"El Real Zaragoza está abocado a desaparecer el 1 de agosto"

Javier Tebas Medrano, presidente de la liga de fútbol profesional. El abogado oscense, máximo responsable de la competición en España, advierte de la gravedad real de la situación terminal que vive la entidad zaragocista al no ser capaz de cerrar su cambio societario

Javier Tebas en una imagen de archivo
Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional
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Usted califica la situación del Real Zaragoza de "alarma roja". ¿Es el club más próximo a la liquidación en estos momentos?


Real Zaragoza y Real Murcia, a la par. A los dos ya se les ha advertido que, si no arreglan su situación financiera con la Agencia Tributaria y aparece dinero que garantice su viabilidad en el futuro inmediato, no serán inscritos en la liga de Segunda División.


Es decir, que el Zaragoza puede estar viviendo sus últimos días.


Es evidente. En su caso, además de pagar antes del día 30 a Hacienda lo que se le reclama, necesita un aval del orden de 8 millones que garanticen ante la LFP que van a poder acometer sus pagos durante la próxima temporada.


Todo eso, en un límite de 35 días.


Claro. El pago a Hacienda lo ha de hacer ya, antes de que llegue el 30 de junio. Y, para la presentación del resto de requisitos económicos que les exigimos, tienen algo más de plazo: hasta el 25 de julio.

La asamblea de la LFP aprobó anteayer un giro de tuerca más en la exigencia del control financiero a los clubes. No van a ser condescendientes con nadie nunca más.

Se votó por inmensa mayoría. Después del primer año de control económico severo que hemos llevado a cabo, se ha visto que hay que dar un paso más. Y aquellos clubes que ya se veía venir que tenían prácticamente imposible reconducir su deuda y garantizar a medio plazo el pago de salarios, Agencia Tributaria y Seguridad Social durante la temporada siguiente, no pueden seguir compitiendo con los que sí cumplen con sus obligaciones y tienen bien encarada su recuperación. Es una cuestión de justicia y equilibro en la competición.

Esto es la antesala de varias desapariciones de clubes históricos.

Es posible. El Real Zaragoza está ahora mismo entre los que no presentan pautas de reconducción.


Pero, hasta hace poco, la filosofía de la LFP era evitar como fuese, por imagen exterior, la desaparición de clubes históricos.


El problema es que los casos del Zaragoza y el Murcia son insostenibles. Tal y como están ahora, con su volumen de deuda y su estructura societaria, provenientes de sendos concursos de acreedores, no pueden garantizar de ningún modo los pagos para toda una temporada. Es imposible. Al impedir que compitan, al sacarlos del fútbol profesional, lo que haremos será anticiparnos a la liquidación, hecho que si se produce después a mitad de campaña nos generaría una grave extorsión en la liga.


¿Se acabó, pues, la connivencia con los morosos?


Es necesario empezar a acotar la situación general, conocida por todos desde hace varios años. No puede ser que haya clubes que, ya desde septiembre u octubre, comiencen a dejar de pagar. La LFP va a anticiparse desde ya mismo a esas situaciones. Quien no garantice su solvencia a un año vista, no competirá y será expulsado.


La desaparición del Zaragoza puede abollar el prestigio de la Liga española en su afán expansivo.


Haría daño. Pero más daño hace al fútbol español el hecho de mantener clubes inviables económicamente. El golpe a corto plazo, si se produce, será un ‘shock’, pero a medio y largo plazo, el fútbol español saldrá beneficiado. Clubes así generan una distorsión en la competición de tal calibre que no se puede seguir permitiendo.


Si el Real Zaragoza lograse avalar in extremis el presupuesto de la temporada venidera, usted ha advertido que su plantilla no podrá costar más de 3 millones de euros. Menos de la mitad que la del actual curso.


Si solamente nos presentasen el aval mínimo que les exigimos, el de los 8 millones, todo el equipo del Real Zaragoza, incluidos los técnicos, no podrán cobrar más de 3 millones globalmente. Así es.


Y, para que pudiera hacer un equipo más solvente, con jugadores de más caché en busca del imperioso ascenso a Primera, los nuevos dueños deberían inyectar un dinero extra y que ustedes lo evalúen después de manera positiva.


Bueno... habría que sentarse con ellos, estudiar su propuesta y ver el plan de viabilidad real que nos planteasen con esas hipotéticas inversiones extras. Pero, desde luego, si el Zaragoza quisiera aumentar el tope salarial que le puede corresponder (el de los 3 millones), debería estar plenamente garantizado de antemano el pago de la plantilla y los impuestos correspondientes al incremento de costos que se nos propusiera. Tendríamos que verlo muy claro para dar el sí.


¿Cómo están viendo desde la LFP la peculiar compraventa de las acciones de Agapito Iglesias y la confusa situación del Zaragoza?


Con preocupación. El Real Zaragoza es un histórico, un club de los grandes de España. Verdaderamente es un lío lo que está ocurriendo, una extraña película con la llegada de los nuevos accionistas que, yo creo, en nada ayuda a dar una sensación de estabilidad que, desde la LFP, es necesaria para poder solucionar los problemas. Pero, en estas circunstancias, cada uno toma las decisiones como cree y como le parece. Estamos preocupados, mucho, por lo que estamos apreciando en este último mes.


Usted defiende la entrada de los fondos de inversores en el fútbol español, en contra de la opinión de la Federación. ¿Qué le parece el perfil de los mexicanos que negocian ahora con el Real Zaragoza?


No puedo opinar porque no los conozco. Pero este no se ajusta a la figura de fondo de inversión que estamos defendiendo. Es otro modelo. Para que todas estas cosas no tengan el riesgo de salir mal, propugnamos una regulación de estos fondos. Ahora, esto es una selva. Cualquier fondo que entre en un club español ha de ser escrutado para que pueda operar en la LFP.


Usted dijo en una charla el Ítaca de Santa Isabel en octubre que no creía que el Real Zaragoza fuera a desaparecer. Algo no ha ido por donde tenía previsto entonces.


Aquel día también dije que el Real Zaragoza iba a necesitar obligatoriamente una ampliación de capital como mínimo de 8 o 10 millones de euros. Y es lo que yo creo que debe suceder para evitar la muerte del Zaragoza. Lo que yo no esperaba entonces es que se llegase a la situación temporal límite que se está viviendo ahora, ya a finales de junio. Todavía me queda la esperanza de que alguien aparezca con esos 8 o 10 millones y resuelva in extremis este problema. Algo que, no obstante, solo respondería al corto plazo, a evitar la liquidación. Porque la deuda de más de 100 millones ahí sigue viva.


¿En cuánto calcula la LFP el mínimo que necesita el Real Zaragoza para competir el año que viene de nuevo en Segunda?


Si paga lo que debe antes del 30 de junio a Hacienda, Seguridad Social y jugadores y si avala los 8 millones que le solicitamos, además deberá contar con otros 5 millones más para poder ser inscrito en la competición. Eso ya lo saben quienes ahora están en el accionariado. Este último dinero lo pueden obtener, por ejemplo, a través de ventas de jugadores de la actual plantilla, al margen de tener que ponerlo mediante una inyección directa.


El año pasado se buscó un flotador con la llegada de Jesús García Pitarch a la gestión del Zaragoza, que trabajo estrechamente con ustedes. Pero se ha marchado y no ha podido cumplir con el plan de mínimos. No ha cumplido las pautas de control financiero. ¿Dónde ha estado el fallo?


En mi opinión, García Pitarch hizo un trabajo encomiable tras el descenso. Es muy difícil adelgazar los volúmenes presupuestarios de un club como el Zaragoza como él lo hizo en mes y medio. Era casi un imposible. Lo sabíamos.


Pero, al final del curso, no ha logrado liquidez para abonar las fichas a la plantilla, aún se han de pagar los 1,5 a Hacienda que él mismo negoció a la baja... Le han faltado 8 millones a su balance.


Yo creo que él, la previsión que tenía era resolver esta deuda con venta de jugadores, hecho que se va a producir seguramente. En el momento en que se vendan, veremos cómo sí que habría cumplido con su plan.


En este periodo de compraventa, ha asomado siempre la LFP como garante de futuro intentando colocar un hombre de confianza en la gestión futura. Ya sin Pitarch, que fuese, por ejemplo, Mateu Alemany. ¿Es aún posible?


La LFP no va a poner a nadie. Sí sé que Mateu Alemany mantuvo contactos con Agapito, pero nada más. Mateu en gran amigo mío, un gran gestor. Y creo que hubiese sido muy positiva su presencia en el Zaragoza. Pero no hubiese llegado de la mano de la LFP ni del Consejo Superior de Deportes.


A mucha gente le está costando creer que el hecho de la liquidación del Real Zaragoza pueda ser verdad. Lo toma como un amago, pero evita considerar que pueda hacerse realidad.

Pues que no tengan duda. Yo no lanzo estos argumentos como una simple advertencia. Los digo porque son datos objetivos e irreversibles. Si el Real Zaragoza no resuelve de inmediato sus problemas financieros básicos e imperiosos según la normativa y la ley, no competirá más en el fútbol profesional español y el 1 de agosto se verá abocado a desaparecer. El año pasado, en el caso del Guadalajara, tampoco se lo creían al principio del verano. Y al final los expulsamos de la liga por un fraude en el proceso de conversión a SAD comprobado. Será muy triste, pero si el Zaragoza no hace lo que debe, no volverá a competir en la LFP.


Sobre una refundación tras la liquidación, ustedes ya se han pronunciado. Ya no se podrá hacer con la licencia del filial ni con un hilo similar al club desaparecido, como en tiempos pretéritos.


Así es. Esa figura de reengancharse en una refundación en la categoría del equipo B, como hizo en su día el Málaga, no se permite. No puede haber una refundación inmediata partiendo de cero. Eso es una trampa intolerable cuando se deja un volumen de deuda importante atrás, en el limbo. Antiguamente pasó en varios casos, ahora no sucederá más. Si el Zaragoza se disuelve, tendrá que ejecutar un proceso de liquidación correcto de su activo y su pasivo antes de generarse otro club. Aunque, evidentemente, no pueda pagar sus deudas. No cabe continuidad.