Mucho han cambiado los tiempos desde aquel lejano fin de semana de marzo de 1984, cuando la juventud zaragozana respondió masivamente a la convocatoria de la I Muestra de Pop, Rock y Otros Rollos. En aquella histórica ocasión, más de 25.000 personas pasaron por el recinto de la antigua Feria de Muestras para escuchar a medio centenar de bandas locales; ayer, en el intento de revivir aquellas mágicas jornadas, la sala Multiusos presentaba a media tarde un aspecto bastante desolador, con poco más de 100 espectadores escuchando a las nuevas hornadas de la música zaragozana. En total, 23 bandas sobre el escenario.

Cabría suponer que por la noche la cosa se animaría, pero tampoco. Visto lo visto parece claro que algo ha fallado. Posiblemente, un error de cálculo; hay que ser muy optimista para pensar que el público va a ir a un festival de rock por la mañana (la Muestra comenzaba a las 11.00 y seguía ininterrumpidamente hasta las tres de la madrugada). De hecho, a la hora del vermú apenas podía contabilizarse una docena de personas. Pero, sobre todo, la explicación para tan escasa respuesta a esta iniciativa habría que buscarla en factores tan intangibles como el espíritu: resulta evidente que en 1984 las circunstancias sociales eran propicias para el estallido de energía, creatividad y ganas de tomar la calle que supuso la primera Muestra, mientras que ahora las cosas son muy distintas.

Nada que ver, sin duda, con la agitación y efervescencia del 84. Entonces, incluso a tempranas horas de la tarde los grupos actuaban ante centenares de personas, y el resto de actividades (desde desfiles de moda a pases de vídeos de vanguardia o exposiciones de cómic) atraían a una marea incesante de gente.

Ayer, a la entrada de la Multiusos unos paneles recordaban la Muestra de 26 años atrás, con un surtido de artículos de prensa -básicamente, de Heraldo de Aragón- y algunas imágenes gráficas -fotocopiadas- de los grupos participantes. Como 'exposición de material' de aquellos días, digamos que parecía bastante pobre. En el interior de la sala habían instalado stands diversos colectivos (Músicos de Aragón, Roscón Rock, la recién nacida asociación Zaragoza En Blanco), sellos discográficos (Producciones Con Las Uñas, King of Patio), una sección de venta de discos e incluso algún puesto de venta de ropa y complementos diversos.

Por el escenario fueron desfilando bandas como Señorita Pepis, Hotel, El Vicio del Duende, La Locura de Mabuse, El Gran Puzzle Cósmico, Insulina Morgan, Rebel Spell, Huellas de Barro, Velouria, Gen, Dust Bowl, Blackmatadero, Freak For Choice, Dadá (con sus componentes, todos chicos, luciendo liguero y medias negras) o Aborígenes del Cemento, los únicos que ya existían a comienzos de los 80, aunque no llegaron a actuar en la I Muestra: el único grupo en activo superviviente de la primera edición son Los Enfermos, aparte de artistas como Bunbury, Gabriel Sopeña, Santi Rex (Niños del Brasil) o Mariano Casanova, por entonces dando todos sus primeros pasos.

En conclusión, la bienintencionada II Muestra chocó con el fantasma de su predecesora. Previsible: eran otros tiempos. Cuestión de espíritu.