MÚSICA

Ricardo Constante: "El conformismo me mata y la indiferencia, más"

En su álbum "Año de bienes" le arropan Jorge Marsó (batería), Lorenzo Montull (bajo), Jorge Ramón (clarinete y saxo) y Alberto Pueyo (guitarra). La dirección musical, de Manuel Franco.

Ricardo Constante confiesa, de entrada, que el punto de partida de "Año de bienes", su segundo álbum, con trece composiciones, ha sido la continuidad. Señala el cantante oscense: "Una vez acabado 'Constante y sonante' (2004), mi primer trabajo, me parecía casi imposible realizar otro y mucho menos superarlo, porque en él hubo sinceridad, espontaneidad y compromiso en grandes dosis. El segundo disco siempre es mucho más duro, es el más difícil. Hay que confirmar que el primero no fue un azar ni una casualidad". Por ello, el intérprete persiste en la fidelidad a unos sentimientos, a una tierra y a una forma de vida".


El tema general podría ser Aragón. El paisaje del hombre y el hombre en el paisaje. ¿Qué significa Aragón para usted?


Hoy día, la música es casi toda igual estés en dónde estés. Nuestra labor es diferencial, hablamos de lo nuestro, con música atractiva y arreglos actuales. Matías Uribe me dijo una vez que somos gente de gorra pero con la visera levantada. Aragón sigue presente porque su paisaje, sus gentes y sus problemas me llegan de cerca. ¿Es que ahora no hay nada por lo que luchar en esta tierra? El conformismo me mata y la indiferencia, más.


Parece que hay como una elegía, una suerte de añoranza del Aragón idílico, vinculado a sus raíces y su infancia.


Yo nací en mi casa, en la calle en que jugaba, y por eso hablo de aquella infancia perdida, del primer amor, de mi vieja escuela, de las historias que nos contaban los abuelos, de aquellas vacaciones en el pueblo con los tíos de la montaña. Hemos vivido un cambio tan radical, tan determinante, que me gusta muchísimo volver a mi infancia, recordarla y revivirla en canciones, porque fuimos muy felices. Yo fui un niño feliz.


Aborda dos temas candentes: los bienes artísticos que se han ido a Cataluña, y cuyo retorno se ha convertido en una pesadilla, y el agua, en "No llega el agua".


Los bienes me han dado la oportunidad de jugar con el título del disco y de darle un doble sentido. Por un lado, está esa pesadilla de los bienes eclesiásticos que no vienen, y por otro el deseo de regalar un 'Año de bienes', de felicidad, de buenos propósitos para todos. El agua es un tema especial, y más ahora con la celebración de la Expo. Dependemos del agua más que del petróleo y no nos damos cuenta. Canto al agua como algo que nos pertenece, como patrimonio de belleza natural. Tenemos la inmensa suerte de vivir en un territorio de agua: agua para vivir, agua para jugar, agua para disfrutar. El agua representa la belleza y forma parte de nuestros sentimientos.


Uno de los temas más conmovedores del disco es "Mi vieja escuela". ¿Cuál es la historia de la canción?


Un amigo, Rafael Jiménez, alma máter del Museo Pedagógico, me habló de un poema que tenía sobre una escuela, sobre su vieja escuela de Tiermas, en la que él aprendió de niño. La verdad que es una de las canciones que más personalidad dan al disco.


Hay dos homenajes concretos: uno a Los Titiriteros de Binéfar y otro a La Ronda de Boltaña. ¿Por qué a ellos?


Paco y Pilar, de Los Titiriteros de Binéfar, nos invitaron a cantar en su casa de los títeres en Abizanda. Al acabar el concierto me ofrecieron su libro de firmas y les dejé escrito un soneto que más tarde acabaría convirtiéndose en una canción. Se lo merecen todo: llevan alegría a los pueblos, cuentan historias, juegan con los niños… Tenía que ser una canción divertida y alegre. Y entonces, pensé en La Ronda de Boltaña y le hice una canción alegre de ronda que añadiese alegría y frescura al disco. Son dos grupos diferentes con un simbolismo especial.


Explíquenos "Sueño rasante". Tiene algo de mirada, más bien surrealista y a vista de pájaro, sobre un sinfín de paisajes aragoneses.


Esa balada jota es una de las canciones que mejor sabor de boca me dejan. Es una canción siempre inacabada, podríamos seguir volando y volando, imaginativa y llena de contrastes, para cerrar los ojos y dejarse llevar sobrevolando paisajes, tradiciones, leyendas y mitos de Aragón.


He hablado de tono elegíaco, pero hay por lo menos cinco canciones que son claramente festivas. ¿Combinan bien la nostalgia y la parranda?


La cosecha y el barbecho, el día y la noche, la lluvia y la sequía, las penas y las alegrías, la vida y la muerte. Es necesario que combinen como en la vida misma. En el álbum hay de todo: optimismo, alegría y muchos deseos por cumplir.


Es el autor de la mayoría de los temas, y todos ellos están impregnados de imágenes. ¿Cómo define sus letras?


Mis canciones nacen de la letra, siempre tengo algo que decir y trato de adornarlo, embellecerlo con música. Mis letras son sencillas, creo, cada vez me siento mejor encontrando referencias sonoras, imágenes, contrastes. Hablo de sentimientos y quiero emocionar a quien escuche la canción, pero antes tiene que emocionarme a mí.


¿Cuál es la importancia de Manuel Franco en "Año de bienes"?


Constante y Sonante, Ricardo y Manuel. Manolo y yo nos conocimos en Hato de Foces. Yo le iba enseñando mis canciones y él enseguida me sorprendió mostrándome arreglos que iba haciendo con ellas. Manuel ha sido el director musical de los dos discos, y ha sabido encontrar los arreglos precisos. Siempre ha respetado la temática y ha mostrado una gran sensibilidad hacia la idea. Letra y música van unidas. Manuel es un trabajador incansable, le gusta la perfección y con él hemos conseguido la complicidad precisa para crear la musicalidad y el estilo de Ricardo Constante. Estoy muy feliz de tenerlo como compañero de viaje.


¿Sigue siendo la palabra cantautor la que mejor define a Ricardo Constante?


Quizás esté trasnochada. No me gusta porque clasifica demasiado y, además, de forma equivocada. Es cierto que llevo la iniciativa, que desarrollo la idea matriz, que trabajo mucho las letras, que defiendo el compromiso, primero personal y después colectivo, pero sin Manuel y sin la complicidad y el apoyo de todos mis amigos y compañeros del grupo, nada de esto sería posible.