EL MAESTRO ARAGONÉS DEL ROMÁNICO

El secreto de San Miguel de Biota

Una investigación de José Luis García Lloret y Antonio García Omedes ha sacado a la luz el nombre de un maestro del románico, Giraldo. Pudo ser el responsable de la construcción de la iglesia de San Miguel de Biota y del primitivo templo de la Seo zaragozana

Todas las iglesias románicas están llenas de secretos. También la de San Miguel de Biota, en cuya decoración hay elementos sorprendentes. Por ejemplo, una talla en la que está representado un cantero. Antonio García Omedes, que lleva décadas fotografiando todo el románico aragonés, leyó a principios de 2006 la tesis doctoral de José Luis García Lloret y tuvo una intuición: "Lo cuento ahora y nadie me cree -asegura-. Pero se me pone la carne de gallina cuando lo recuerdo". El caso es que leyó el estudio sobre 'La escultura románica del maestro de San Juan de la Peña', y pensó que, para completar el rompecabezas que constituye el templo de Biota, faltaba una pieza: la firma de quien lo construyó y decoró. Lo que se plantea en el libro es que un mismo maestro constructor desarrolló un argumento narrativo en torno a la muerte y la resurrección en varias iglesias aragonesas. La última, Biota. Y, allí, en la portada sur, está la citada talla del cantero, un anciano que se mesa las barbas y que lleva al hombro el hacha de cortar piedra, que se ubica enfrente de otra talla que representa su propia muerte. "Encima de ambos, en el tímpano, lo que está esculpido es San Miguel en el momento de pesar las almas que parten a la vida ultraterrena. Toda esa portada nos habla de un maestro cantero enfrentado a su propia muerte -señala García Omedes-. Lo lógico es que hubiera dejado su nombre en algún sitio. Pero, ¿dónde?". García Omedes ya había estado fotografiando la iglesia de San Miguel de Biota en al menos diez ocasiones. Y nunca había visto firma alguna. Pero no se dio por vencido. Cogió la cámara fotográfica y se plantó allí. "La portada oeste está decorada en torno al tema de la resurrección, así que busqué en ella. En el modillón del lado izquierdo, en la parte interior, habitualmente en sombras, encontré una marca de cantero, una 'R' tumbada, seguida de un nombre, Giraldo". Con las fotografías, García Omedes acudió al autor del libro que le dio la primera pista, José Luis García Lloret, y a este se le abrió un mundo ante los ojos. La identidad de los arquitectos y constructores del Románico permanece envuelta en el misterio. De hecho, incluso los autores de los monumentos más significativos siguen siendo conocidos hoy, simplemente, como "el maestro de…". Tener un nombre propio asociado a la construcción de esos edificios es un pequeño tesoro. Pero, ¿quién era Giraldo?


Citado en cinco documentos


Por el estilo artístico, García Lloret sabía que el artífice de Biota era el mismo que realizó tallas en la iglesia de San Nicolás de Tudela y en la Seo zaragozana. Y acudió al archivo diocesano de la capital aragonesa en busca de pistas. Las encontró. "Aparece citado en varios documentos antiguos -relata García Lloret-. Documentos escritos en el siglo XIV, con letra gótica, que son copia de los originales del siglo XII. En el primero, de 1192, aparece un 'magister Geraldus' como testigo de una donación a la catedral del Salvador. En otro, de 1195, sobre una venta de casas en el barrio de la Seo, se cita a un canónigo del templo, el 'magistro Geraldo'. También aparece su testamento, de 1197, y se le cita además en dos documentos de su hija Sancha". Para el investigador, se trata, casi con toda seguridad, del mismo Giraldo de la iglesia de Biota. Sería un canónico secular de la catedral, ya que tenía mujer e hija, y ello apoyaría la tesis de que era un maestro cantero. Es en el periodo documentado, además, cuando se realizó la cabecera románica de la Seo. El investigador cree que su trabajo en la catedral lo compaginaría con el de la iglesia de Biota, y que ambos serían los últimos antes de morir.


"En la terminología de la época, el 'maestro' era el motor del taller -señala-. El arquitecto, el que repartía el trabajo, el que conocía las Sagradas Escrituras hasta el punto de poder diseñar el programa iconográfico de una portada".


El maestro de San Juan de la Peña


Pero Giraldo, en su testamento, se refiere a "Guillelmo de Aquatincta, magistro meo", y García Lloret lanza una hipótesis más, que este fuera el denominado 'maestro de San Juan de la Peña', el artista que desde 1165 desarrolló su actividad en las Cinco Villas y en el monasterio citado. Hay gran similitud estilística entre ambos. Según esta hipótesis, Guillermo sería el maestro anclado en la tradición del románico clásico, un poco más tosco, y Giraldo el discípulo que empezó a mirar hacia el gótico y tenía un estilo más depurado. García Lloret, aunque lanza su hipótesis en el libro, prefiere apelar a la cautela. "Me quedo a las puertas de desvelar sin sombra de duda la identidad del 'maestro de San Juan de la Peña'. Lanzo una hipótesis, la mía". Pero, al fin y al cabo, y según señala García Omedes, "del románico aragonés hay tan poca documentación, que probar una hipótesis con total certeza es tan difícil como rechazarla categóricamente".


Todo esto aparece en el libro "La escultura románica en Aragón", que acaban de publicar García Lloret y García Omedes. Pero aún hay más novedades. Por ejemplo, la escena de martirio que aparece representada en la portada sur de la iglesia de San Felices de Uncastillo no está protagonizada por quien se creía hasta ahora, sino por San Félix de Gerona, de tradición visigótica. En el libro se analiza también la representación que se hace de los santos (protectores de la vida en la Edad Media) en el románico aragonés, y el papel desempeñado por mecenas como los Torroja.