CONSECUENCIAS DE LA CRISIS

Las penas económicas adelgazan los festivales

La afluencia a los conciertos de Pirineos Sur cae un 14%, pero el balance es "satisfactorio".El Anfiteatro de Ranillas cosecha un resultado discreto, con unos 14.500 espectadores, sin la actuación de ayer.

Fiesta Máxima FM
Las penas económicas adelgazan los festivales
PEDRO ETURA /A PHOTO AGENCY

No hacía falta ser el pulpo Paul para saber que este verano el panorama festivalero haría honor en sus aforos a la sequía veraniega. Las inclemencias, de la mano de la crisis, también han llamado a la puerta de citas consagradas en el calendario como Pirineos Sur, que hoy baja el telón. Su creador, Luis Calvo, reconocía ayer que "en un año difícil", la asistencia a los conciertos de Lanuza ha caído un 14% (a falta de contabilizar la entrada de ayer noche).

"Es un proyecto amplio, de desarrollo de esta zona y de cooperación cultural, por lo que hay que valorarlo todo", insistió Luis Calvo. Recordó la tónica generalizada de "descenso de cifras". Razón no le falta. Otro de los gigantes, el FIB de Benicasim ha sufrido un batacazo del 35%, pasando de 200.000 'fibers' en 2009 a 127.000.

Calvo destacó que con el "buen funcionamiento" de las actuaciones en Sallent de Gállego, los Mercados del Mundo, talleres y exposiciones, se alcanzará una nómina cercana a los 50.000 asistentes de ediciones pasadas.

Quienes conocen las entretelas del certamen de las tres jorobas comentan a pie de embalse la falta del público francés que cruza el Pirineo atraído por ritmos africanos. El guiño a Latinoamérica, impecable, no parece haber llegado a conquistar al público del país vecino.

Tampoco es buen momento para lanzarse. Así, los Festivales del Ebro del Ayuntamiento de Zaragoza han cosechado un resultado discreto de público. Unas 14.500 personas han disfrutado de los conciertos del Anfiteatro de Ranillas, sin contar la Fiesta Máxima FM, gratuita, y con la que se esperaba un llenazo, aunque a las 23.00 había unos 2.000 adictos.

El reencuentro de los zaragozanos con el escenario de la Expo tampoco ha estado tocado por la suerte. El estreno de los muchachos de 'Oregón TV', para el que había vendidas 1.800 entradas, se suspendió por una descomunal tormenta. También se cayó del cartel la presencia de la israelí Noa y el pianista lebrijano David Peña Dorantes.

Con las cifras en la mano, el consejero municipal de Cultura y Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, arguye que con el programa completo se ha conseguido el objetivo de dejar atrás "el apagón cultural" de la ciudad en julio.

La única forma de hacer comparaciones es mirar a Zaragoza Ciudad. Se ha resentido pese a gozar de un público fiel multitudinario que peregrina por sus distintas sedes. Los 3.000 hiphoperos adictos están lejos de los cerca de 5.000 de otros tiempos y suponen un 30% menos que el año pasado. "No solo aprieta la crisis, sino que también hemos luchado contra la lluvia y el Mundial", dice el director del invento, Ramón Alconchel. Con la presencia de Violadores del Verso y Rapsuklei, el cartel habría ganado tantos, pero, según Alconchel, "hay que dar un paso más".

Aunque nadie duda de las posibilidades y el encanto del recinto, los programadores musicales que han trabajado codo a codo con el Ayuntamiento lamentan la "improvisación" para cerrar el programa y la falta de tiempo para promocionarlo. "Se vende el conjunto y no el contenido concreto de cada cita", coinciden en lamentar los promotores Javier Benito y Chema Fernández. "Hay que ser más ambiciosos y apostar por cosas potentes", propone este último. Paco 'Infiernos', con el heavy en vena, no considera que las fechas sean las más adecuadas "cuando ya se han ido de la ciudad los miles de estudiantes". Eso sí, todos abogan por la continuidad.

La excursión al Anfiteatro puede disuadir a muchos y los espectadores echan de menos más autobuses en las horas de acceso y finalización del concierto. Para ayer, cuando el jueves se llevaban repartidas 5.500 invitaciones para Máxima FM, sí se anunció la ampliación de horario de la línea 48.

Castillo de Aínsa y Monegros

La crisis se traduce en menos gente, pero también lleva aparejada un recorte en los presupuestos. En épocas de vacas flacas es difícil lidiar con marcas y patrocinios. Los carteles artísticos se resienten y bajan el listón. Es el caso del Festival del Castillo de Aínsa, que en su estreno el pasado fin de semana, con Pereza y Fondo Flamenco, atrajo a 2.500 personas. El alcalde de la localidad, José Miguel Chéliz, reconoce que "no se han cubierto las expectativas". Espera que remonte algo y encuentra consuelo mirando de reojo el sector: "Viendo tal como están las cosas por otros sitios, tampoco nos podemos quejar".

Hasta un monstruo del desierto tan energético como Monegros no se salva. Aunque los números bailan, unos contaron 36.000 y otros casi rozaron los 40.000, faltaron varios miles para llegar a esos 45.000 que se blandieron en otras ediciones. Sus responsables no hablan de un estrago, pero sí tienen en mente replantear algunos temas.

Un oasis en este desierto parece de momento el Luna Lunera que acaba de arrancar en Sos del Rey Católico. Las dos primeras noches, a casa llena, aunque también es verdad que se trata de un aforo limitado a 450 personas con la entrada más barata a 30 euros. Quizás es cuestión de su cartel muy bien escogido y su tamaño mediano. De momento, las entradas para los conciertos de Loquillo y Paco de Lucía están agotados.