ARTE

Un cuadro de Goya que representa a Santiago y la Virgen del Pilar, a la venta

Caylus Anticuario lo lleva a la Feria de Maastricht y pide 4,5 millones de euros por él, aunque es inexportableEl Gobierno de Aragón señaló ayer que no tiene previsto intentar adquirirlo.

'El apóstol Santiago y sus discípulos, adorando a la Virgen del Pilar', el óleo que está a la venta.
Un cuadro de Goya que representa a Santiago y la Virgen del Pilar, a la venta

La crisis económica y la austeridad que impone en las Administraciones públicas está teniendo consecuencias también en el mercado del arte. Mucho han cambiado las cosas desde que en 2007 la Fundación Plaza, integrada por Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza, Ibercaja y CAI, adquirió por 12 millones de euros el 'Retrato de Luis María de Borbón y Vallabriga' de Goya. Y de que un año más tarde el Gobierno de Aragón comprara 'La letra con sangre entra' de Goya, por 2, 5 millones. Ayer, la casa de antigüedades Caylus de Madrid reveló que acude a la TEFAF Maastricht, una feria de antigüedades holandesa, con un Goya bajo el brazo. Que el cuadro representa al apóstol Santiago y la Virgen del Pilar. Y que está en venta por 4,5 millones. El Gobierno de Aragón aseguró ayer que no va a intentar hacerse con la obra.


El cuadro, según revelaba ayer 'El País', lleva por título 'El apóstol Santiago y sus discípulos adorando la Virgen del Pilar', mide 107 por 80 centímetros y la sala de antigüedades le ha puesto un precio base de 4,5 millones.


Una obra inexportable


Caylus, fundada en 1988 por Enrique Gutiérrez de Calderón, José Antonio de Urbina y Peter Glidewell, ha vendido en los últimos años importantes obras de arte al Gobierno de Aragón, como 'La letra con sangre...'.


Se trata de un anticuario muy prestigioso en toda Europa (vendió al Prado 'La condesa de Chinchón', de Goya), y cabe suponer, dadas sus buenas relaciones con el departamento de Educación y Cultura, que antes de dar a conocer que el cuadro está a la venta, lo haya ofrecido privadamente al Gobierno de Aragón.


En cualquier caso, la pieza ha sido declarada inexportable por el Ministerio de Cultura, y viaja a la feria holandesa con un billete de vuelta 'en el bolsillo'. Solo podrá ser adquirido por un comprador español.


Se trata de una pieza, obviamente, de gran trascendencia para Aragón, toda vez que pudo haberse encargado para la basílica. El Museo de Zaragoza tiene una 'Virgen del Pilar' que compró en 1926, pero de diferente planteamiento a este cuadro.


La pieza fue localizada en la década de los años 50 en la colección Rosillo de Madrid. La sala de antigüedades no ha dado a conocer el 'recorrido vital' del cuadro que, pese a no estar firmado, es de autoría incuestionable: tras darla a conocer el marqués de Lozoya en 1951, ha sido avalado por especialistas de la talla de José Gudiol, Pierre Gassier y Juliette Wilson, José Camón Aznar o José Luis Morales y Marín.


El cuadro representa al apóstol Santiago en primer término, arrodillado ante el Pilar de la Virgen y portando un báculo en la mano derecha. En su hombro izquierdo, Goya pintó las veneras o conchas de peregrino. Está junto a sus discípulos, a la orilla del Ebro y junto a las murallas de la ciudad, en el momento en que se aparece la Virgen María.


¿Un posible autorretrato?


Según describe la ficha catalográfica elaborada por la sala de antigüedades, la primera imagen conocida de Goya que representa a la Virgen del Pilar es un dibujo a lápiz de una de las páginas del llamado 'Cuaderno italiano' realizado hacia 1770, que sirve de punto de partida para el pequeño lienzo de este tema (56 x 42,5 centímetros) que pintó hacia 1771-75, hoy en día en el Museo de Zaragoza. «Goya representa de manera fiel y estilizada, reproduciendo los pliegues del manto, la pequeña talla gótica que se venera en la Basílica del Pilar», asegura el texto. Y añade: «El artista vuelve a reproducir la misma imagen en esta obra, desarrollando el pequeño cuadro del Museo de Zaragoza en una composición más compleja y de mayor tamaño. Ante la imagen de la Virgen, fuerte y extasiado, se arrodilla el apóstol, vestido de peregrino y su manto púrpura desplegado con gran efectismo. Los discípulos rodean la aparición milagrosa con una mezcla de temor y devoción. La gran aureola ilumina la escena y los personajes; todos ellos barbados y de edad avanzada, exceptuando el joven del extremo izquierdo, cuyos rasgos podrían recordar los del artista en esos años».