HUMOR

Maldita la gracia

Humor l Hay productos culturales pensados para divertir o hacer reír, como una viñeta, un chiste o una canción satírica, que desencadenan amenazas de muerte, agresiones o juicios. ¿Tiene limitaciones el sentido del humor?

Maldita la gracia
Maldita la gracia

Transgresores. Arriba, el caricaturista de Mahoma, Lars Vilks, y una escena de 'La Biblia según San Clown', que le costó críticas y funciones a Los Mc Clown. En el centro, el cantautor Javier Krahe, acusado de atacar los sentimientos religiosos por un cortometraje sobre Cristo. Sobre estas líneas, Leo Bassi caracterizado como el Papa en 'La revelación' y los actores de 'Oregón TV' caracterizados para la canción satírica 'Hija de La Muela'.

Hace unos días, un joven golpeó al dibujante sueco Lars Vilks por caricaturizar al profeta Mahoma. El cantautor español Javier Krahe está a punto de ser juzgado por "un delito contra los sentimientos religiosos" por enseñar "cómo cocinar a un Cristo". El programa 'Oregón TV' ha sido llevado a los tribunales por supuestas injurias a la alcaldesa de La Muela (a la que han dedicado el 'sketch' satírico 'Barbie Pinilla' y la canción 'Hija de La Muela'). Son tres ejemplos recientes de un fenómeno que el alcance de los medios de comunicación global ha intensificado: la reacción airada de gente que no ve maldita la gracia en cierto tipo de humor.

Pero ¿cómo sabemos a priori si algo le va a resultar a una persona gracioso u ofensivo? "No lo sabemos", dice el investigador en Bioinformación Pedro C. Marijuán, del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, que está indagando en el fenómeno de la risa desde los puntos de vista social y neurológico. "La permisividad se aprende", aclara Marijuán, que indica que la respuesta neurodinámica de una persona a algo cómico tiene que ver con "su experiencia" vital. "Cuando ríes, descategorizas aquello de lo que te estás riendo y, si el humor afecta a algo que es lo que más aprecias, ver que se pone eso a un nivel primario no te gusta", dice.

No obstante, apunta que "la capacidad de reírse es un termómetro de la tolerancia", porque la risa y el humor no son algo individual, sino que "dependen del código del grupo". Él cree que, en principio, el ser humano tiene capacidad para reírse de cualquier cosa, pero el contexto social influye en qué le hará gracia o no a un individuo. "Uno no se ríe solo, se ríe para con sus 'coreidores'. Los valores del grupo te penetran y te dicen si algo hay que dejarlo estar o hay que ser intolerante", afirma Marijuán.

Así, resulta lógico que temas de alcance colectivo como la política o la religión sean particularmente sensibles. Explica que el dogmatismo que asfixia el sentido del humor suele ser fomentado por quienes buscan "el monopolio del poder" y que la democracia suele llevar aparejada más flexibilidad. Sobre la hipersensibilidad en materia religiosa de algunos sectores musulmanes, comenta que el islam está extendido en "sociedades muy rurales y tradicionales, que de repente se encuentran con 200 canales de televisión que les muestran el paraíso en la pequeña pantalla. ¿Qué joven va a aguantar la forma de vida tradicional viéndolo? Lo sienten como una amenaza a sus costumbres y acaba habiendo una mano de hierro para mantener la identidad religiosa, que es la que los hace fuertes".

Lo peligroso es que eso genera intransigencia. Jorge Asín, uno de los actores de 'Oregón TV' y Los McClown, está convencido de que "el fanatismo es lo peor que hay en esta vida". "En religión o en política, creer que tu verdad es la Verdad con mayúsculas impide toda posibilidad de diálogo y lleva a mirar mal al prójimo y a la violencia", resume Asín. 'Oregón TV' ha levantado ampollas en Cataluña con una canción sobre la manipulación de la Historia y Los McClown perdieron funciones porque algún gestor consideró ofensivo su espectáculo 'La Biblia según San Clown'.

Aunque Marijuán comenta que el cristianismo es más proclive a admitir bromas debido a que "promueve la convivencia y el respeto al prójimo", también hay cristianos que se soliviantan. José Luis Cano recuerda que en un cartel para las Fiestas del Pilar pintó "cabezudos con alas sentados en las nubes" y a ciertas personas "les parecieron una blasfemia y me lo hicieron saber airadamente. Una de ellas rompió el original, que se exponía en el Ayuntamiento". También Leo Bassi, con 'La revelación', fue boicoteado por católicos que tacharon la obra de irrespetuosa.

Alberto Calvo, creador del Supermaño, cree que aunque "lo más común es herir susceptibilidades con la fe, el honor sería el segundo gran tema peliagudo". Asín asegura que sus parodias se hacen "desde el cariño", pero que hay quien padece "un problema de autoestima" y "se enfada en cuanto lo nombras. Pero, puestos a no encontrar la gracia, Cano dice que él no la ve en "lo que hizo Manolo Lama con el mendigo, lo que hicieron J. J. Vázquez y sus huestes con Carmen de Mairena, las salidas 'castizas' de Esperanza Aguirre..."