ARTE CONTEMPORÁNEO

Las galerías aragonesas se refugian en Art Madrid ante las restricciones de ARCO

Los nueve expositores de la Asociación de Arte Contemporáneo estarán del 17 al 21 de febrero en la capital madrileña.

Con polémica servida y voceada con más decibelios de lo habitual. Así se anuncia una Feria ARCO 2010 en la que la presencia de galerías exclusivamente aragonesas en la nómina oficial vuelve a brillar por su ausencia. La única excepción, la del aragonés Miguel Marcos, radicada también en Barcelona, y que es fija en el programa. Un no estar que, al menos, compensarán los creadores de la tierra que acudan con firmas de fuera de la Comunidad.

 

Una guerra abierta está declarada entre algunos galeristas de ARCO y el presidente ejecutivo de Ifema, Luis Eduardo Cortés, tras la decisión de este último de incluir expositores al margen de los criterios de los galeristas que integran el comité asesor. Los ánimos están encendidos. De hecho, Miguel Marcos se muestra prudente y mantiene silencio hasta que, como comenta, el 11 de enero se celebre una reunión del sector para encontrar una salida a esta delicada situación.

 

Los miembros de la Asociación Galerías Arte Contemporáneo en Aragón (AGACA) no figurarán en ARCO, pero en esas mismas fechas (del 17 al 21 de febrero) sí ocuparán un espacio de 100 metros cuadrados en la quinta edición de Art Madrid, una cita también de arte contemporáneo español que se celebra en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo madrileña. Reunirá a 64 galeristas y espera recibir más de 40.000 visitantes, según los datos ofrecidos por la organización.

 

Allí estarán nueve galerías con obra de otros tantos artistas del lugar: las zaragozanas Cristina Marín (con Arribas), Spectrum Sotos (Mario de Ayguavives), Zaragoza Gráfica (Víctor Mira), Pilar Ginés (Manuel Viola), Pepe Rebollo (Fernando Martín Godoy), Antonia Puyó (David Latorre), Finestra Estudio (David Rodríguez), A del Arte (Roberto Coromina), además de La Carbonería (Pepe Cerdá) de Huesca.

 

La iniciativa cuenta con el apoyo económico del Gobierno autonómico, que con alrededor de 12.000 euros sufraga lo que cuesta el espacio expositivo. "El resto de los gastos derivados de la ampliación de paredes, el acondicionamiento de un almacén, el transporte de las piezas y la estancia corre de nuestra cuenta", aclara el presidente de AGACA, Julio Álvarez.

 

Este hueco en Art Madrid ha sido fruto de una de esas caprichosas cabriolas del destino. En principio, la DGA les ofreció financiarles su presencia en otro certamen en el que no estaban interesados en participar y la propuesta llegó a este puerto. "Para nosotros va a ser también nuestra presentación en sociedad como agrupación, es la primera cita a la que acudimos en bloque", destaca Julio Álvarez. "ARCO tiene demasiados requisitos, es carísimo y es una pena que no esté más abierto - reconocen desde la galería Cristina Marín-, por eso esta es una opción buena".

 

No obstante no hay que dejar de mirar a este ARCO, aunque sea de reojo. Así lo entienden desde la Galería Antonia Puyó, que en las últimos tres años ha intentado sin éxito ser seleccionada de nuevo para el programa ARCO 40. Aunque sea una de las más firmes candidatas a regresar al veterano certamen que anda por ya por su XXIX edición, su falta de créditos en citas citas internacionales como Chicago y Colonia pesan demasiado en su contra.