"Por ética, yo estoy al margen de mi posible traspaso"

Montañés afirma que él no ha dado ninguna orden a su agente y que desconoce que el club lo vaya a vender ya para obtener liquidez

Paco Montañés, el sábado pasado en el partido contra el Sabadell.
Paco Montañés, el sábado pasado en el partido contra el Sabadell

A Paco Montañés, la noticia de que el Real Zaragoza baraja su venta súbita como flotador para obtener liquidez antes del 30 de junio y poder acometer los pagos ineludibles que eviten un descenso administrativo, le pilló por sorpresa en su día de fiesta. "Personalmente, yo estoy al margen de esa situación. Me parece que sería una falta de respeto que yo estuviese mirando mi salida del Zaragoza con lo que el equipo se está jugando", quiso aclarar de entrada el extremo castellonense.


"Por mi parte, no he dado ninguna orden a mi agente para que se mueva en el mercado. Insisto en que me parecería una falta de ética total por mi parte. Yo no soy así", apostilló para dejar clara su postura personal ante esta iniciativa que se contempla en los despachos de mando de la SAD.


Agapito Iglesias y, por derivación, los diferentes grupos que negocian con él la venta y el relevo accionarial al frente de la entidad zaragocista, tienen programado el traspaso de Montañés (con Álvaro también en primera línea del escaparate) en un breve lapso de tiempo. Esta maniobra se llevaría a cabo si la compraventa de la sociedad se sigue demorando, el calendario apura y es necesario obtener ‘cash’ con urgencia para eludir problemas disciplinarios con la Liga de Fútbol Profesional dentro de 40 días por inclumplimientos de pago. Una hipótesis que pondría al Zaragoza en riesgo de caer a Segunda B por vía administrativa.


"No tengo ni idea de lo que el club está haciendo respecto de mi futuro. De verdad. Yo no soy nadie para saber cómo se gestiona una SAD y de qué manera hay que solucionar los problemas urgentes. Por eso no sé si es conveniente o no que se esté barajando mi salida", prosiguió argumentando Montañés.


El conocimiento de esta opción que tiene el club en la recámara para lograr liquidez y que supondría su salida inminente del Real Zaragoza ha dejado a Montañés sorprendido. "No sé si es una postura coherente. O si lo será en el momento en que haya que hacerla. Es algo que ahora me supera. No sé bien qué pensar", apuntó en su conversación con HERALDO.


Al futbolista, lo que más le chirría y le coloca en una posición incómoda es que esto surja cuando todavía faltan tres jornadas y la salvación aún no se ha conseguido matemáticamente. "Yo no tenía previsto plantearme mi situación en el club hasta que la liga terminase dentro de tres jornadas. No sé qué me van a plantear. Está claro que yo debo hablar con el Zaragoza para saber a qué atenerme, pero pensaba hacerlo tras el último partido en Alcorcón", señaló.


A Montañés, como al resto de la plantilla, la cuestión de la compraventa de la SAD y el cantado relevo de Agapito Iglesias por una nueva propiedad les mantiene en máxima alerta. Los profesionales del vestuario adivinan que están cercanos a un nuevo dibujo directivo que puede modificar radicalmente su futuro inmediato en el Real Zaragoza.


"Esa es otra cuestión crucial ahora mismo: saber cómo va a quedar el club si se produce el cambio accionarial del que se está hablando hace días. Todos estamos pendientes de ese dato por motivos obvios. Si el club pasa a ser de otras personas en unos días, las cosas pueden cambiar totalmente", admitió el ‘11’ zaragocista.


Montañés, con una simple pincelada, describió asimismo la incertidumbre que se respira en la caseta en relación al devenir del club y, por lo tanto, de cada uno de sus componentes. "Está todo tan en el aire que cuesta analizar este tipo de informaciones. No sé qué decir de manera concreta porque no sabemos hacia dónde va todo esto", dijo.


A falta de solo 18 días para que termine la liga y de 40 para que concluya la temporada oficial –los contratos rigen hasta el 30 de junio–, Paco Montañés asegura no haberse planteado su adiós al Real Zaragoza pese al calvario de temporada que se ha vivido en el equipo tanto en el ámbito deportivo como, sobre todo, en las repercusiones del lío societario que se vive desde hace un año. "Yo estoy dispuesto a seguir en el Real Zaragoza hasta el final de mi contrato, en 2016. Siempre que se me respete todo tal y como lo tengo firmado, no me importaría continuar", remarcó.


Al contrario que sucede con otros compañeros suyos de vestuario, él y su familia siempre se han sentido bien en Zaragoza. "Me siento a gusto en la ciudad y mi intención inicial no es forzar mi salida. Estoy feliz aquí. Solo si se modificara ese contrato cambiaría mi parecer. Pero ahora, al salir esta cuestión de que el club esté valorando mi traspaso como recurso para obtener dinero, no sé qué pensar. Estoy a la expectativa", concluyó el de Castellón.