LA RECOMENDACIÓN

María Zabay y los orígenes del nazismo

La escritora zaragozana publica ?El zapato de la lengua rota?, el relato de un joven alemán que se convierte en espía judío en Polonia y que colabora con Hitler, Himmler y Göring en su ascenso al poder.

La escritora zaragozana posa con su obra
María Zabay y los orígenes del nazismo
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María Zabay (Zaragoza, 1977) se educó entre su ciudad y Andorra (Teruel). Estudió Derecho en la Universidad de Zaragoza, y compatibilizó sus estudios con la actividad de modelo, en España y en París. Más tarde, con la licenciatura en el bolsillo, trabajó en distintas actividades, en programas de televisión y radio; ahora realiza entrevistas en ‘Vuelta y vuelta’ y trabaja en ‘Más se perdió en Cuba’, en Intereconomía. En 2006, publicó ‘Diosas de papel’ (Arcopress), una mirada autobiográfica hacia el mundo de la moda y sus sombras.


Cinco años después, instalada ya del todo en Madrid, vuelve a la ficción con una novela muy distinta: ‘El zapato de la lengua rota’ (Almuzara), que podría definirse como una novela histórica y política acerca de los orígenes del nazismo a través de personajes reales como ‘Henni’ Himmler, el desalmado hombre de la propagada, Adolfo Hitler, “que poseía una increíble capacidad de seducción de las masas” y suscitaba preguntas del tipo “¿cómo puede decir semejantes salvajadas?”, y, entre otros, Hermann Göring. El personaje de ficción que unifica la trama es el joven Eckhard Hess Kersten, que parece vivir en carne propia los “desastres” del sistema económico alemán. En cambio, su padre, un burgués sensato y alejado de la desmesura, le discute sus puntos de vista y descalifica los ideales del Partido Nazi.


A medida que la Primera Guerra Mundial se va quedando atrás, se recibe con mucho impacto un libro como ‘Tempestades de acero’ de Ernst Jünger, y otros del ideólogo Rosenberg. Y ahí, a ese túnel de ideologías abyectas, se encuentran Himmler y Eckhard, que son grandes amigos. Son como el día y la noche: Himmler se cuestiona su religiosidad y su mojigatería, a la par que prende la llama de un movimiento que pretende acabar con los judíos, a los que considera “ratas de cloaca”, a las que hay que exterminar. Y Eckhard es un seductor que salta en cama y despliega sus encantos. Poco a poco, ambos jóvenes se sumergen en la conspiración contra la República de Weimar, primero, y luego –con la presencia de Hitler, que posee una autoridad marcial heladora- contra el presidente von Hindenburg.


De este proceso de los conjurados contra los judíos derivará pronto algo muy determinante en la novela: Eckhard se convertirá en espía político, se hará pasar por judío, asumirá una compleja biografía y se trasladará a Varsovia y Essen. Aprende el comportamiento de los judíos, intenta no despertar sospechas y hace inventario de sus actividades y de sus nombres. Prueba que asistió a la sinagoga del rabino Abraham Geiger y que además se ha hecho la circuncisión: la intervención es una auténtica carnicería y supondrá todo un esfuerzo mayúsculo en su lealtad a los nazis y en su propia autoestima.


La novela abarca veinte años de historia, más o menos. Desde 1918 hasta 1939: es decir, el período que comprende la aparición de Hitler, la fundación del Partido Nacionalsocialista, el intento de golpe de Estado, la condena a prisión de aquel hombre “que no tenía estudios” y su lento pero imparable ascenso hacia la cancillería y la presidencia de Alemania, que terminó con el holocausto. Por ejemplo, hay alusiones a la Olimpiada de Berlín y se ven fotos de Jesse Owens y de su rival ‘Luz’ Long. Hitler “tenía el poder de enardecer a las masas” y supo vincular la exaltación de la raza con la industria y la política.


La vida de Eckhard sufre varias convulsiones: se enamora locamente de la judía polaca Helena y vive con ella una prolongada experiencia amorosa y sexual de consecuencias imprevisibles, y debe enfrentarse a la sinrazón en la que habita, a una terrible contradicción. La novela, por otra parte, avanza la creación de campos de exterminio por los nazis, como los de Buchenwald y Dachau, y documenta con pulso firme la desmesura de un fanatismo que constituye uno de los momentos más siniestros y abominables de la historia de la Humanidad.


Le dice un personaje a otro: “No te dejes seducir por los cantos de sirena de quienes intentarán llevarte a su terreno con proclamas encendidas o argumentos vistosos y sé fiel a tus propias convicciones, no a las que otros quieren inculcarte con desprecio de tu propia persona”. Eckhard Hess Kersten, como miles y miles de alemanes, se dio cuenta demasiado tarde.




El zapato de la lengua rota. María Zabay. Almuzara. Sevilla, 2011. 398 páginas.