Rubielos de Mora

Funeral en memoria del escultor José Gonzalvo

Las cenizas del artista turolense, fallecido el pasado lunes en Valencia, se depositarán en el panteón familiar en una ceremonia íntima.

Gonzalvo, con la Cruz de San Jorge de la Diputación de Teruel.
Funeral en memoria del escultor José Gonzalvo
A. G.

El escultor José Gonzalvo descansará para siempre desde hoy en el cementerio de su querido pueblo natal, Rubielos de Mora. Las cenizas del artista, fallecido el pasado lunes en Valencia, se depositarán, en el transcurso de una ceremonia íntima, en el panteón familiar del municipio turolense.

Previamente, tendrá lugar a las cuatro de la tarde una misa funeral en la ex colegiata Santa María La Mayor, a la que asistirá la corporación muncipal en pleno. Será el homenaje póstumo que el pueblo le tribute a su hijo predilecto.

José Gonzalvo falleció en su domicilio de Valencia, a los 81 años de edad, después de varios meses postrado por una enfermedad.

El alcalde de Rubielos de Moral, Ángel Gracia, señaló que la figura de José Gonzalvo siempre estará unida a esta localidad turolense, donde decidió fijar su estudio taller, tras estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. "El pueblo -señalaba Gracia- ha sido testigo de su crecimiento artístico".

Para Gracia, Gonzalvo tuvo, además, la capacidad de "marcar las pautas de la actividad restauradora en Rubielos, de manera que permitió poner en valor el patrimonio de la localidad".

Nacido en Rubielos de Mora, en 1929, pronto destacó por sus aptitudes artísticas, y, tras pasar por la Academia de San Fernando de Madrid, terminó sus estudios en la Escuela San Carlos de Valencia, donde, curiosamente, obtuvo el premio extraordinario de fin de carrera en la modalidad de pintura. José Gonzalvo tiene una abundante obra pictórica, como se pone de manifiesto en el museo dedicado a su figura que hay en Rubielos de Mora, pero lo que le proporcionó una mayor proyección y repercusión fue su producción escultórica, principalmente, las grandes piezas elaboradas en hierro.

Monumentos

Monumentos suyos hay distribuidos en distintos puntos del país, ocupando emblemáticos espacios urbanos. Uno de los más característicos de la ciudad de Teruel es el monumento dedicado a la Vaquilla, una obra situada en las proximidades del viaducto peatonal que forma parte del paisaje más fotografiado de la capital. La escultura dedicada a Alfonso II, o la gigantesca puerta de hierro de la sede de Ibercaja, son otras de sus obras más singulares. El monumento dedicado a Goya, en Barcelona; y otro a la Guardia Civil, en Úbeda (Jaen), dan idea de la proyección de la obra de Gonzalvo.

El artista nunca quiso desvincularse de su pueblo natal. De hecho, acondicionó su estudio en Rubielos y compartía residencia entre el municipio turolense y Valencia.

La Comunidad Valenciana era su segunda patria. Gran parte de su obra preside plazas y rotondas, y hace seis años la Diputación de Valencia publicó un libro del periodista y escritor Ricard Triviño dedicado a su vida y su obra, una extensa producción que arrancó al integrarse en los círculos de artistas renovadores en los años cincuenta y sesenta.

Museo, en el convento

El convento de las Carmelitas de Rubielos de Mora alberga desde hace varios años un museo sobre José Gonzalvo, que es fiel reflejo de su producción artística.

En sus dependencias se conservan piezas de gran tamaño, pero también maquetas de algunos de los monumentos repartidos por media España, así como abundante obra pictórica, la faceta menos conocida del artista.

Entre otras distinciones, Gonzalvo fue nombrado Hijo Predilecto de Rubielos de Mora en 1966, y en 1970, académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza. En 1985 fue designado como académico de número de la Real Academia de San Carlos de Valencia, así como socio de honor de la Asociación de San Jorge de Alcoy. La Diputación Provincial de Teruel concedió a José Gonzalvo en el año 1987 la Cruz de San Jorge, la máxima distinción de la institución. Posteriormente, en 1990, el Gobierno de Aragón le otorgó la medalla de San Jorge al mérito cultural.