ARTE

Un grafiti sobre un hinchable en las jornadas Encuentra de Uncastillo

Una lata gigante emergió ayer junto a las obras del tranvía en Zaragoza.Siete artistas participan en la presente edición.

Danjer, pintando ayer en Zaragoza el hinchable de Encuentrambar, que luego llevarán a Uncastillo.
Un grafiti sobre un hinchable en las jornadas Encuentra de Uncastillo
CARLOS MONCíN

La localidad zaragozana de Uncastillo celebra hasta el próximo sábado la sexta edición de Encuentra, unas jornadas en las que siete artistas jóvenes se instalan en la población para llevar a cabo sus proyectos. Este año, los seleccionados entre los más de 60 presentados han sido el cordobés Gonzalo Rodríguez, el jerezano Ignacio Estudillo (pintura), el burgalés Andrés Torca (proyecto multidisciplinar), la pacense Fátima Montero (instalaciones/maquetas), el madrileño Juancho Arregui (vaciados/instalación), la zaragozana Marta Aschenbecher (fotografía) y la coruñesa Carolina Cruz (obra gráfica/papel).


Mientras ellos iniciaban ayer su actividad artística en Uncastillo, en Zaragoza, concretamente en la plaza de España, Le Désert y Danjer pintaron un grafiti de grandes dimensiones sobre un hinchable con forma de lata de cerveza (no en vano estaba patrocinado por La Zaragoza y bautizado Encuentrambar). «Es como una especie de pórtico en el centro de la ciudad, un aperitivo que servimos con cerveza animando a la gente a que venga a Uncastillo», explicaba José Francisco García, director de la Fundación Uncastillo, que organiza Encuentra.


Le Désert (nombre artístico de Sergio Beltrán) comentaba espray en mano que el tema de su grafiti es «lo que se genera en el Encuentra, que es como el ambiente alrededor de una cerveza: amistad, conversaciones, fiesta, algo alegre y muy positivo». Algunas de esas palabras decoraban parte de la superficie, fomando una gran 'A' con los colores amarillos y blancos de la cerveza. Le Désert calculaba que serían necesarios alrededor cien botes de pintura para decorar los 40 metros cuadrados disponibles.


Su compañero Danjer daba mientras unos retoques al enorme rostro que cubría la parte opuesta del cilindro, escuchando música con unos cascos y alejándose de cuando en cuando para coger perspectiva. «Cuado pintas a formato tan grande tienes que alejarte para ver el total; esto tiene casi seis metros de altura», aclaraba. Y la dificultad añadida de no ser un muro plano, sino una superficie curva.


Su obra, una vez acabada, viajará a Uncastillo y a ambos les «encantaría» poder acompañarla. «Es un pueblo bonito, si el trabajo nos deja, iremos», aseguraba Le Désert, para quien estas creaciones artísticas «enriquecen culturalmente las poblaciones, en las ciudades pasan más desapercibidas».