ARTE

La pintura de Carlos Pascual de Lara, en la Aljafería

El Palacio de la Aljafería acoge desde ayer una exposición que recorre las diferentes etapas de Carlos Pascual de Lara (Madrid, 1922-1958), un artista que logró integrar los lenguajes más avanzados de la pintura, la escultura y la arquitectura en la difícil época de la Guerra Civil y la posguerra.


A través de 27 pinturas y dibujos, procedentes del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), la muestra permite conocer la obra de un artista de una generación "injustamente olvidada", que fue fundamental para establecer un puente entre las vanguardias y el paisaje de "cierta penuria" de los años 40 y principios de los 50 del siglo pasado. Así lo destacó en la presentación de la exposición Carlos Pascual, hijo del artista, quien reconoció su emoción al volver a ver reunida la obra que ha sido parte de su paisaje familiar durante tanto años.


Sin los artistas de esa generación habría sido difícil que el arte español conectara "con unos aires de cierta modernidad", añadió Pascual, quien aseguró que las piezas seleccionadas para la exposición representan toda la trayectoria artística y los temas favoritos de su padre, como la pintura religiosa o la "social", pero en tono poético. Destacó, entre las obras, un estudio para vía crucis, un proyecto en colaboración con el escultor Eduardo Chillida pensado para ser trasladado a chapa metálica que no se llevó a cabo.


Por su parte, el conservador del IVAM, Josep Salvador, subrayó que en Pascual de Lara destaca el dominio de la línea para sacar todo el poder de comunicación y expresión que contienen sus figuras y objetos, y que fue un experto muralista, algo que se ve en su estudio de volúmenes y su depurado valor cromático. Todas sus inquietudes, agregó, le llevaron a una figuración "ideal" muy en boga en la Europa de entreguerras, pero más poética.


La exposición, la primera individual del artista en Zaragoza, permanecerá en el Palacio de la Aljafería, sede del Parlamento aragonés, hasta el 12 de diciembre.