MUSEOS

El Museo del Prado saca brillo a dos de las principales obras de Francisco de Goya

"Los fusilamientos..." y "La carga de los mamelucos" protagonizarán una exposición.

Dos de las obras más emblemáticas de Goya, "El 2 de mayo o la carga de los mamelucos" y "Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío", van a mostrar una nueva cara a partir de abril. Los cuadros son las piezas centrales de la exposición "Goya y los años de la guerra", que se celebra en el Museo del Prado entre el 14 de abril y el 13 de julio, y para que estén en la mejor de las situaciones posibles se ha emprendido su restauración.


Pero, en realidad, la decisión de intervenir en las pinturas estaba tomada mucho tiempo atrás. Según relata Manuela Mena, responsable de Goya y de la pintura del siglo XVIII en la pinacoteca madrileña, "en el año 2000 celebramos en Madrid una reunión de los principales expertos de todo el mundo en la obra del pintor. Se estudiaron varias cuestiones y se acabó decidiendo que convenía restaurar varias de las obras más conocidas, entre ellas 'La familia de Carlos IV'. Los trabajos en esta pintura concluyeron hace ahora cuatro años, y a continuación tenía que haberse empezado a trabajar con estos".


Pero son cuadros que difícilmente pueden estar varios meses fuera de la exhibición permanente, y por eso se hace ahora, cuando la exposición está a la vuelta de la esquina. La cuestión más espinosa es que no se trata de una restauración "al uso": se está reintegrando pintura perdida, algo que no es habitual en este tipo de restauraciones.


"Se han reintegrado dos cabezas que faltaban en la parte izquierda del cuadro, y con eso la obra se entiende mucho mejor -señala Mena-, porque se ve la composición y el equilibrio que tenía originalmente". No se ha inventado nada: para hacer el trabajo se ha partido de la abundante documentación fotográfica que se tiene en el Prado.


Las dos obras fueron sacadas de la pinacoteca cuando empezaron los bombardeos de la aviación franquista sobre la capital. Viajaron hasta Valencia, de allí a Barcelona, y posteriormente a Ginebra. En uno de los traslados, a la altura de Benicarló, se desprendió parte de un edificio sobre el camión que los transportaba, y causó graves daños a las dos pinturas, de 3,47 metros por 2,68. "La carga..." resultó herida de gravedad. En ella se están haciendo las reintegraciones. "La última restauración es de 1940-1941, y fue respetuosa, pero ahora está mejor. La pintura que se está reintegrando es acuarela y totalmente reversible -subraya Mena-. El visitante podrá distinguir a simple vista qué se ha añadido y, en cualquier caso, si se quisiera eliminar, no costaría nada".


Además, los restauradores (Elisa Mora, Enrique Quintana, Clara Quintanilla, junto al Gabinete Técnico del Prado y Carmen Garrido) han procedido a eliminar el barniz que protege las dos pinturas, oscurecido por los años, para aplicar una capa nueva. "Es como si hubiéramos estado contemplando las obras con gafas de sol, y ahora nos las quitáramos para verlas. Son dos obras increíbles, que combinan la máxima fuerza expresiva con la delicadeza de la miniatura".