PINTURA

La modelo de Sorolla

La modelo de Sorolla
La modelo de Sorolla
RICARDO COMPAIRÉ

Hoy se celebra el día del traje en Ansó, como todos los últimos domingos de agosto desde 1970, pero este año muchos ansotanos podrán presumir de que bajaron del valle hasta el Museo del Prado y contemplaron a sus ancestros en el gran mural 'Aragón. La jota' que pintó Joaquín Sorolla en 1914. La pintura, como la fotografía, puso a Ansó en el mapa en el siglo XX. Fue una de esas catorce 'Visiones de España' que plasmó el artista valenciano, por encargo del coleccionista e hispanófilo norteamericano Archer Milton Huntington (en 1911), con el fin de decorar la Hispanic Society of America, en Nueva York.

Verlo era una experiencia única. Madrid está a 500 kilómetros de Ansó, pero Nueva York, donde volverá el óleo sobre mural a final de año, queda al otro lado del Atlántico, a 5.900 kilómetros de distancia. "Era una vez en la vida. Fue espectacular y refuerza que hace cien años ya se fijaban en nuestro traje, que es nuestra joya", destaca el alcalde de Ansó, Félix Ipas, que, junto a otros 40 ansotanos, se fue el pasado julio de excursión al Prado. "Impresiona cómo pudo pintar a los joteros ansotanos con los medios que tenía, y ahora las dificultades para trasladar estos murales de tres metros y medio por tres".

Hay exposiciones como la de Sorolla que trascienden una colección de pinturas. Es la historia de un pintor viajando al Pirineo altoaragonés a principios de siglo con sus cuadernos de dibujo y sus aparejos para tomar apuntes. Su primera estancia fue una semana de agosto de 1912, cuando se hospedó en la Fonda Aísa, que hoy es hostal, en la plaza mayor de Ansó.

"Hablamos con la gente mayor de allí y nos lo confirmaron, porque era la única casa de huéspedes", apunta el alcalde ansotano. Tomaba notas recogiendo paisajes y escenas de la vida cotidiana. Para facilitar su trabajo, el artista valenciano iba acompañado por un fotógrafo que inmortalizaba esas imágenes y fue Gustavo Freudenthal (Hannover, Alemania 1869-Zaragoza, 1948), el primero que trabajó en HERALDO.

VACACIONES EN JACA

En julio de 1914, Sorolla decidió pasar sus vacaciones en Jaca con su familia para elaborar los lienzos de Aragón y Navarra. Tal era la conexión con el fotógrafo alemán Freudenthal, instalado en Zaragoza como retratista de la vida social, que este se convirtío en testigo de la "boda distinguida" de la hija del artista, María Clotilde Sorolla, y el pintor Francisco Pardo, celebrada en la catedral de Jaca. Así lo contó este diario en portada el 8 de septiembre de 1914.

Ese verano volvió dos días a Ansó para perfilar sus apuntes. "El pintor venía desde Jaca en coche de caballos. En aquellos años todavía no existían las carreteras" cuenta María Puyó Mendiara, una ansotana que nació en 1916 y lo escuchaba de su madre, Pascuala Mendiara Navarro.

"Mi madre viajaba todos los años a Madrid para vender té (que compraban en Francia), se quedaba en casa de unos amigos de Jaca en la calle de Embajadores. También iban a vender té a otras ciudades como Sevilla y Toledo", relata la ansotana. "En una de sus visitas a la capital, estuvo en el estudio que el pintor valenciano tenía en su casa de Madrid".

Pascuala iba acompañada entonces de otra familiar de Ansó que aparece en el cuadro de 1914, cuando ella tenía poco más de veinte años. "Va vestida con la basquiña de lana verde que caracteriza el traje de la mujer ansotana, concretamente con la indumentaria de fiesta, y la chiquilla que lleva cogida del brazo es Sebastiana, una prima hermana, que lleva sobre el pecho la escarapela que adornaba a las novias", describe el traje que llevan en el óleo.

El alcalde de Ansó reconoce que Pascuala Mendiara era "proclive" a ser modelo para "pintores y fotógrafos" (tanto Sorolla como Compairé) en una tierra montañesa en la que la tendencia y el temperamento era "esconderse". Su carácter tiene su triunfo para que se conozca su tierra.

TRAJES COMO UNA JOYA

María Puyó recuerda también a sus padres con orgullo, destacando de ellos la "generosidad" con la que se prestaron siempre para que artistas y fotógrafos retrataran los espectaculares y variados trajes de Ansó. Ya entonces los consideraban "como una joya de la que presumir". Hasta ganaron el primer premio de un concurso celebrado en Sevilla, llamado 'España, tipos y trajes'.

Sin duda, los viajes que realizó Pascuala Mediara Navarro para vender té y hierbas medicinales en la capital hicieron de ella una mujer con una visión moderna y unas miras amplias, poco frecuentes en las mujeres de principios de siglo XX. Este sería el germen sobre el que se asentaría más tarde una tradición de protección y cuidado de los trajes típicos de Ansó. Entre las acciones adoptadas se creó un ropero municipal en los años 70 y se convirtió el último domingo de agosto en el Día de la exaltación del Traje Típico ansotano, que este año celebrará su XXXIX edición, para sacar del arcón sus esencias. Pascuala Mendiara murió en 1952 y fue enterrada vestida de ansotana, aunque antes posó para el pintor Vicente Paricio. Su cuadro se encuentra en el restaurante del Cachirulo, en Zaragoza.

De siglo a siglo, la hija de la modelo, María Puyó, presume hoy de tener 93 años muy bien llevados. Pelo blanco y ondulado, recogido en un elaborado y elegante moño. Ella cuenta con orgullo las historias que escuchó de boca de su madre, porque vivió junto a sus antepasados. Atesora ricos recuerdos de otros tiempos.

Acompañada por su sobrina Antonia Puyó, que regenta una galería de arte en Zaragoza, contempla curiosa los cuadros que sobre Ansó aparecen en el catálogo de la exposición que el Museo del Prado exhibe estos días. Respecto al gran mural 'Aragón. La Jota' comenta que algunas partes del lienzo Sorolla las interpretó "a su manera" a partir de los apuntes que tomó ya que el personaje masculino en el centro del cuadro va vestido en unos tonos marrones que no suelen llevar en su atuendo los ansotanos.

Su madre le contó que el pintor estaba siempre "muy ensimismado, a lo suyo, tomando y esbozando muchos apuntes del natural". Antonia Puyó agrega que Sorolla era "muy chiquitico" y tenía que pintar "ayudado por una brocha y un mango atado" para llegar a todos los lugares del lienzo.

CUADROS Y BOCETOS

Además del cuadro para el que sirvió de modelo con su prima ('Tipos del valle de Ansó, 1914'), Sorolla pidió además a Pascuala Mendiara si podía llevar consigo "un traje de calzón (el traje del hombre ansotano) para posar de espaldas y que pudiera completar una escena de bautismo cuyos apuntes había tomado el artista en la iglesia de Ansó frente a la pila del agua bendita".

Antonia Puyó no ha podido ver el boceto del bautizo que no llegó a ser un lienzo, aunque sí contempló los cuadros en los que aparece su abuela Pascuala y el de la abuela de Casa Tomasé de Ansó en una exposición celebrada recientemente en la Lonja. Ambos proceden del Museo de Sorolla en Madrid, la asignatura pendiente de muchos ansotanos para visitar.

El alcalde Félix Ipas recibió al antiguo director del Museo de Sorolla en Ansó antes de que se jubilara. Compartieron que hay más fondos ansotanos en el centro situado en la calle Martínez Campos. "Además del cuadro de la jota, el de la abuela y su nieta, y las dos mujeres, tienen bocetos y folletos de Sorolla referidos a Ansó. Pero el 11 de julio hacía mucho calor para visitarlo tras disfrutar en el Prado", concluye.