PATRIMONIO

Dos nuevos museos, el Diocesano y el Serrano, a punto de cambiar el perfil cultural zaragozano

La infanta Cristina inaugura hoy el primero de ellos, junto a la restauración de las torres y capillas del Pilar.

La torre de Santa Leonor, lista.
Dos nuevos museos, el Diocesano y el Serrano, a punto de cambiar el perfil cultural zaragozano
OLIVER DUCH

Zaragoza va a estrenar dos grandes museos, de diferente orientación y planteamiento, con menos de 72 horas de diferencia. Esta especie de 'semana mágica' podría haber incluido, además, la inauguración de la restauración de la catedral de Tarazona, que finalmente se desestimó por la excesiva premura con que se había organizado.

La primera de las grandes inanuguraciones tendrá lugar hoy. La infanta Cristina de Borbón visita esta tarde Zaragoza, y lo hace con una apretada agenda: inaugurará el nuevo Museo Diocesano y la restauración de dos torres y dos capillas del Pilar.

La parte más antigua de las 'Casas del Obispo'

El Museo Diocesano ocupa la parte más antigua de las llamadas 'Casas del Obispo', en la fachada que se encuentra en el paseo de Echegaray y Caballero, por donde se accede. La restauración de esa parte del edificio ha sacado a la luz restos de estancias románicas, góticas, mudéjares y renacentistas, que se han incorporado al recorrido. El museo contará con un total de 286 piezas, que recorren la historia de todo el territorio diocesano. Con más de 5.000 metros cuadrados de superficie, el discurso del centro se basa en tres pilares básicos: «Tenía que responder al territorio diocesano, explicar la historia de la diócesis hasta nuestros días, y reunir piezas de gran calidad artística», ha señalado Domingo Buesa, director científico del proyecto.

El préstamo de las piezas

Temáticamente, en la primera planta se habla al visitante del culto a la Virgen del Pilar y en la segunda de 'El esplendor de la liturgia', con tablas y óleos de los siglos XV y XVI y una selección del arte y orfebrería religiosos. Y la tercera está dedicada a 'Los sucesores de los apóstoles'.

El recorrido está lleno de sorpresas y curiosidades, desde el cáliz del Compromiso de Caspe al retrato de Manuel Ureña que ha realizado sor Isabel Guerra, pasando por el arcón funerario de San Braulio o pinturas hasta ahora desconocidas de Jusepe Martínez o Luzán.

El arzobispado ha firmado convenios con los propietarios de las piezas pero, aún así, ello no ha evitado cierta polémica. Según los convenios firmados, cada una de las piezas regresará a su localidad de origen para tomar parte en las ceremonias y celebraciones en las que habitualmente se emplean. Y, una vez concluida su participación, retornará al museo. En algunas localidades no se ha visto con buenos ojos que piezas con un alto valor sentimental para los vecinos vayan a estar la mayor parte de año en Zaragoza, y han llegado a comparar la situación creada con la de los bienes depositados en el Museo de Lérida. En cualquier caso, el museo es espectacular y está lleno de piezas excepcionales.

Abrirá al público, a partir del miércoles, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. En verano se alargará el cierre hasta las 21.00 o incluso las 22.00. Cobrará entrada, pero aún no se ha fijado el precio.

La infanta Cristina llegará sobre las seis de la tarde

La llegada de la infanta Cristina está prevista para las seis de la tarde. Visitará durante 45 minutos el Museo Diocesano, y posteriormente se desplazará hasta la basílica del Pilar. Entrará en la catedral en torno a las 18.45 y, una vez allí, visitará las capillas restauradas, para dirigirse posteriormente a la Santa Capilla, donde se celebrará un acto litúrgico en el altar mayor. Alrededor de las 20.00, se estrenará la nueva iluminación de las torres desde el Puente de Piedra. Un concierto de campanas a cargo de Francisco Llop cerrará la jornada.

La capilla de San Juan Bautista es una de las más populares y significativas de la basílica, porque guarda en su interior la apreciada escultura del Santo Cristo del Pilar. Ha sido restaurada gracias a la aportación (230.000 euros) de la familia Muñoz Fraile. La cúpula y las pinturas eran los elementos más deteriorados.

La capilla de San Antonio de Padua, ubicada junto a la sacristía mayor, cuenta con pinturas de Luzán y un retablo de Ramírez de Arellano. Se ha restaurado gracias a la fundación Bartibás-Herrero (200.000 euros).

También se va a presentar la restauración de las torres más modernas de la basílica, contruidas después de que Francisco Urzaiz y su esposa, Leonor Sala, decidieran donar al templo el importe de su construcción. Las torres fueron terminadas en 1961 y, aunque sufrían daños, su estado no revestía gravedad. Buena parte de lo que se ha hecho han sido tareas de limpieza, consolidación y renovación del sistema de iluminación y antipalomas. Los trabajos en la torre de San Francisco de Borja han sido costeados por Telefónica (1,9 millones) y los de la torre de Santa Leonor por el Banco Santander (1,6 millones).

El ascensor no funciona aún

El que será uno de los principales atractivos de la basílica durante los próximos años, el ascensor panorámico que ha fabricado la firma finlandesa Kone (fue la que presentó la oferta más económica) tendrá que esperar.

La obra, prevista con gran justeza de tiempo, ha sufrido retrasos. Y, aunque el viernes pasado se especulaba con la posibilidad de que el ascensor hiciera un viaje de demostración para la infanta Cristina y las autoridades, finalmente se ha descartado esa posibilidad. Según aseguraba ayer el arquitecto del Pilar, Teodoro Ríos, «el ascensor podría estar funcionando dentro de un par de semanas».

El segundo gran museo que se inaugura esta semana es el Instituto del Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano. El acto tendrá lugar el miércoles a las 11.30, y con él se cierra la ampliación del antiguo museo, que triplica su superficie y se convierte en la punta de lanza del arte contemporáneo en Aragón.

La reinauguración llega también con cierta polémica, ya que la familia del escultor ha cortado las relaciones con la DGA asegurando que se les ha ignorado. En lo cultural, abre sus puertas con tres exposiciones, una sobre la historia del edificio, otra sobre el legado del escultor de Crivillén, y la última con obras de once artistas aragoneses contemporáneos.