estadio municipal necesita un lavado de cara en profundidad. La candidatura olímpica de Madrid para los Juegos de 2020 se convirtió en la esperanza del Consistorio, a pesar de que no garantizaba los fondos para la remodelación. Este clavo ardiendo también se rompió, por lo que al equipo de gobierno municipal no le quedó otra que mirar a sus maltrechas arcas para buscar fondos.


Ante la imposibilidad de asumir los costes de la reforma, el gobierno socialista aplazó el proyecto para la próxima corporación, es decir, para el próximo lustro. El último plan que manejó el Ayuntamiento cifraba entre 20 y 25 millones el coste de las obras, que permitiría ampliar la vida útil del vetusto estadio otros 25 años. Entre otras actuaciones, se derribaría la tribuna general, se construiría un sótano de dos plantas e incluso se aumentaría la altura de las gradas para alcanzar los 40.000 espectadores.