MUSEOS SIN BARRERAS

Una cultura sigue siendo todavía inaccesible

Las personas en sillas de ruedas llevan varios meses sin poder acceder a la primera planta del Museo de Zaragoza después de que el montacargas se haya cerrado al público por razones de seguridad. La DGA dice que se están dando pasos para instalar un ascensor.

Marta Valencia, secretaria técnica de la Fundación DFA, ante la entrada del Museo Provincial.
Una cultura sigue siendo todavía inaccesible
JOSé MIGUEL MARCO

M e gusta muchísimo, lástima que no pueda subir a ver las obras de Goya, pues soy inválida. Lástima que no haya ascensor. Soy de Costa Rica". Esta queja dejó escrita una visitante en el libro de sugerencias que tiene a disposición del público en su entrada el Museo de Zaragoza el pasado día 10 de julio. La segunda planta del centro museístico está en estos momentos vetada para las personas con una movilidad reducida, que, así las cosas, no pueden recorrer las exposiciones sobre el genio de Fuendetodos, la pintura de los siglos XIX y XX y el arte oriental.

El montacargas existente en el edificio, que hasta hace unos meses se podía utilizar con permiso y bajo la supervisión del personal de las instalaciones, se ha cerrado al público. Las escaleras para acceder a la primera planta, de piedra y de cuatro tramos, suman 37 escalones, que resulta cansado superar con muletas o con dificultades para andar. "Se realizó una inspección que, por razones de seguridad, reconsideró que no se usase", explicaron desde el departamento de Educación, Cultura y Deporte de la DGA. Estas mismas fuentes añadieron que "se han iniciado los trámites para instalar un nuevo ascensor", aunque no se pronunciaron sobre cuándo podría estar solucionado este tema.

Las quejas también llegaron a finales del mes de mayo a la Fundación Disminuidos Físicos de Aragón (DFA). "Enviamos una carta al director del Museo para que permita entrar a los técnicos del departamento de accesibilidad a realizar un informe, pero no hemos recibido una contestación", se lamenta la secretaria técnica de la Fundación, Marta Valencia. Recuerda que no solo se trata de ciudadanos en sillas de ruedas, sino también de mayores que se desplazan con dificultad, personas que llevan muletas y carritos de bebé.

El problema no es ni mucho menos nuevo. Hace dos años el colectivo ya realizó un estudio y dejó constancia de que el montacargas no era el aparato más adecuado para transportar y elevar a personas. El edificio dispone de rampa y barandilla de acceso a la puerta principal y el mostrador de información está adaptado. Se recomienda que se sitúe a una altura de 80 centímetros, para facilitar así el acercamiento a usuarios con movilidad limitada y talla baja.

"Imposible poner un ascensor"

Pese a los avances para suprimir las barreras arquitectónicas en centros de cultura y ocio, aún se detectan incumplimientos. En el recién inaugurado Museo de Etnología, en la Casa Ansotana del parque Grande (en su rehabilitación se han invertido 612.955, 31 euros), una persona en silla de ruedas solo puede, como mucho, recorrer la planta a pie de calle. Y eso con algo de maña, porque primero hay que salvar la ladera de bajada y el escalón de la puerta, y saber maniobrar bien por la habitación.

No obstante, desde la DGA justifican que "es completamente imposible poner un ascensor por la propia estructura del edificio".

¿Una rampa en la entrada al Paraninfo de la Universidad de Zaragoza? La respuesta sigue en el aire. Se puede acceder por la parte posterior, siempre y cuando se avise para que alguien abra la puerta desde dentro. Desde DFA, Marta Valencia subraya que la entidad académica "tiene buena predisposición" para llegar a instalar una rampa acorde con el entorno.

Carencias en el Auditorio

La Fundación Disminuidos Físicos de Aragón acaba de remitir al Auditorio de Zaragoza un informe en el que analiza con todo lujo de detalles la accesibilidad de este recinto. Las protestas que han recibido se refieren sobre todo a que el espacio reservado para personas con movilidad reducida en la sala Mozart no está señalizado y solo se deja utilizar por espectadores en sillas de ruedas. Asimismo, plantean si este espacio no ocupa una salida de emergencia.

Hay casos paradójicos, por calificarlos de alguna forma. En la cumbre europea sobre discapacidad celebrada en mayo en Zaragoza, se encontraron con aprietos para estacionar cerca del Palacio de Congresos Expo Aragón al carecer de plazas reservadas.