LIBROS

Los editores independientes se alían con el libro electrónico

El primer Encuentro de librerías y editoriales independientes iberoamericanas celebrado en Zaragoza intenta «estrechar lazos» entre libreros y editores.

La directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) inaugura el encuentro
La directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) inaugura el encuentro

Los editores independientes no ven el libro digital «como un enemigo, sino como un aliado», aunque algunos de ellos tienen claro que fomentará la piratería. Otros se han asociado para favorecer la venta de títulos electrónicos a través de librerías virtuales como «librosinlibro».


«Lo fundamental es que el comercio electrónico sea amable y establezca precios baratos y razonables», comenta Eduardo Riestra, director de Ediciones del Viento, que «antes de abril» habrá inaugurado esa librería virtual junto con las editoriales Rey Lear y Menoscuarto.


Riestra asiste en Zaragoza al primer Encuentro de librerías y editoriales independientes iberoamericanas, en el que participan 120 representantes de España e Hispanoamérica.


Organizado por la librería Cálamo de Zaragoza, una de las más activas de España, el encuentro quiere «impulsar el diálogo en tiempos difíciles y de cambios trascendentales» y «estrechar lazos» entre libreros y editores de ambos lados del Atlántico, según dijo hoy en la presentación Francisco Goyanes, titular de esa librería.


«Otra mirada» es el título elegido para estas jornadas que cuentan con el patrocinio del Ministerio de Cultura, del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Zaragoza, entre otros organismos, y con la colaboración de entidades como la Feria del Libro de Guadalajara (México), cuya directora, Nubia Macías, participa en el encuentro.


El libro digital es sin duda uno de los principales retos que se le plantean a libreros y editores y sobre esa cuestión hablaron varios participantes, que, con diferentes matices, coincidieron en la necesidad de aunar esfuerzos.


Algunos de ellos criticaron el mal funcionamiento de la plataforma digital Libranda que hace unos meses pusieron en marcha los grandes grupos editoriales junto con una serie de librerías.

El libro electrónico como aliado


Diego Moreno, editor de Nórdica, es uno de los que cree que «no hay que ver el libro electrónico como un enemigo, sino como un aliado», y opina que los editores «tienen que aprender de los errores que se cometieron en el cine y en la música, que no ofrecieron modelos alternativos a internet y la gente se ha acostumbrado a piratear».


Esta editorial es la segunda del mundo, después de Penguin, en tener una aplicación para iPad, y el libro electrónico que propone «es diferente» porque, además del texto, ofrece audio, entrevistas con el autor o el ilustrador y, a veces, incluso películas.


De momento, han colgado gratis en la página web de este sello «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde».


Lo que plantea Nórdica es que editores y libreros vayan unidos: «el lector se compra un libro en papel y el librero le da un código por el que se puede descargar la versión digital de esa misma obra».


Con esta iniciativa, se mantiene la cadena habitual de editores, libreros y distribuidores, y «eso es muy importante», subrayó Moreno.


Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, una editorial especializadas en relatos, tiene «grandes esperanzas» en el libro electrónico, aunque está convencido de que, al menos en literatura, «seguirá conviviendo con el de papel».


Pero la «mayor preocupación» de Casamayor es que el libro digital «conlleva la piratería» y, de hecho, algunos de los títulos más golosos de su catálogo están siendo pirateados, entre ellos obras de Jorge Volpi y Andrés Neuman.

«Libranda no está funcionando»


«Tendremos que aprender a luchar contra la piratería», afirmaba este editor, quien aseguraba que Libranda «no está funcionando, aunque es el marco adecuado». «Tampoco me funcionan a mí los cuarenta títulos que tengo en diversas plataformas», añadía.


Quien también cree que Libranda no está teniendo los resultados previstos es Federico Ibáñez, consultor editorial y antiguo editor de Castalia. El número de descargas que se han hecho a través de esta plataforma «es muy bajo».


Ibáñez es partidario de «repensar» todo lo relacionado con la propiedad intelectual, y deja muy claro que el usuario «nunca es el culpable de la piratería». Más bien son responsables «los productores y los suministradores de ADSL».


Para Eduardo Riestra, que ya vende en formato digital una buena parte de su catálogo en Estados Unidos, «el gran enemigo del libro es la incultura», no la piratería, que de momento «no existe», mientras que Ramón Alba, de Ediciones Polifemo, afirma que la piratería «es una realidad».


Por eso, Alba, que coordina la Comisión de pequeños editores de Madrid, le da la bienvenida a la denominada Ley Sinde porque «no atenta contra la libertad del usuario, sino que trata de impedir el hurto».