FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Cuando el cine cuenta historias tristes de niños infelices en un mundo cruel

Mark Herman adapta el superventas de John Boyne "El niño con el pijama de rayas", que será éxito de taquilla

Tras la apertura protagonizada el pasado jueves por Antonio Banderas y la película "The other man", incluida en la sección oficial pero fuera de concurso, la 56 edición del Festival de San Sebastián continuó ayer con otras dos producciones -la una a competición, la otra no- que, aun siendo dos filmes de estilos, mercados, procedencias y hasta objetivos muy diferentes, resultó que coinciden en algo fundamental.


Las dos cuentan historias dramáticas de niños sumergidos en situaciones demasiado trágicas. O sea, historias tristes de niños infelices en un mundo cruel. Bueno, en realidad, en dos mundos crueles, un mísero poblado en algún perdido lugar de Afganistán y, el otro, un campo de concentración nazi en los años 40.


Se trata de "El caballo de dos piernas", de la joven realizadora iraní Samira Makhmalbaf -que este año ha sido la primera obra en abrir la sección competitiva- y de "El niño con el pijama de rayas", presentada en San Sebastián, también en sección oficial pero libre de competiciones, una semana antes de que, el próximo viernes, llegue a los cines de toda España.

Para consumo masivo

 

Si la novela de John Boyne en que se basa "El niño con el pijama de rayas" ha sido todo un éxito editorial, con creo que hasta tres millones de lectores, lo primero que puedo asegurar de la película que de la misma ha realizado Mark Herman es que va a ser unos de los éxitos taquilleros de la temporada. Entre otras razones porque está concebida también como una obra cinematográfica destinada al consumo masivo.


Producida por Estados Unidos y el Reino Unido, "El niño con el pijama de rayas" ha sido dirigida por Mark Herman, quien ayer, en rueda de prensa posterior a la proyección y en compañía de Boyne, aseguró haber sido consciente desde el primer momento de los desafíos a los que se enfrentaba al adaptar esta novela.


Una adaptación, por cierto, fiel al original y a su espíritu con la que, tal y como confirmó el propio autor de la novela, John Boyne se ha quedado muy satisfecho.

Una historia terrible


"El niño con el pijama de rayas", para quienes no conozcan el libro, se sitúa en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Un niño berlinés, hijo de un militar, ha de abandonar su casa y dejar a sus amigos cuando a su padre le ofrecen un ascenso y un nuevo destino, que no es otro que el de dirigir un campo de concentración.


El chaval, que desconoce cuál es la misión de su padre y qué significa el lugar al que han sido enviados, trata de saber qué ocurre más allá de los muros que rodean su nuevo hogar, hasta que un día se escapa de casa, traspasa los límites que le estaban prohibidos y llega hasta una alambrada. Allí, al otro lado, conocerá a un niño, un niño que lleva un pijama de rayas.

Talentos infantiles


La película está protagonizada en los personajes de los adultos por David Thewlis y Vera Farmiga, y en los dos más importantes, los de los niños, por Asa Butterfield y Jack Scanlon, los cuales fueron elegidos para encarnar a Bruno y Shmuel de entre miles de críos que se presentaron a las pruebas.


He de decir que estos dos actores, por su admirable y creíble caracterización de sus dos personajes, se convierten en puntal de la película.


"El niño con el pijama de rayas" no es, evidentemente, la mejor o más emotiva película que se haya hecho sobre el holocausto judío y los campos de concentración. Sin ir más lejos, y tratándose también de un filme de calidad y comercial, "La vida es bella" poseía mayor intensidad y un mayor recorrido narrativo.


"El niño con el pijama de rayas", como película, no alcanza cinematográficamente a aquella, pero es una buena película que va a funcionar muy bien en taquilla, entre otras cosas, porque la historia que ofrece engancha, porque está hecha con esmero y cuidado y, como decía, sobre todo, porque tiene a dos pequeños actores que son todo un lujo.


O sea, que como espectadores lo que toca es llorarla, sentirla y emocionarse una vez más con una trágica historia procedente de una de las épocas más negras de la historia europea contemporánea.


Y dado que de la otra película, la franco-iraní de Samira Makhmalbaf "El caballo de dos piernas", les hablo aquí al lado, cierro la crónica recordándoles que en la de mañana les hablaré del último cine que haya visto en el Festival de Cine de San Sebastián.