GOYA

¿Quién le pone el cascabel a Goya?

La noticia ha tenido un efecto dominó y las fichas siguen aún cayendo. Manuela Mena, jefa de conservación de Pintura del Siglo XVIII del Museo del Prado, anunció hace unos días en rueda de prensa que "El coloso" no era obra de Goya, sino de uno de sus discípulos, Asensio Juliá.

La noticia ha tenido un efecto dominó y las fichas siguen aún cayendo. Manuela Mena, jefa de conservación de Pintura del Siglo XVIII del Museo del Prado, anunció hace unos días en rueda de prensa que "El coloso" no era obra de Goya, sino de uno de sus discípulos, Asensio Juliá. Expertos tan reconocidos como Nigel Glendinning han salido al paso de esas afirmaciones y siguen considerando que el cuadro es de Goya. Otros, como Juliet Wilson-Bareu (que en los últimos años ha colaborado con la conservadora del Prado) han ido más allá e incluso aseguran que "La lechera de Burdeos", "Casa de locos", "Procesión de flagelantes" o "Tribunal de la Inquisición" tampoco son del de Fuendetodos. Mena añade a la lista "La degollación", "El exorcismo" o "La hoguera". Los hay, como Felipe Garín, que hacen una simple regla de tres: si "El coloso" es de Juliá, y la pintura es una obra maestra, entonces Juliá es un gran pintor y no un artista de segunda como se pensaba hasta ahora: hay que celebrar una gran exposición sobre él en su patria chica, Valencia, en 2010. El Prado, que respaldó a su conservadora, no retira la obra de las salas dedicadas al pintor. Y, en todo este maremágnum, casi nadie sabe ya qué es auténtico, qué no lo es y, sobre todo, quién le pone el cascabel a Goya: es decir, a qué autoridad hay que apelar para saber qué pinturas salieron de la mano del de Fuendetodos y qué pinturas hay que atribuirlas a otros.


Pero diez días después del anuncio, el origen de esta conmoción artística está en entredicho. Los expertos consultados por HERALDO -el británico Nigel Glendinning y los aragoneses Federico Torralba, Arturo Ansón y los restauradores Teresa Grasa y Carlos Barboza-, coinciden en un mismo punto: los argumentos aportados por Manuela Mena no son definitivos, y en ningún caso se ha establecido de forma concluyente que el cuadro no pertenezca al aragonés. Es más, siguen pesando más los datos a favor de su autoría.


"Lo ha sido, lo es y lo será"


"Yo creo que la argumentación no está bien resuelta -señala Federico Torralba-. Con el tema de las atribuciones, todo el mundo se empeña en tomar al propio Goya como punto de partida, y habría que enfocar el problema desde otro lado. Se han empeñado también en decir que 'La lechera de Burdeos' no es de Goya, porque hay detalles extraños y... Bien, ¿quién, sino Goya, pudo pintar 'La lechera' en aquel momento?". Y Torralba concluye, categórico: "El coloso' ha sido, es y seguirá siendo Goya".


Lo cierto es que, examinados con lupa, los argumentos de Manuela Mena, que compareció en rueda de prensa respaldada por el director de la pinacoteca madrileña, no parecen ser muy contundentes. Que el cuadro presenta incoherencias lumínicas que Goya no cometería, que algunas figuras están inacabadas, que en el margen inferior izquierdo de la pintura se aprecian las iniciales "AJ", que corresponderían a Asensio Juliá, y que se desconocen muchas cosas sobre los discípulos de Goya, ha venido a decir Mena, destacada especialista en la obra del pintor aragonés. Pero...


"Son argumentos que no convencen -señalan Carlos Barboza y Teresa Grasa-. Mena, que avaló el cuadro en la exposición del Prado de 1996, dice ahora que hay trazos no terminados y dudosos. Pero esta pintura no es un cuadro neoclásico, como los que pintaba Mengs, sino una libre interpretación de la forma de pintar, a su capricho".


"Goya decía que 'no hay reglas en la pintura', y la doctora Mena echa de menos paisajes reconocibles y bien delineados en 'El coloso', pero éste es un cuadro alegórico, que pedía al artista paisajes españoles no específicos", subraya Glendinning. Y añade: "¿De dónde saca Manuela Mena la idea de que Goya estudiara el cuerpo humano sistemáticamente, diseccionando cadáveres? Se trata de un dato biográfico que no sé de dónde procede. Hay muchos ejemplos de inverosimilitud en las proporciones de los miembros en Goya, lo mismo que en otros grandes pintores".


"Está lloviendo sobre mojado"


De parecida opinión es Arturo Ansón: "¿Y cómo está pintado el caballo de Palafox en su retrato? ¿Y la 'Maja desnuda'? -se pregunta-. Yo sigo pensando que 'El coloso' es de Goya. Cuando la demostración sea contundente, la aceptaré. Pero lo que se ha dicho hasta ahora no es suficiente. El problema es que llueve sobre mojado, ya antes Mena ha dudado de otros cuadros y no se han aportado pruebas. Si de 'La lechera' existen dudas desde 1990, ¿por qué 18 años después todavía no se ha publicado un estudio definitivo y concluyente?".


Sobre los caracteres que aparecían en la esquina del cuadro, Glendinning se mantiene en sus trece: "es posible ver el número 18, con algún otro antiguo número de inventario, en fotografías publicadas en los años 40 y 50". "Yo no veo letras, veo números -sostiene Arturo Ansón-. En el Museo de Valencia hay un Asensio Juliá firmado y la 'J' es completamente distinta a lo que dicen que es la 'J' en 'El coloso".


Y arrecian las dudas. ¿Era Juliá un genio capaz de pintar la obra ahora cuestionada? Desde su perspectiva de experimentados restauradores, Barboza y Grasa lo dudan. "En el cuadro que está en el Museo de Valencia, 'El contrabandista' -señalan-, se aprecia torpeza pictórica y lentitud en el manejo del pincel, aunque guarde una cierta delicadeza del color aprendida de su maestro. Conceptual y pictóricamente, es imposible que Juliá llegase a poder realizar un cuadro de la envergadura y complejidad técnica que tiene 'El coloso".


"Vamos a ver las obras de Juliá y contrastémoslas -reta Arturo Ansón-. Hay obras del pintor valenciano de esos años que son muy flojas y que no admiten comparación posible con 'El coloso'. Pero la solución es muy fácil. Reunamos en una misma exposición todas las pinturas que sabemos a ciencia cierta que son de Juliá y pongámoslas al lado de 'El coloso'. Y que los especialistas se pronuncien a ver si pueden ser de la misma mano".


"Es probable que Juliá haya pintado escenas alegóricas, relacionadas con Perú, bajo la dirección de Goya en 1808 para la decoración de la fachada de la casa de Tadeo Bravo en Madrid -relata Glendinning-. Es muy posible que Juliá trabajara por entonces en el taller de Goya. Pero queda por demostrar que fuera capaz de crear cuadros al estilo de 'El coloso'. Me temo que se le ha atribuido esta obra más que nada como consecuencia de la interpretación equivocada de los rasgos visibles en el ángulo inferior izquierdo del cuadro. Yo advertí al museo de que había visto números en más d euna fotografía reproducida en aquella época, y entre ellos el número 18 y otro número de inventario que era 176. Parece que el equipo del Prado no buscó los libros que dije, y se sirvió de una placa de cristal antigua que tenían. En esta placa, lo mismo que en algunas fotografías que he visto reproducidad, no se ven los números enteros que digo, sino tan solo la parte de arriba de ellos".


El director del Prado, Miguel Zugaza, aseguró en la rueda de prensa que los resultados de la investigación se publicarán en una próxima edición de la pinacoteca. Hasta que llegue ese momento no parece claro que la tormenta vaya a amainar. Y más si se tiene en cuenta que días antes de la rueda de prensa se celebró una reunión de expertos, cuyos componentes no se han dado a conocer, para anunciarles los resultados de la investigación. Y ha trascendido que varios no la dan por buena.