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Manolo García, cazador de soledades

La curiosidad es el motor de mi vida» dice el compositor y cantante. Se da conocer como fotógrafo con una edición especial del álbum 'Saldremos a la lluvia', convertido en un disco-libro con medio centenar de imágenes.

«Hay que mantenerse alerta». Es la manera de estar en el mundo de Manolo García, compositor y cantante, también pintor y fotógrafo, y, por encima de todo, «curioso». Esa curiosidad es un motor vital para este polifacético creador que por primera vez expone sus fotografías (Círculo de Lectores, O'Donell, 9 hasta el 14 de diciembre). Son las mismas con las que ha confeccionado una edición especial de 'Saldremos a la lluvia' que ha convertido en disco-libro. En una tirada limitada que llega al mercado el martes que viene y en la que junto a 22 canciones, 9 inéditas y varios videoclips, García incluye más de medio centenar de fotografías tomadas en varios rincones del mundo. Paisajes desolados, casas deshabitadas o ruinosas, personajes solitarios en medio de muchedumbres son el denominador común de unas instantáneas, casi siempre en blanco y negro, que García ha «cazado» en parte los escenarios por los que le llevó la grabación de este proyecto.


PREGUNTA: ¿Hay imágenes que valen más que mil canciones?

RESPUESTA: Lo más valioso es la mezcla de buena imagen y mejor música. Son distintos sentimientos los que se estimulan -la vista para la foto y el oído para la música- pero lo bueno es la suma de ambos, que alcanza su cénit en el cine. Soy muy de mi generación y el cine es una permanente fuente de inspiración.

Adoro las bandas sonoras en buenas películas, como 'Diarios de motocicleta', por ejemplo, en la que lo visual y lo sonoro están a un nivel muy alto.


P: ¿Cómo se contaminan sus imágenes de su música, y viceversa?

P: Hay una permeabilidad absoluta. Y se lo debo todo a la curiosidad, que es innata en mi. Se acrecienta con los años, me procura más ganas de aprender, de descubrir y de mirar de todas las maneras posibles. Una curiosidad que mueve y alimenta mi vida. Es el alma de la fotografía y me ofrece datos e impulso para mis canciones. La misma curiosidad que me lleva a hablar con desconocidos, a bucear en vidas ajenas para anclar instantes.

Fotografiar no es otra cosa que anclar instantes o personajes, como lo es fijar sensaciones, emociones o historias en una canción. Es como lanzar globos sonda o cometas que luego recuperas impregnadas del hielo de las alturas o de las briznas de hierba de la caída.

Canciones y fotos testimonian el viaje que es la vida de cualquier persona, viva en Nueva York o en el pueblito más perdido.


Horizontes


P: Casi siempre retrata soledades.


R: La soledad es denominador común de muchas de mis imágenes.

Carreteras donde no hay nadie, paisajes desolados, casas deshabitadas Me atrapa la estética de esos parajes solitarios, esos horizontes infinitos, tardes heladoras, cielos que te aplastan Me inspiran para la foto y para la música. Son soledades que atrapo en medio de mi propia soledad, en esos momentos de los viajes que pasas a solas en lugares en los que no conoces a nadie.

La cámara se convierte entonces en mi compañera y mi cuaderno de viaje. En este caso son notas en imágenes de lugares en los que estuve los últimos dos años: Perú, Grecia, México, Argentina.

También a los que me llevó la grabación del disco: Creta, Girona, Kentucky, Nueva York o Madrid.


P: ¿Es Manolo García un buscador o u cazador de imágenes?

P: Un cazador, sin duda. Acecho la pieza porque la intuyo.

Estoy en guardia un instante antes del disparo. Jamás me he parado a pensar una foto. No me interesa. Impera siempre la intuición. Lo mismo ocurre con las canciones. Siempre estoy ahí, con la trampa dispuesta, el cazamariposas o el trabuco a punto, esperando que salte la pieza. Si se escapa no pasa nada. Sigo alerta, atento a la próxima.


P ¿Se considera un mirón en el mejor sentido de la palabra?

R: Desde luego. Un voyeur sano, saludable no enfermizo ni egoísta. Todo lo que veo y atrapo en las imágenes, todo lo que experimento y queda en una canción, quiero compartirlo con los demás. Quiero compadrear con quien escucha una canción y con quien mira mis fotos.


P: Casi siempre en blanco y negro.


R: El blanco y negro es más la síntesis, el grano sin la paja.

No hay aderezo. Acentúa el dramatismo y quizá comunica con más potencia que el color. No desdeño el color, pero a veces te impide ver cosas que en blanco y negro son mucho más obvias y conmovedoras. Es un percepción más cruda y mucho más directa.


P: ¿Primero fue la cámara, los pinceles o la guitarra?

R: La inquietud y la necesidad de expresarme me acompaña desde que tengo uso de razón. En cada momento opto por algún camino. En la foto comencé muy joven y tengo una colección de cámaras: de la primera que pude pagar cuando era casi un niño, muy baratita y muy sencilla, a la Canon digital que hoy llevo conmigo a todas partes.